Twitter nuestro que estás en los cielos
La Iglesia Católica, marca milenaria especializada en un producto virtual destinado al control social, cambia fieles por followers, hostias por hashtags y se hace trending topic en el camino.
La Iglesia Católica, marca milenaria especializada en un producto virtual destinado al control social, cambia fieles por followers, hostias por hashtags y se hace trending topic en el camino.
En un encuentro con el rey Felipe el pasado miércoles, Pablo Iglesias le hizo entrega de la archiconocida serie sobre luchas dinásticas “Juego de tronos” para que le diera claves sobre la crisis política en España. Puede que si se reuniera con el Papa Francisco, el líder de Podemos le regalase las dos temporadas de “Black Mirror”. Qué mejor que la prestigiosa ficción británica, cuyo primer capítulo fue descrito por su emisora como “una retorcida parábola en la era de Twitter”, para ilustrar sobre el lado oscuro de las nuevas tecnologías al Papa más ‘cool’ de la historia, el cual ha alcanzado esta semana los 20 millones de seguidores en la popular red de microblogging. Aunque probablemente Francisco no necesite ninguna de las claves sobre la cara B de medios de comunicación, apps y redes sociales que aporta “Black Mirror”. Si de algo saben en el Vaticano es de virtualidad y mecanismos de control.
Decía Felipe González en una reciente entrevista que el empoderamiento que da a los ciudadanos votar listas abiertas tiene más valor que el supuesto empoderamiento que da la utilización de Twitter. En efecto, las redes empoderan al ciudadano, pero al mismo tiempo lo objetualizan y lo convierten en seguidor y anunciante de marcas, haciendo de él un sujeto/objeto cuantificable cuyos movimientos, gustos y opiniones quedan sistemáticamente registrados. La Iglesia Católica, marca milenaria especializada en un producto virtual destinado al control social, cambia fieles por ‘followers’, hostias por ‘hashtags’ y se hace ‘trending topic’ en el camino.
Los inquietantes escenarios totalitarios planteados por “Black Mirror” no están tan lejos de la realidad. Hace días presuntos hackers del Estado Islámico hackearon el canal de televisión francés TV5Monde, dejándolo sin señal y transformando la pantalla del televisor en un espejo negro capaz tan solo de devolver fantasmales reflejos. Mientras tanto en Madrid tenía lugar una manifestación en contra de la Ley Mordaza compuesta por hologramas de manifestantes de distintos lugares del mundo proyectados en la fachada del Congreso. Inteligente ‘performance’ que pone de relieve algo fundamental: sin voz quedamos reducidos a meros fantasmas. Empoderémonos virtualmente, al igual que hace el Vaticano, a través de Twitter. También en las urnas para desempoderar a todo aquel que con sus leyes quiera silenciarnos.