El clamor por un riñón

El post de Facebook decía: “buenas noches damas y caballeros ¿alguno de ustedes podría donar un riñón para ayudar a mi hija?”.

El post de Facebook decía: “buenas noches damas y caballeros ¿alguno de ustedes podría donar un riñón para ayudar a mi hija?”.

Ese clamor de la madre de Stacey Hewitt de 26 años, con una enfermedad renal crónica, fue suficiente para que  Louise Drewery de 37 y madre de dos niños,  reaccionara.

Luego varios meses de exámenes ingresó al quirófano y se convirtió en la primera persona en Gran Bretaña, en donar un riñón a una extraña, a través de una petición en las redes sociales.

Hace algunos años me encontré con una amiga. Lucía cansada y enferma.  Me sorprendí y antes de intentar averiguar por qué tenía esa apariencia, me comentó su situación y la urgencia de realizar, en su caso, un trasplante de hígado.  Estaba de número cinco en la lista del hospital Emory de Atlanta.  En cuanto apareciera un donante compatible, la llamarían o inclusive la trasladarían en helicóptero al hospital, para garantizar la buena condición del órgano que le trasplantarían.

Podrían pasar hasta trece meses, pero su caso urgía.  Todos estábamos ansiosos esperando la llamada. Nos reuníamos ocasionalmente a planear el apoyo a la familia.  Durante esos encuentros, una de las amigas,  espontáneamente pidió una oración por la persona que donaría su hígado.  Alguien totalmente desconocido  que moriría en cualquier momento.  Y así fue. Pasaron algunos días y llamaron a Tati para la operación.  Esa alma generosa, extendió su vida en el cuerpo de mi amiga.  Su caso tuvo algunas complicaciones y fuertes sufrimientos, pero hoy ella vive feliz con su hija a quien recientemente le celebró los quince años.

Muchos no tienen su suerte y mueren en la espera. Mediante la donación de órganos podríamos salvar la vida de hasta ocho personas.

¿Conoces a alguien que haya donado sus órganos? ¿Lo harías tú?