Mañueco no ha hecho un Ayuso
«La convocatoria de elecciones en Castilla y León corroborará la desaparición del partido de Inés Arrimadas»
El día que se resolvió la situación en el Gobierno de Murcia, provocada por la traición de Ciudadanos al Partido Popular al menos en esa región y en Madrid, tuve la oportunidad de hablar con un alto directivo del Partido Popular. «Os enfrentáis a una situación muy complicada. La coalición entre PSOE, Podemos et al y los nacionalistas está dispuesta a subvertir el orden constitucional por vías distintas a las previstas desde la propia Constitución. Lo harán desde el Gobierno. Y no vais a ser capaces de retirar a Pedro Sánchez con el voto dividido entre tres partidos; al menos no en mucho tiempo». Su respuesta fue: «Con tres partidos no es posible. Pero con dos, sí».
De esa conversación saqué en claro varias ideas. Una de ellas es que el Partido Popular había renunciado al espacio de Vox. «Ese es el mayor éxito del partido de Abascal», recuerdo que pensé en ese instante. Y dos, que el Partido Popular abriría los brazos al electorado de Ciudadanos, traicionado dos veces por su partido. Primero, por no intentar pactar con Sánchez y ponerle fácil que se aliara con Podemos y ERC, y luego por pactar con él sin obligarle a renunciar (ya no podría) a sus queridos socios.
Ese es el contexto en el que tenemos que entender el anuncio de Alfonso Fernández Mañueco de convocar nuevas elecciones a mitad de mandato. El anuncio, no la decisión, porque ésta pertenece al número 13 de la calle de Génova, en Madrid. Pablo Casado mueve sus peones para tener dominado el tablero cuando Pedro Sánchez se enfrente a unos nuevos comicios. Mañueco no ha hecho un Ayuso, porque la operación no es suya.
Las elecciones de mayo en la Comunidad de Madrid dieron la medida exacta del interés de los votantes por Ciudadanos: cero. La convocatoria de elecciones en Castilla y León corroborará la desaparición del partido de Inés Arrimadas. Y lo mismo ocurrirá en Andalucía, que habrá de celebrar elecciones también en 2022, en diciembre a más tardar.
Las elecciones andaluzas tienen una especial relevancia. Las encuestas recogen de forma consistente un cambio muy importante en la composición del voto. Los andaluces votan poder, y eso le favorece ahora al Partido Popular. Y si esa tendencia se confirma en las elecciones nacionales, podemos estar ante un cambio de ciclo para la próxima década. Las encuestas muestran que Partido Popular y Vox pueden ganar las elecciones. La última de ellas, realizada por GAD3, le otorga mayoría absoluta a la suma de los dos partidos, incluso con un 2,5 por ciento del voto perdido en Ciudadanos. Aunque es una incógnita, creo que la operación política en torno a la España vaciada no va a ser muy significativa. El mayor riesgo que corre Génova es seguir conspirando contra el PP por anteponer el control del partido a la emergencia de Isabel Díaz Ayuso como líder. Y colocar a Vox en pie de igualdad.