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El 'posprocés': libertad para insultarse impunemente

«No nos quedaremos sin nuestra parodia nacional. Ha llegado el momento de que ERC y Junts contenten al personal con buenas dosis de chabacanería patriotera»

Opinión

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. | Europa Press

  • Badalona, 1976. Licenciado en Periodismo y Filología Hispánica. Ha trabajado en radio, medios escritos y agencias de comunicación. Ejerció la crítica cinematográfica en la revista especializada Dirigido Por durante más de una década y ha participado en varios volúmenes colectivos sobre cine. Ha publicado en El Mundo, La Vanguardia, Letras Libres, Revista de Libros, Factual, entre otros medios. Es autor de los libros Amores cinéfagos (Jot Down Books, 2023) y Viajando con ciutadans (Editorial Tentadero 2007/Editorial Triacastela 2015).

Tras la salida de los restos del naufragio convergente del Govern de la Generalitat, el exsecretario general de Junts Jordi Sánchez daba por finiquitado el procés. Han sido cinco años de turra ininterrumpida que dejan un paisaje político, moral y económico desolador. Si hay una buena noticia, una nota feliz, es que, si exceptuamos el lapso de las dos experiencias tripartitas, los convergentes se quedan por primera vez fuera del Gobierno autonómico desde las elecciones de 1980. El día que, por imperativo de sus bases, decidieron abandonar el barco de la Generalitat llovía en Barcelona. Fue agradable verlos desfilar bajo la lluvia. Una imagen que anunciaba la intemperie que les espera a partir de ahora. Tan acostumbrados ellos al resguardo del poder. Les queda, eso sí, la Diputación de Barcelona, que comparten con los socialistas. Magro botín para tanta tripulación hambrienta.

Si el procés ha muerto, el tiempo del posprocés no ha hecho más que empezar. Las miras puestas en las elecciones municipales del año que viene, tanteo de las generales y tal vez de unas autonómicas anticipadas. A Puigdemont, por otra parte, le interesa que el ruido posprocesita se mantenga a un nivel alto de decibelios, ya que la maraña es la única posibilidad que tiene de no perderse en el más triste de los olvidos. De momento lo consigue a duras penas, puesto que cada día que pasa su figura va adquiriendo una pátina de extravagancia recóndita. Ya no se sabe muy bien qué hace ni qué demonios preside. La residencia de Waterloo más que una Casa de la República parece la Casa de Usher del relato de Edgar Allan Poe. Tampoco se conoce oficio ni beneficio de sus acompañantes, un rapero y un pianista aficionado.

«Sabido es que republicanos y convergentes no se soportan»

En cualquier caso, la ruptura de los republicanos y los convergentes ha supuesto una liberación para ambas partes. Es sabido que no se soportan y que su odio visceral es a cara de perro. Ahora que no tienen que fingir podrán insultarse con total libertad e impunemente. Sin ir más lejos, la señora Laura Borràs ya no deberá achacar su célebre «Esquerra Repulsiva de Catalunya» a un lapsus linguae, sino que podrá exhibirlo como un hallazgo brillante de su viperina cosecha conceptista. De hecho, Borràs fue la primera en disparar contra el Gobierno de Aragonés desde la nueva oposición al afirmar que no tiene «legitimidad». Enseguida se encontró con la réplica de la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, que calificó el lenguaje de la líder de Junts de «populista» y lo comparó con el de Vox. Por su parte, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ya le está pidiendo a Aragonés que se someta a una cuestión de confianza antes de negociar los presupuestos. De hecho, Turull se lamentó de la falta de diálogo del presidente.

Las bofetadas van y vienen. Sin disimulo ni recato. Prepárense las palomitas y pónganse cómodos en el sofá porque ésta será la tónica y la catadura moral del posprocés. Nadie se crea que dando por finiquitada de boquilla la turra nos quedaremos huérfanos de nuestra dosis de parodia nacional. Lo sabíamos de mucho antes, pero este lustro ha servido de irrefutable prueba del algodón: nada más español que el nacionalismo catalán cuando se pone el mundo por montera. Así que ha llegado el momento de contentar al respetable con una buena dosis de chabacanería patriotera. Gritos, insultos, cruces de acusaciones y lloriqueos frente a los micrófonos y ante las cámaras. Todo, claro está, en aras de la patria y por amor al terruño. Visto el percal y como canta la copla: «no me quieras tanto».

Laura Borràs, tras la ruptura del Govern de Cataluña: «Junts gana, Aragonès pierde»Laura Borràs, tras la ruptura del Govern de Cataluña: «Junts gana, Aragonès pierde»
2 comentarios
  1. Pepecola

    Vale si, seguiremos teniendo nuestra dosis diaria de sinvergonzonería y de chabacanería en vena, a ver qué remedio, porque de eso ya se encarga el gobiernillo del petitó Aragonés por la cuenta que le trae, pero ya no será lo mismo si desactivan a Puchi y a sus esbirros por fuera de juego flagrante. Yo estoy muy mosca cojonera (con perdón) porque creo que todo el merdé kafkiano del pruses puede reactivarse en un momento dado si se descubre que el vivales no estaba muerto, que no, que estaba tomando canyas con sus conmilitones, y una de gambas al ajillo en un tugurio moscovita de mala muerte, con un espía que surgió del frío como una alcachofa en temporada.

    Ya estoy muy harto de proponer una solución bastante permanente (a 30 años vista por lo menos) al conflicto cata cata catalán de la Cataluña catalana, pero no me hace caso ni Perry. Y mira que ya he llevado mi propuesta centenares de veces al tribunal de conflictos institucionales del terruño y al síndic de Greuges (Síndico de broncas vitalicio, ahora síndica me parece) pero que si quieres arroz Catalina…

    Pues bien, el conflicto entre las dos facciones de lazis en liza está en todo lo alto y no parece que ninguno de los dos contendientes y sus huestes estén dispuestos a ceder ni un palmo de terreno ni mucho menos a dar su brazo a retorcer, antes muertos que cesantes, hasta que uno de los dos no salga del palenque del honor con los dos pies por delante y con el yelmo abollado a la remanguillé. Hemos llegado a un culo de saco tremendo cuyas consecuencias a medio y largo plazo son muy difíciles de preveer a ojo de buen cubero., pero yo tengo una solución civilizada que propongo a la consideración de vuesas mercedes y la patente de corso.
    A saber, y ganar en la 2 de RTVE: trátase de una solución harto sencilla que no requiere de ningún esfuerzo presupuestario de la mermada hacienda del gobiernillo, que se lo ha gastado todo es estupideces humillantes y así nos luce el pelo. En dos palabras:
    Fase 1: Puchi le envía a Aragonés de tapadillo con los gastos de locomoción pagados y media pensión de alojamiento en algún cuchitril de la ciudad de los prodigios a los dos padrinos que tiene mas a mano, al pianolista aficionado a darle al manubrio, y al rapero desafinado de la mala leche, con el encargo de que le reten a combate singular a calzón quitado. El juicio de Dios, vamos… vamos a ello, pues….
    Fase 2: Aragonés los recibe en su despacho con cajas destempladas y los manda a escardar cebollinos a San Vicente de los Huertos, para que le arreen un par de sonoras bofetadas al Beato que le vuelvan la cara del revés. (Hasta aquí no se ha maltratado a ningún animal de bellota y el proceso va de perlas. Oi que oui?).
    Fase 3: Si el Beato no se da por aludido y no acepta el reto, insistir en los sopapos de forma contenida hasta que se le pongan las carrilleras como un tomate maduro en rama.
    Fase 4: los pendones y los banderines de las dos casas lazis facciosas ondean al albur de un vientecillo de poniente muy agradable. Me tomo un quinto y un platillo de altramuces chochos que son una delicia civilizatoria, me delicio con los altramuces y me dispongo a ver el combate singular a cuatro manos entre los dos campeones y sus palafreneros de compañía, que retienen a las cabalgaduras respectivas como pueden. Doña Laurita Borrás deja caer el pañuelo con su nombre bordado con un pelo del parrús de la infrascrita, o moquero que también le llaman, empapado en lágrimas de cocodrilo por las letras cata cata catalanas, y comienza el combate singular a soplamocos y tremendos pescozones entre los dos campeones en liza. El primero en dar es Puchi, que da dos veces, y le propina un par de directos al mentón huidizo del Beato, que los acusa con un alarido desgarrador que sobrecoge a toda la corte y confección. Salen las mulillas de arrastre y se lo llevan a rastras en peso, derrapando en la curva de la Estafeta. El respetable se sobrecoge un cabreo del quince porque todos han apostado por el Beato que le saca unos cuantos kilos al campeón de la casa de la republica que no existe, idiota, de Waterloo….las apuestas van dos a uno y mierda para cada uno, pero estamos en los comienzos y aún queda mucha tela por cortar y muchas aventuras por narrar…
    (Continuará)

  2. Pablo_K_gado

    Los catalanes consiguieron engañar al resto de españoles durante años, al presentarse como adalides de la modernidad; del trabajo constante y bien hecho; de la sensatez (el tan traido «seny»), etc…Hasta parecían ser más guapos y más listos que los demás. Pues bien, el trampantojo catalán se cae a pedazos; hasta para hacerse las víctimas y culpar a los demás de sus males, son cutres hasta decir basta.
    El único valuarte que tiene esta gente es un PSOE traidor que antepone el ascenso al poder al bien social de los españoles.

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