Bienvenida recesión
«Está claro que las causas de la recesión son múltiples, pero también es cierto que este Gobierno no despierta confianza alguna ni dentro ni fuera del país»
Por si no se han enterado todavía, el pasado martes 25 de octubre la Airef (la Autoridad Independiente de la Responsabilidad Fiscal) anunció que España encadenará los últimos trimestres de este año y que se prolongará a los tres primeros meses del 2023 un crecimiento económico negativo, es decir, que al menos técnicamente España está entrando en recesión. No salimos de una y nos metemos en otra.
Está claro que las causas de esta recesión económica son múltiples, todo un catálogo de desdichas que van desde la crisis a la pandemia hasta la guerra de Ucrania pero también es cierto que en nuestro caso todo esto se ha visto agravado por un Gobierno que no despierta confianza alguna ni dentro ni fuera del país y que con su ineficiente actuación ha logrado el dudoso honor de colocarnos a la cola de los países desarrollados en la carrera por salir de la misma.
Por cierto, no sé si recuerdan aquella frase del exministro Solbes, en la época de Zapatero, allá por el 2008, cuando dijo «no estamos en una crisis, estamos en una recesión» y es que una recesión es cuando se contrae el PIB dos trimestres consecutivos y esto hace que el crecimiento económico sea cero o nulo. Y se nos complica porque hay que sumarle la inflación que estamos viviendo; vamos, que recesión más inflación por las nubes hace que las cosas estén más caras.
Ahora bien, ¿ustedes creen que el Gobierno de Sánchez reconoce esta situación? NO, y ¿saben lo que dice nuestro Gobierno? Pues dice lo siguiente: «Es verdad que para el año que viene (2023) nuestra previsión de crecimiento era de un 2% y la realidad es que no va haber crecimiento económico, pero chiquis tranquilos que yo gobierno y seguiré ganando gracias a vuestra cesta de la compra y otros impuestos».
Ya saben que la manera que tiene el Gobierno de recaudar es a través de los impuestos y el único impuesto no discriminatorio, por el momento, tanto para pobres como ricos es el IVA y comer, comemos todos. Es decir que si un kilo de naranjas vale 5 euros el IVA de esas naranjas valdrán más si valen 10 euros por la inflación, y así el Gobierno gana mas y podrá hacer frente al gasto público.
«Mientras tanto, el Gobierno sigue recaudando más gracias al IVA de esos precios más elevados»
Pero, si estamos en un consumo negativo donde consumimos menos, tendría que ser más barato, ¿no?, la llamada oferta y demanda. Y aquí entran los precios de la electricidad y del gas que hacen que se encarezcan los precios a la hora de la producción y se vean reflejados en el precio final para el consumidor y mientras tanto el Gobierno feliz porque sigue recaudando más gracias al IVA de esos precios que están elevados.
Y claro, si un ciudadano de a pie no llega a final de mes, una solución a corto plazo es pedir un crédito y tal y como está la situación económica la concesión de créditos e hipotecas por parte de los bancos también se están viendo afectadas, porque los bancos nunca se van a arriesgar. Para ello han aumentado los intereses sabiendo que el prestatario carece de solvencia y así hay menos demanda. Pues ya me dirán qué hacemos para vivir.
Y a todo esto, tenemos que sumar unos Presupuestos poco realistas, con unos fondos europeos que deberían de estar despegando y no despegan. Yo me pregunto, ¿por qué el Gobierno no organiza unos PERTE? ¡¡¡PERTE, qué palabra más fea!!!
Un PERTE es un proyecto estratégico para la recuperación y la transformación económica, es un instrumento de colaboración publico-privada que junta a las administraciones, a la empresas, a los centros de investigación para identificar qué sectores son claves para la transformación económica del país dotándoles de ayudas para su desarrollo y transformación de dicho sector, gracias a los fondos europeos. Y de momento no tiene visos que el Gobierno lo quiera hacer.
Conclusión, que estamos como queremos, con una inflación por las nubes, un consumo caro y un nulo crecimiento económico que se traducirá en pérdidas de puestos de trabajo y un aumento del paro, siendo una situación poco favorable para Pedro Sánchez para repetir cuatro años más en La Moncloa.