MyTO

Las costuras de Frankenstein

«Los socios del Gobierno necesitan empezar a hacer la guerra por su cuenta. Eso sí, siempre les quedará el franquismo y la demonización de la derecha»

Opinión

THE OBJECTIVE

  • Málaga, 1966. Ha sido columnista en El País, El Mundo, Vocento y escribe para Joly; es comentarista político en Herrera en Cope y director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA). Libros: El artículo de opinión, El periodismo débil…

Pedro Sánchez tiene claro que los próximos doce meses van a ser una larga carrera electoral, con una peligrosa meta volante en las elecciones municipales y autonómicas de mayo cuyo resultado marcará la recta final hasta los comicios generales del próximo otoño. Él ya lleva semanas en modo campaña. Los propios Presupuestos Generales están llenos de claves que delatan hasta qué punto se han diseñado como primera versión de su programa, financiado con el soporte de las arcas públicas.

Claro que Pedro Sánchez parece olvidar algo: gobierna con Frankenstein. Y sus aliados no van a dejar que Sánchez les haga la campaña como apéndices subsidiarios. Necesitan su propia hoja de ruta. La costuras de Frankenstein van a tensarse, forzados a competir entre ellos.

Hasta ahora ha prevalecido un interés común: mantener la cohesión como bloque para consolidarse, primero, y después perdurar como mayoría de la legislatura. Podemos logró excluir a Ciudadanos de cualquier pacto para alejar toda posibilidad de geometrías variables. Ahora en esa mayoría empieza a abrirse paso la consigna de «sálvese quien pueda». Cada parte de Frankenstein va a necesitar sobrevivir por sí misma. Y cada cual va a hacer la campaña por su cuenta sin dejarse atrapar por el abrazo del oso. Por eso Podemos, a la baja en los sondeos, presiona para una comisión de investigación sobre el asalto de Melilla en el que murieron decenas de inmigrantes que trataban de llegar a Europa. La BBC ha introducido hipótesis inquietantes. Hasta ahora los socios del PSOE han callado –de haber ocurrido esto con el PP en el poder, las calles habrían sido un infierno– pero Podemos sabe que ese es uno de los caladeros mas prometedores para ir a por votos.

A Podemos ya se le han sumado ERC, Bildu, Junts, Más País, BNG, Compromís y la CUP, en una versión extendida de Frankenstein.

«Rubalcaba fue más rápido que Víktor Frankenstein: no necesitó ver al monstruo para entender, como éste, el horror de lo que había hecho»

Esquerra también opera a la vez con el PSOE y frente al PSOE, para reforzarse en la Generalitat y disputarles las municipales. El propio Rufián ha empezado el pulso como candidato en Santa Coloma de Gramanet, donde gobiernan los socialistas desde siempre, ahora con Nuria Parlón en su cuarto mandato, los dos últimos por mayoría absoluta. Rufián, hijo y nieto de trabajadores jienenses que nació allí, quiere arrebatarles esa alcaldía icónica, entre las diez más pobladas, por delante de Girona, Figueras, Manresa, Vic…. Así, ayer mismo Rufián también atacó a Yolanda Díaz por evocar al Felipe de 1982: «Si anda como el PSOE, nada como el PSOE y grazna como el PSOE, seguramente sea como el PSOE». Este todos contra todos va a empezar a normalizarse. Incluso el PNV ha llevado esta semana a la sesión de control una carga contundente contra Sánchez. Cada parte de Frankenstein necesita empezar a hacer la guerra por su cuenta.

Eso sí, siempre les quedará el franquismo y la demonización de la derecha como nexos de unión, para destensar.

Rubalcaba fue más rápido que Víktor Frankenstein: no necesitó ver al monstruo para entender, como éste, el horror de lo que había hecho. Él intuyó que así sería. Advirtió a su partido del error fatal de unir su suerte a populistas y nacionalpopulistas, pero Pedro Sánchez impuso el sí es sí. Hasta entonces había sostenido que nunca pactaría con Podemos, pues comprendía que eso quitaría el sueño a los españoles; aseguró que en ningún caso se aliaría con los indepes, e incluso endurecería las cosas para ellos; y había garantizado, contundentemente, que jamás iría junto a Bildu en nada… todo eso antes de componer con ellos su Frankenstein más algunos otros retales. A su modo, Pedro Sánchez, como el propio personaje del monstruo de Frankenstein, debió de pensar aquello de «no tengo miedo; y por lo tanto, soy poderoso». Ha disfrutado de ese poder. Pero Frankenstein nunca podría acabar bien. 

6 comentarios
  1. ToniPino

    Los miembros de Frankenstein hacen la guerra por su cuenta de cara a las elecciones, pero saben que no pueden desmembrarse. De momento, Frankenstein está fuerte como un toro. Todo tiene un principio y un fin, pero el final de Frankenstein no lo veo cercano.

    Yo no sé hasta qué punto la demonización del adversario es eficaz. Fascistillas y comunistillas existen, pero llamar fascista o comunista a todo lo que no nos gusta ya no surte mucho efecto. La banalización de estos términos los va vaciando de contenido.

  2. Halcon

    Sánchez realiza dos gestiones, la colectica y la individual

    La gestión colectiva de Sánchez es nefasta. Desempeña el rol presidencial, de forma perjudicial a los intereses del país que debía proteger. Todo esto, con un comportamiento oscilante, sin un rumbo claro, con un lenguaje pleno de mentiras. Con políticas contradictorias, con miembros del gobierno trasladando una cosa y la contraria, y con unos problemas económicos muy serios.

    La gestión particular es otra cosa. Desempeña el rol individual, como el de una persona orientado únicamente al poder (parece como su única idea, esto es muy peligroso). Por esta orientación se presenta centrado en sí mismo (narciso), que se mira en muchos espejos (quizás en F. González), y por lo que parece, no le devuelven la imagen que anhela. Esto le produce hostilidad, inconstancia y quizá a veces tristeza (sólo expresada ante los íntimos, muy pocos), es signo de debilidad. Narciso se presentan omnipotente. Busca perpetuarse aquí, o en otra parte, es su condición.

    Por otra parte, el conciliábulo Frankenstein que forman el gobierno, hará la ceremonia de separación y en su momento, un nuevo aquelarre, para repartir el motín (dinero y cargos).

  3. Derry

    En cualquier democracia consolidada un personajillo como el que gobierna España, un individuo mentiroso capaz de vender su propia madre con tal de seguir en el poder, un canalla capaz de pactar con lo peor de la sociedad que representan los etarras, separatistas, golpista s y comunistas estalinistas, Ese dirigente siniestro hubiera desaparecido de la política hace mucho tiempo, pero estamos en España, un pais borregil y lanar. Un pais donde cientos de miles de idiotas siguen votando con el estómago, la vesícula biliar y/o con las hooves.

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