Que el 23 nos devuelva el espíritu del 78
«El enorme incremento del gasto del gobierno de Sánchez y Unidas Podemos, ha supuesto que España tenga el lamentable récord de ser el país que mas se ha endeudado en los últimos años»
Arranca un nuevo año que llega completito de dudas e incertidumbres. Esperemos que no haga como el 2022 al que se recibió con las mayores esperanzas tras los dos años de la pandemia de la covid, y que en apenas dos meses se torció y nos trajo una guerra en Europa que nos retrotraía a lo peor del siglo XX. Lo peor no sólo por la guerra sino por el asesinato, tortura y violación de civiles ucranianos por las ordenes asesinas de Putin. Campos de concentración, tumbas con civiles ejecutados, violaciones a mujeres, e incluso torturas a niños. Putin ha violado todas las convenciones éticas, y sigue siendo insensible incluso a la muerte de cien mil soldados rusos. Una masacre.
Putin nos trajo con la guerra una crisis energética salvaje de una Europa la que cerró el grifo de su gas y petróleo y se convirtió en una crisis económica global con unos precios disparados en todos los países occidentales. Por una vez, España termina el año con los datos de inflación menos malos. Pero con nubarrones muy negros. Por un lado, el dopaje que ha usado Sánchez para bajar los precios energéticos subvencionándolo con el uso de las millonarias ayudas europeas ha disparado la deuda. Por otro, el descontrol de la inflación subyacente, la que no toma en cuenta ni los productos energéticos ni los alimenticios sin elaborar, que ha cerrado el año 22 en un 6,9%, más de un punto por encima de la inflación general. Con una UE donde los precios siguen más caros, el Banco Central Europeo ha vuelto a subir los tipos, y ya tenemos el Euribor por encima del 3%. Los tipos van a seguir subiendo y eso implica dinero más caro, algo peligroso para los países muy endeudados como es el caso de España.
«La batería de medidas sociales y económicas pretende captar un votante que peligra por otras razones. Pretende ocultar el malestar que hay por otras razones»
El enorme incremento del gasto del gobierno de Sánchez y Unidas Podemos, ha supuesto que España tenga el lamentable récord de ser el país que mas se ha endeudado en los últimos años. Desde el cuarto trimestre de 2019 al segundo trimestre de 2022, España ha incrementado su deuda en un 18% de su PIB. Nadie nos gana en Europa. Cierto que Italia y Francia nos siguen, pero varios puntos por abajo. La media del endeudamiento de los 27 países de la UE ha sido del 9%, justo la mitad que el español. Incluso hay países como Irlanda, Noruega, Dinamarca o Suecia que han bajado en este periodo su porcentaje de deuda. Son datos de Eurostat, que son casi siempre omitidos por este gobierno en el que su presidente se pone incluso medallas de cómo dirigir la política energética de Europa.
La situación económica es peligrosa a corto plazo. Y con dos elecciones este año, la tentación de caer en medidas populistas que busquen el voto clientelar son tan enormes, que Sánchez, como decía Oscar Wilde, ha evitado ya la tentación cayendo en ella. A las pagas de 400 euros para los jóvenes de 18 años, llegan ahora otras pagas de 200 euros para familias que lo estén pasando mal y a las que no soluciona nada Es paradójico que estas propinas sean el doble para esos jóvenes que tendrán voto por primera vez. La batería de medidas sociales y económicas pretende captar un votante que peligra por otras razones. Pretende ocultar el malestar que hay por otras razones. Porque razones hay para muchos ciudadanos incluyendo votantes socialistas. Con solo escuchar los mensajes de Navidad de los barones socialistas uno se da cuenta de que esas razones: indultos, sedición, malversación ellos también se temen que puede ir todo a peor. Y ese peor se llama celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. O cita, o consulta, o acuerdo , o lo que sea.
Sánchez lo negó tres veces. Pero asusta recordar que sigue dependiendo de los votos de ERC y Bildu. Asusta también verle paralizado ante la posibilidad de perder el apoyo de Unidas Podemos. Paralizado y callado cuando una ley de su gobierno, de su ministra de Igualdad, ha puesto en la calle a 14 violadores y ha rebajado la pena a 164 durante el pasado año. Y ahora llega al Senado otra Ley que puede hacer también mucho daño a menores: la Ley Trans.
Sánchez sabe que estos años de gobierno Frankenstein han tensado demasiadas cuerdas. Con la oposición, con algunas autonomías, con su propio partido. Pero lo más peligroso es que ha tensado la cuerda en demasía con otras instituciones. Cuando el Rey hablaba en su discurso de Navidad de los riesgos de la erosión institucional ponía el foco en el eje del funcionamiento de nuestra democracia y de nuestro estado de derecho que ha conseguido que España haya disfrutado de mayor periodo de democracia de su historia.
Se consiguió entre todos porque todos entendieron que la única fórmula para salir adelante era el consenso. Un consenso fraguado en el espíritu del 78 que coronaba un proceso en el que hubo Pactos de la Moncloa, se creó el Estado de las Autonomías y, sobre todo, se consiguió con la aprobación mayoritaria del pueblo español, una Constitución que ha permitido el desarrollo de nuestras libertadas, el progreso económico y el progreso social. También por entonces los líderes de UCD y PSOE, de Alianza Popular y del PCE, o incluso de Convergencia y PNV se sacudían dialécticamente. Y mucho. Pero hubo el propósito de que todos ganaran mucho, aunque todos perdieran un poco. Ese espíritu se perdió hace años. Ahora todos los partidos, todos, solo intentan que los suyos ganen mucho y que los otros no ganen nada. Se penaliza a colectivos, a comunidades autónomas, sistemas de enseñanza, usos de lenguas sin ningún tipo de pudor ni de respeto de las minorías, que en algunos casos son incluso mayorías.
Ojalá que el 2023 nos traiga que la economía empiece a recuperar las mejores perspectivas, los precios bajen y los puestos de trabajo suban. Ojalá que la solidaridad de todos ayude a una mejor justicia social que ayude a los que menos tienen. Ojalá que el 2023 haga recuperar a nuestros políticos el sentido común, el sentido ético y el sentido moral de la actividad política. Y ojalá que Sánchez comprenda que tener el poder, no lo justifica todo.
Feliz Año. Y que termine la guerra en Ucrania.