Las pensiones en el alero
«Nadie parece acordarse de la mayor trampa, la que consiste en que los déficits de las pensiones los pagamos todos los españoles menos los vascos y los navarros»
Ilustración de Erich Gordon.
El viernes pasado, el ministro Escrivá anunció que había llegado a un acuerdo con la UE respecto a la nueva legislación que se va a aplicar a las pensiones, y es que el déficit que estas están provocando resulta muy difícil de sostener.
En 2019, los impuestos recaudados por el Estado aportaron a las Seguridad Social (SS) 15.643 millones de euros y en 2022 fueron 38.722 millones. Ahora, en un solo mes, la SS necesita casi 12.000 (aparte de cotizaciones) para pagar las pensiones.
El acuerdo con la UE contiene en resumen los siguientes aspectos: a) se van a incrementar las bases máximas de cotización (de 4.495 euros mensuales en 2023). Este proceso se desarrollará entre 2024 y 2050, añadiendo a la tasa anual del IPC una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales; b) cuota de solidaridad para los salarios tan altos que actualmente no cotizan al completo. Será del 1% en 2025 e irá subiendo 0,25 puntos al año hasta llegar al 6% en 2045; c) mecanismo de equidad intergeneracional: en vez de ser 0,6 puntos se dobla hasta 1,2 en 2050. Irá subiendo hasta este objetivo una décima al año; d) incremento de las pensiones mínimas hasta converger con el 60% de la pensión mediana nacional; e) Subida de las pensiones no contributivas, que crecerían hasta alcanzar en 2027 el 75% del umbral de la pobreza.
La propuesta ha sido bien recibida por los sindicatos, pero la CEOE, Cepyme y ATA han puesto el grito en el cielo: «Mostramos nuestra más frontal oposición», se lee en su comunicado.
Por su parte, Lorenzo Amor, presidente de ATA y vicepresidente de CEOE, lo dejaba muy claro en unas declaraciones a El Mundo:
«La fiesta de las pensiones se quiere pagar esquilmándonos a autónomos, empresas y también a los trabajadores. El Gobierno pone en marcha una subida generalizada de las cotizaciones que se suma a la subida de costes energéticos, de los tipos de interés, de los alquileres, de los costes laborales. Viene en el momento menos indicado».
«El cupo vasco se ha convertido en una chapuza impresentable»
Pero, al parecer, nadie parece acordarse ahora de la mayor trampa, la que consiste en que los déficits de las pensiones los pagamos todos los españoles menos los vascos y los navarros. Conviene saber que los jubilados vascos son los que cobran una pensión más elevada, de 1.976 euros, y los navarros 1.540 euros al mes, ambos por encima de la media nacional de 1.368 euros.
Y así estamos, en eso que se conoce como el cupo y que se ha convertido en una chapuza impresentable. ¿Qué es el cupo? En teoría es la cantidad de dinero que ha de aportar al Estado la Hacienda del País Vasco por todos los servicios que el Estado suministra allí, pero los nacionalistas no se atienen a ningún cálculo objetivo sino que negocian con el Gobierno español de turno cuánto han de pagar. Así, el pasado mes de febrero el Congreso aprobó el cupo vasco por un valor de 1.467 millones de euros, y lo hizo con los votos del PSOE, PNV y también del PP, en lo que representa un desvarío, pues los partidos negocian una cantidad que no responde a ningún cálculo objetivo.
Y de los déficits de las pensiones allí, ¿qué? El cupo debería aumentar en más de 2.000 millones sólo para pagar el déficit actual de sus pensiones. Esto es, que la factura de las pensiones sería superior al conjunto del acuerdo. De eso ni se ha hablado y así el resto de los españoles pagamos los déficits generados en el País Vasco y Navarra. Y ese atraco, ¿hasta cuándo va a durar? Pues durará mientras exista déficit en las pensiones, y no creo que el acuerdo con Bruselas lo vaya a eliminar del todo.
