Meryl Streep y el Emérito
«Si invitaran a Juan Carlos I al acto, la actriz conocería a una de nuestras figuras más seductoras. Y quién sabe si de ese encuentro nacería un cálido cuento otoñal»
Hace un par de semanas una jovial vecina de Córdoba se deshacía en amorosos elogios hacia la reina Letizia, el rey Felipe, sus hijas y mandaba a tomar por culo al resto de la familia Borbón. Tal y como somos en este país, no sería de extrañar que la misma señora unos años atrás hubiera aplaudido fervorosa el paso majestuoso de Juan Carlos y Sofía o, peor aún, brazo en alto hubiera recibido a Paquito la culona bajo palio. En cualquier caso, el comentario de la espontánea cordobesa muestra que la polarización en la que vive instalada desde hace algún tiempo la sociedad española ha alcanzado a la primera familia de la nación. De esta manera, dentro de la Familia Real, los abuelos bien pueden irse a tomar viento fresco. No hay que ser un lince para sospechar que, cuando se señala a los que estorban en la foto filtrada de una monarquía sin mácula, las miradas recaen especialmente y con ojeriza sobre la destartalada figura del Emérito.
Poco queda de aquel héroe de la Transición en el presente, aunque no cabe duda de que la Historia hará justicia con su papel determinante en la forja de una democracia tal vez no tan lograda como la Noruega pero bastante más elaborada que la de Namibia. Según el perfil, héroe trágico de Shakespeare, o esperpento de Valle si le alcanza el rumor del papel cuché. La última, según leo en estas mismas páginas de THE OBJECTIVE, sería una hija de nombre Alejandra, que «está casada, tiene un hijo y siempre ha decidido mantenerse alejada de la Casa Real, no habiendo reclamado ningún tipo de derecho sucesorio y habiendo mantenido un perfil bajo para no desvelar el que ha sido uno de los secretos mejor guardados por Zarzuela». Según parece «Don Juan Carlos y la madre de Alejandra se conocieron y compartieron una pronta afición por la caza. Esta no fue la única amante del Emérito y tampoco sería la última, aunque no se conocían hijos secretos de las demás».
«Meryl Streep, abanderada de las causas nobles en Hollywood, no parece interesada en pegarle tiros a los elefantes»
Esta sorprendente revelación ha coincidido con el nombre de la ganadora del premio Princesa de Asturias de las Artes 2023, que no es otra que la actriz Meryl Streep, abanderada de las causas nobles en Hollywood y que no parece precisamente interesada en pegarle tiros a los elefantes. De momento ya ha dicho que se siente «muy honrada de recibir este prestigioso premio de uno de los países y culturas con más talento del mundo». Ha dado su «más sincero agradecimiento a Sus Majestades y a Su Alteza Real» y ha añadido que tiene «muchas ganas de conocerlos en octubre y pasar un tiempo en su hermoso país».
Dudo mucho que inviten al Emérito al acto y así Streep, aparte de conocer a Sus Majestades, a su Alteza Real y pasar un tiempo en el hermoso país, podría disfrutar de un rato agradable con una de nuestras figuras más interesantes, seductoras e internacionales. Y quién sabe, incluso pudiera ser que saltaran las chispas, se produjera la química y de ese encuentro naciera un cálido cuento otoñal. Una modesta fábula hollywoodiense. Unas simpáticas vacaciones en Oviedo. La actriz madura y el rey jubilado de paseo por la ciudad vetusta. Risas y helados a los pies de la imponente catedral, filmados por la mano quirúrgica de William Wyler, con la limpia fotografía en blanco y negro de Franz Planer. No sería en una vespa romana, sino en aquel cochecito castizo de Pepe Isbert, porque, al fin y al cabo, esto es España. Y a todo detalle de buen gusto, a toda grácil elegancia, le sigue el rotundo mamporro.
Un artículete este impotente que revela una ambigüedad muy notable con respecto al emérito. Y escandalizarse porque pueda tener una hija es un acto de puritanismo hipócrita característico de la izquierda más casposa y analfabeta. Pero usted qué quiere de un rey o de un jefe de Estado cualquiera, sea presidente o supremo líder? Que sea una especie de santo, guerrero y monje? Un filósofo? Un eremita?
El Emérito con una señora de avanzada edad? Poco le conoce Ud, a él le van más golfas y también más jóvenes. Tiene dinero para pagárselo y también otras juergas a las que asistir, más apropiadas para su carácter «campechano».
A este señor no se le ha podido juzgar porque en su momento ya se ocupó él de que la constitución, que por cierto él no juró, le eximiera de algo tan inconveniente como responder ante la ley por sus delitos. Y a pesar de ello, hay que seguir leyendo que es una injusticia que tenga que estar exiliado porque no ha sido condenado. Franco le concedió el privilegio de representar a España y él lo aprovechó para cometer todo tipo de golferías durante décadas, que le llevaron a amasar una formidable fortuna y amantes, mientras la prensa, el CNI y los políticos se afanaban en ocultárnoslo.
Huy. Cuánta información tienes sobre el emérito. Como si fuera tu hermano. Qué digo hermano: como si fuera tu hijo y tú su madre. Seguro que nada de lo que dices es mentira. Y nada de lo que dices es pura imaginación.
Huy. Que no le ha gustado mi comentario. Que sí, que tiene Ud razón, son todo patrañas. Le gusta más así? Le digo más, fue un rey ejemplar y lo poco que tenemos bueno en este país, ha sido únicamente gracias a él y a su gran generosidad. El modo en el que haya amasado su fortuna y sus supuestos delitos durante su reinado, como dijo Patxi López, qué más nos da?