THE OBJECTIVE
Jordi Bernal

Ana Obregón nunca volverá a estar sola

«A sus casi 70 años, parece querer revivir todo su esplendor pasado, al tiempo que aprovecha otro ciclo de vida ajeno para vender exclusivas»

Opinión
2 comentarios
Ana Obregón nunca volverá a estar sola

La actriz y presentadora Ana Obregón. | Europa Press

Cuando su estrella empezó a perder fulgor y el público ya no se arremolinaba en los cines para verla aparecer en pantalla, Greta Garbo exclamó: «Yo dije que me dejaran sola, no que me abandonasen». De hecho, muchos años después de jubilarse del cine y dejar atrás Hollywood, se la podía ver pasear entre la multitud por las calles de Nueva York, como una viandante más, con su gorro, su anorak, sus bolsas, sin maquillar. De las humildes calles del Estocolmo de su infancia a las populosas avenidas neoyorquinas. Ruido y gente. No había más misterio detrás de la Esfinge. 

Gloria Swanson, o lo que es lo mismo Norma Desmond en El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder, bajaba por las escaleras de su vieja mansión, buscando a tientas el esplendor perdido, anhelando desesperadamente la grandeza del encuadre que la llevara a refulgir de nuevo en el firmamento de los dioses adorados por la turba mortal. 

En nuestro humilde terruño se ha convertido en chanza aquella súplica lanzada a las masas desaforadas: «¡Si me queréis, irse!». La misma folclórica, al cabo de unos años, pedía a los mismos que había mandado a paseo, que se rascaran el bolsillo y pusieran una peseta para sufragar sus problemas con Hacienda. Prometía que luego se iría con todos ellos al estadio a celebrar el acto de generosidad. 

«Llegar a ciertas edades con una necesidad perentoria de público o un miedo asfixiante a la soledad debe de ser durísimo»

Ahora le toca el turno a una clásica del papel cuché: Ana Obregón. Lleva unos días en el candelero por su maternidad a los 68 años mediante el método de la gestación subrogada. Según leo en la crónica de María Palmero en estas mismas páginas, ha dado a luz a una niña que se llama Ana igual que ella. Las primeras palabras tras el peculiar parto de la Obregón han sido: «Nunca volveré a estar sola». De eso no cabe duda. Para empezar, las ha acompañado el fotógrafo de la revista ¡Hola!, que publica las primeras imágenes de la madre con la hija. Entiendo que es a esa compañía a la que se refiere Ana, aunque ella niega que la exclusiva esté pactada. 

Me pregunto si no hay un punto del síndrome de Norma Desmond en la actitud de Ana Obregón, ya que, a sus casi 70 años, parece querer revivir todo su esplendor pasado, al tiempo que aprovecha otro ciclo de vida ajeno para vender exclusivas (y se cree Shakira que ha descubierto la facturación entre el universo femenino…). De esta manera, las consumidoras de la cosa cardiaca podrán disfrutar del bautismo de Ana, el primer día de colegio de Ana, la comunión de Ana y por ahí. 

Llegar a ciertas edades con una necesidad perentoria de público o un miedo asfixiante a la soledad debe de ser durísimo. Sobre todo, porque cada tarde no se presentan en tu casa los chicos de Vox a ofrecerte liderar una moción de censura o no hay un joven guionista a mano al que poder asesinar. Así que Anita Obregón ha optado por el original método de la gestación subrogada en Miami, puesto que, en España, y hasta nuevo aviso, la práctica es ilegal desde 2006. «Muero de amor», cuenta María Palmero que Obregón ha escrito en su cuenta oficial de Instagram. Tiene ya más de 150.000 likes de ese millón de seguidores. «No volveré a estar sola», le informa a la anónima multitud. Así sea. Y que las dos Anas sean muy felices haciéndose compañía la una a la otra durante muchos años. Estoy convencido de que tendrán un público que las acompañará en todo momento y al que, de vez en cuando, pedirán que, por favor, respeten su intimidad y las dejen solas. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D