THE OBJECTIVE
Pilar Cernuda

Gane o pierda, una oportunidad para Feijóo

«A lo mejor, que fallaran las encuestas y que no se cumplieran los pronósticos que le situaban en Moncloa no ha sido tan mala cosa»

Opinión
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Gane o pierda, una oportunidad para Feijóo

Alberto Núñez Feijóo y Felipe VI.

Se despejó la incógnita y, conocida, se llega fácil a la conclusión de que el Rey se inclinó por lo lógico. A Pedro Sánchez y a sus estrategas, que son buenos -no reconocerlo sería ridículo- se les ve sobrados desde hace un par de días. Se comprende, tienen al alcance de la mano la permanencia en el Gobierno, pero la chulería con la que se expresa el presidente, el gesto de perdonavidas cuando menciona a Feijóo, dando entender que el Rey le ha designado candidato a la investidura porque él, Sánchez, no solo no ha hecho nada por evitarlo, sino que incluso lo ha impulsado, es irritante.

Por lo que significa de ninguneo a Felipe VI, como si necesitara el aval de Sánchez para tomar una decisión sobre la investidura. El Rey sabe perfectamente lo que hace y por qué lo hace aunque nadie conoce las razones por las que ha elegido a Núñez Feijóo, pero no es difícil adivinarlas. Las ha explicado en el comunicado de Su Casa, lo que no ha hecho nunca hasta ahora, pero además de esas explicaciones esta periodista tiene una percepción:  además de contar más votos y escaños que el actual presidente, Feijóo defiende sin fisuras la legalidad y la Constitución, lo que no puede decirse de los socios de Pedro Sánchez.

Los votos para una posible investidura de Pedro Sánchez no dependen de él mismo, sino de Puigdemont, Junqueras y Ortúzar. Y si me apuran, de Pablo Iglesias, que ya anda enredando y es adversario peligroso. No oculta que quiere pasarle factura a Sánchez, pero sobre todo a Yolanda Díaz, por el trato dado a Podemos y a su mujer, Irene Montero, a la que Yolanda dejó fuera de las listas.

Las próximas semanas van a ser apasionantes, con el intento de Feijóo de ser investido, la espera de Sánchez para intentar serlo si fracasa Feijóo, o incluso con la posibilidad de una nueva convocatoria de elecciones si no lo consigue ninguno de los dos.

El debate de investidura va a marcar el futuro de Feijóo, saque o no los votos necesarios para ser presidente. Es su gran oportunidad de presentar un programa, completo y sin límite de tiempo para exponerlo y defenderlo. Es también la oportunidad de dar opinión, sin límite de tiempo, sobre las consecuencias del trabajo de Sánchez como presidente, las consecuencias de sus actos y de sus pactos, y de responder a quienes le atacaran pretendiendo presentarle como un candidato que defiende lo mismo que Vox

«Feijóo ya debe saber qué colaboradores dan la talla, si hay que apartar a quien no da más de sí y la importancia de contar con buenos estrategas, que en el PP no es que sean escasos, sino que no existen»

Nada es seguro, todo es incierto, cualquier de los escenarios descritos es posible.

Pongámonos en el que se considera peor para el PP, que Sánchez continúe en Moncloa. ¿Es efectivamente el peor para el PP? Para la mayoría de los españoles sí, porque cuatro años de sanchismo han dejado el país hecho una pena, fulminando los principios de las antiguas películas de Hollywood, en las que al final siempre ganaban los  buenos. 

Con Sánchez han ganado los que quieren destrozar España, los que no respetan sus leyes ni la Constitución; y aunque Sánchez asegura que la economía va bien y el empleo mejor todavía, no es eso lo que dicen los expertos. La deuda y el déficit nos conducen directamente al infierno, la España subvencionada no podrá recibir lo que les prometieron y los años próximos serán una pesadilla. Quizá entonces ocurra lo de siempre, que los ciudadanos, espantados, votarán al PP a ver si lo arregla.

Feijóo, si no es presidente, peleará para serlo en el futuro. Y se le  ve con ganas, no piensa tirar la toalla.

A lo mejor, que fallaran las encuestas y que no se cumplieran los pronósticos que le situaban en Moncloa no ha sido tan mala cosa. Le da argumentos para tomar algunas decisiones en el partido, que son absolutamente necesarias para convertirse de verdad en un partido de gobierno consolidado para el futuro.  

Después de año y medio, Feijóo ya debe saber qué colaboradores dan la talla, si hay que apartar a quien no da más de sí y la importancia de contar con buenos estrategas, que en el PP no es que sean escasos, sino que no existen. Y hacen falta también en el PP dirigentes con instinto asesino políticamente hablando. Instinto que han tenido todos los grandes políticos que han hecho historia en el mundo.

Feijóo no ha nombrado todavía a sus portavoces parlamentarios definitivos. Significativo. Da la impresión de que no ha querido hacerlo hasta saber si tenía opciones para ser presidente, porque no es lo mismo ser portavoz del partido que gobierna que portavoz del partido de la oposición. Feijóo no ha sido nunca líder de la oposición, en este año y medio no podía confrontar con Sánchez porque no era diputado. Veremos qué ocurre ahora si Sánchez se mantiene en Moncloa y tiene enfrente a Feijóo para que le dé la réplica en los grandes debates. 

Ser líder de la oposición, que puede ser el sino de Feijóo, es un plus. Se aprende tanto, o casi, como en la presidencia de un gobierno.  Y después… ya se verá.

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