THE OBJECTIVE
Alfonso Javier Ussía

Del maletero a la genuflexión

«Es increíble que se siga pensando que los socialistas están haciendo algo que no sea arruinar al país entero a costa de despedazarlo en una nación de naciones»

Opinión
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Del maletero a la genuflexión

Ilustración de Alejandra Svriz.

En Bruselas, los desayunos siempre se riegan con café de alta calidad. Los pasteles, buenos panes o sandwiches, similares a los de su vecina Francia, suelen incorporar alguna rodaja de pepino que disimula la ingesta de mantequilla. Si la cosa se alarga, unos buenos moules-frites harán que la cosa fluya, y si las pretensiones abundan en demasía, un rápido Mitraillete o el típico chicons au gratin, que vienen a ser unas endivias envueltas en jamón y queso, que harán que la jornada se cierre con buena manduca, a la altura de una vicepresidenta del gobierno, en funciones, que parece significar que sus funciones son un limbo en el que se puede hacer de todo. El equipo de asesores, fotógrafos, directores de gabinete y demás, también tendrán que comer algo durante estas duras jornadas de putrefacción, así que veremos quién paga la factura del viaje, en funciones, para visitar a un político prófugo de la justicia que salió de España en maletero y volverá en Falcon. 

El Gobierno, en funciones, dice que el viaje de Yolanda Díaz no está respaldado por el Gobierno, aunque Yolanda Díaz sea la vicepresidenta del Gobierno, en funciones. Habría que matizar si lo de «en funciones» se refiere a funciones de teatro, funciones matemáticas, que incluirían desde lineales a logarítmicas, o funciones según dicta la propia RAE, que las define como las capacidades de actuar propia de los seres vivos y de sus órganos, y de las máquinas e instrumentos. Entonces, sí comprenderemos perfectamente esta necesidad de viajar a reunirse con Puigdemont para ver si entre todos los que quieren romper España consiguen gobernar España. Ni en una película de Berlanga se arriesgaron tanto los guionistas. Pero en la España de hoy, los guionistas de Moncloa han conseguido que todo esto parezca normal. Y por supuesto le deben dar las gracias también a esa retahíla de periodistas y escritores que se llevan crudo el dinero púbico para que toda esta anomalía se vuelva normal. 

Del maletero a la genuflexión hemos pasado estos años de pandemia e infantilización generalizada. Son varias las formas que nos han traído hasta aquí, desde la demonización de Vox al riego constante de millones para la confusión del feminismo y el cuento de los vulnerables, que aún teniendo delante la mayor cuesta de septiembre de nuestra historia, con la vuelta al cole, los carburantes, la compra, y el aceite de oliva español costando el doble de lo que se paga en Irlanda, se siga pensando que los socialistas están haciendo algo que no sea arruinar al país entero a costa de despedazarlo en una nación de naciones, contraria a la propia Constitución que les ha dado el poder que desempeñan. 

«La vicepresidenta se reúne al agua de Bruselas con un delincuente que se ha convertido en llave para que el Gobierno pueda seguir con su función»

Decía el otro día un digital que Madrid se había inundado contra Rubiales, con nada más ni nada menos que 800 personas desbordando las calles desde Callao hasta Sol, clamando contra este señoro al que la propia ataraxia de este gobierno ha permitido que, después de tanto ruido, solo sea amonestado con una falta grave que no le despojará de su puesto, por mucho que Iceta, el ministro del deporte más deportista que se recuerda, se quiera cargar. Y así con todo; titulares sensacionalistas para una generación infantilizada que necesita del alarmismo para conseguir que alguien cliquee un titular, mientras la vida se subasta por otro lado que no quieren contarnos y que pasa de tapadillo entre bobadas eufóricas. 

Mientras, la vicepresidenta se reúne al agua de Bruselas con un delincuente que se ha convertido en llave para que el Gobierno pueda seguir con su función, que no es otra que mantenerse en el poder a costa de indultar condenados. La maquinaria de blanquear estas conductas delictivas ya se ha puesto en marcha. Desde el asesor de Sánchez, convertido en columnista y artífice de la moción de censura contra Rajoy, al periódico de los Migueles, estos días nos inundan titulares sobre las bondades del diálogo frente al oscuro parecer de jueces, que ven como les invaden las instituciones y, valga la redundancia, sus funciones, unos tipos que están dispuestos a todo con tal de mantenerse en el poder. No duden que todo esto es culpa de la derecha extrema y la extrema derecha, de los temporales, de Rubiales, de Aznar, de Bush, de Franco, y qué coño, de todos los fascistas que nos rodean. 

Los escritores más noveles debemos aprender de cómo dicen y miran los más sabios, por eso me quedo con la frase que Arcadi Espada ha publicado en el diario, El Mundo, sobre este tema: «El encuentro es una escalofriante humillación de las instituciones españolas. No se trata de persuadirle para que regrese a España y se ponga en manos de la Justicia, sino de negociar su apoyo a la coalición de Gobierno de la que Díaz forma parte». 

Eso sí, con la panza llena de unos buenos croque monsieur, unos moules-frites, o los chicons au gratin, que deberán abonarse con el dinero de Sumar, ya que este Gobierno en funciones no está representado por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, que ha viajado a Bruselas con seis asesores, para encubrir un delito y a su delincuente. 

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