El coste de la independencia
«Cataluña perdería un millón de empleos y el 30% de su actividad económica si se independiza de España»
En estos momentos en que Pedro Sánchez necesitará ceder a todo lo que le pidan sus socios independentistas para ser investido presidente del Gobierno, es importante recordar que ni el intento del golpe de Estado, ni los indultos, ni la previsible -e inconstitucional- amnistía, ni una hipotética independencia de Cataluña, fruto de un posible referéndum que conceda Sánchez para seguir en la cabecera del banco azul, salen gratis. Además de la aberración legal que supone, del borrado de siglos de Historia y del incumplimiento constitucional, que se lleva por delante tanto la Constitución, como la Transición, como la concordia, todo ello tiene un tremendo coste económico.
Es cierto que el conjunto de España sufriría, al despedazarse una parte importante de España, la segunda región por volumen de PIB, tras Madrid, con cerca del 20% de la generación del mismo, y una elevada población, que supondría un coste para el conjunto nacional. Ahora bien, Cataluña se empobrecería sumamente, como podemos ver a continuación.
Efecto del intento de golpe de Estado
- El intento de golpe de Estado independentista, además de ser un atentado contra la Constitución, todo el ordenamiento jurídico y contra la convivencia ciudadana, también tuvo aspectos económicos muy negativos.
- Nada más proclamarse la DUI, muchas empresas comenzaron a irse de Cataluña para huir del escenario de miseria que el independentismo originaría.
- Eso provocó que muchas empresas (más de 4.000, con una facturación de más de 100.000 millones de euros) cambiasen su domicilio social y operativo.
- También las principales entidades financieras de origen catalán: Caixabank y Banco Sabadell.
- Ese proceso de la aprobación de la DUI hizo perder a la economía catalana 433 millones de euros de actividad económica, principalmente en el sector turístico, donde se perdieron 180.000 turistas, según Exceltur, y 319 millones menos de actividad económica. El siguiente sector más perjudicado fue el textil y el pequeño comercio.
- Con el terrorismo callejero tras la sentencia del TS, también se generaron importantes mermas en la actividad económica, de manera que tuvo un descenso de actividad económica de 600 millones de euros. Sólo el corte de carreteras tuvo un impacto negativo económico diario de 25 millones de euros. Por su parte, Seat, al temer por sufrir vandalismo en su planta, dejó de producir 3.500 vehículos.
- En resumen, esto sumó un deterioro de la actividad económica en Cataluña de 1.033 millones de euros, que ha empobrecido a la región catalana.
- Hizo descender el PIB en 457 millones de euros, que fueron adicionales a lo que descendieron por la desaceleración económica.
- Provocó una pérdida de 8.000 empleos adicionales a la pérdida de empleo que supuso la ralentización económica.
(Fuente: elaboración propia econométrica a partir de datos de caída de actividad anunciados por Exceltur y de caída de actividad estimada por patronales catalanas).
Los efectos negativos no fueron mayores gracias a que la actuación del Gobierno de entonces, presidido por Mariano Rajoy, evitó la deriva de la DUI, pero los nuevos intentos de ahora, con las manifestaciones de algunos políticos de su intención de volver a incumplir con el orden constitucional, a través de un referéndum que ya le han exigido a Sánchez en el Parlamento de Cataluña, puede incrementar exponencialmente este efecto negativo.
Efectos negativos de los indultos
- Los indultos que se concedieron no han frenado, como vemos, el intento de independencia, puesto que los beneficiarios no sólo no se arrepienten, sino que han afirmado que volverán a intentarlo y, de hecho, lo ponen de manifiesto al solicitar un referéndum.
- Ante ello, la incertidumbre que se abre en Cataluña es enorme, pues limita el crecimiento, especialmente grave en un momento en el que el horizonte económico se vislumbra frágil, habiendo entrado ya en una clara desaceleración, ya que nuevas empresas pueden salir de la región catalana.
- En este sentido, en un momento frágil del conjunto de la economía nacional y también de la catalana, puede frenar la producción de la economía catalana en el medio plazo en 5.000 millones de euros.
- Eso hace que la economía catalana frene su actividad -bien por menor recuperación, bien por caída de la misma- en 2.212 millones de PIB (un 1,16%), con una merma de 38.722 empleos.
Efectos económicos de una posible independencia
- Una hipotética independencia de Cataluña mermaría su PIB en un 30% (57.819 millones menos), perdiendo un millón de empleos (1.012.146 puestos de trabajo), que elevaría la tasa de paro de Cataluña, casi triplicando la actual, hasta el 39%.
Por otra parte, en una hipotética independencia de Cataluña, tendrían que pagar sus pensiones, 1.772.326 con los últimos datos disponibles. Es cierto que tratarían de hacer valer el devengo del derecho generado, pero dicho devengo se sostiene con la aportación de los activos actuales, al ser un sistema de reparto, con lo que si dejasen de cotizar sus activos podría quedar en el aire la cobertura de sus pensionistas. Adicionalmente, como es deficitaria, una Cataluña independiente tendría serios problemas para compensar la diferencia con la emisión de deuda, que se encuentra en el límite de nivel de bono basura, al que volvería en caso de independencia.
Es más, la deuda catalana, de 86.800 millones de euros en el IITR-2023, según el Banco de España, la ha colocado en la mayor parte de su porcentaje el Tesoro. Ahora bien, esa deuda es de Cataluña, no del Tesoro, que es un mero intermediario.
De esta forma, Cataluña es quien más recursos ha recibido del FLA, ni más ni menos que 98.730,1 millones de euros entre 2012 y 2023, más otros 19.765,8 millones del Fondo de Facilidad Financiera (FFF), el conocido como «FLA bueno». Es decir, a Cataluña el Tesoro le ha colocado deuda en el mercado entre 2012 y la actualidad por valor de 118.495,9 millones, como se puede comprobar en los datos que ofrece el Ministerio de Hacienda.
De la misma forma, también Cataluña fue la segunda región que más tuvo que recurrir a la financiación del Gobierno español para pagar a sus proveedores en 2012 y 2013, ante los atrasos que acumulaba por sus excesos de déficit, debido a su mala gestión. De esta manera, el Ministerio de Hacienda financió la deuda pendiente a proveedores de Cataluña con 6.465,60 millones de euros, un 21,40% de todos los recursos del plan de pago a proveedores.
¿Eso qué supone? Que además de haber sido la que más ha recibido del SFA, su deuda ha sido permanentemente financiada por la Administración General del Estado. Después de tantos años y de 118.000 millones financiados por los mecanismos extraordinarios de financiación (FLA, principalmente, y, en menor medida, FFF) la inmensa mayoría de la deuda viva de Cataluña, 86.800 millones al ITR-2023, según el Banco de España, ha tenido que ser financiada por el FLA, salvo que tuviese alguna operación antigua a largo vencimiento, poco probable, y el corto plazo financiado con líneas de crédito.
Por tanto, una independencia de Cataluña tendría un coste económico para el conjunto de España, sin duda, además del quebranto de la Historia, pero económicamente para Cataluña supondría un coste difícilmente recuperable en décadas, con impacto en la actividad económica y el empleo, que podría hacer que perdiesen un millón de puestos de trabajo y un 30% de su actividad económica. Además del delirio histórico y jurídico, se encuentra este delirio económico por parte de los independentistas, que arruinaría a Cataluña.