Los infiernos fiscales de España
«El esfuerzo fiscal que soportan los españoles ya supera en un 50% el promedio de la UE y la economía nacional se sitúa a la cola de la OCDE en competitividad fiscal»
España se ha convertido en un auténtico infierno fiscal bajo la era Sánchez, ya que, hasta el momento, ha dejado en herencia más de 40 subidas de impuestos y el mayor incremento tributario de nuestra historia reciente, con especial incidencia en IRPF, cotizaciones sociales, Patrimonio y Sociedades. Tanto es así que el esfuerzo fiscal que soportan los españoles, lo que pagan realmente en impuestos en función de su capacidad económica, ya supera en un 50% el promedio de la UE, según el Instituto de Estudios Económicos, al tiempo que la economía nacional se sitúa a la cola de la OCDE en competitividad fiscal, ocupando el puesto 34 de un total de 38 países.
Pero, dentro de España, existen importantes diferencias a tener en cuenta. El reducido margen de maniobra que, hoy por hoy, tienen las comunidades autónomas sobre algunos impuestos permite aplicar políticas diferentes, obteniendo de paso resultados igualmente dispares. Aunque con ciertos límites, los gobiernos regionales pueden bajar o subir parte del IRPF, el Impuesto sobre Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, así como establecer tributos propios sobre bienes y servicios que carecen de gravamen estatal.
El análisis concreto de estas figuras refleja que la Comunidad de Madrid es, por cuarto año consecutivo, la región con los impuestos más bajos de España, superando incluso al País Vasco, según el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal 2023 que presentó el pasado martes la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation.
«Díaz Ayuso ha aprobado 20 rebajas fiscales, reduciendo en medio punto todos los tramos del IRPF»
No es de extrañar si se tiene en cuenta que el Gobierno de Díaz Ayuso ha aprobado 20 rebajas fiscales, reduciendo en medio punto todos los tramos del IRPF, deflactando la tarifa para compensar la inflación, eliminando todos los impuestos propios o incrementando las bonificaciones en Sucesiones y Donaciones, entre otras medidas. Y lo mejor de todo es que no se trata de un fenómeno puntual. Madrid lleva bajando todos y cada uno de los impuestos desde hace casi 20 años, sin subir ninguno.
Por eso, precisamente, es la región donde se pagan menos impuestos de España, lo cual beneficia, especialmente a las rentas medias y bajas. Desde 2004, los madrileños se han ahorrado cerca de 68.000 millones de euros en impuestos, una media de 20.000 euros por contribuyente. Y todo ello sin reducir la recaudación, puesto que la mayor creación de riqueza y empleo ha permitido aumentar el número de contribuyentes y la base imponible.
En el lado opuesto, sin embargo, se encuentra Cataluña, seguida de Comunidad Valenciana, Asturias, Aragón y Extremadura. Estas cinco regiones son los infiernos fiscales de España, tras obtener la peor puntuación del índice. Cataluña cuenta con el doble de impuestos autonómicos que el resto de comunidades, además de añadir un nuevo tramo en el Impuesto sobre Patrimonio a partir de 20 millones de euros.
El anterior Gobierno de la Comunidad Valenciana, por su parte, aumentó el IRPF para las rentas de más de 52.000 euros y subió el tipo marginal de Patrimonio al 3,75%, el más alto de España y del mundo, al tiempo que se inventó un nuevo tributo autonómico y elevó Transmisiones Patrimoniales. Los asturianos siguen siendo, con diferencia, los que más pagan por heredar. Aragón es de las peores regiones en Patrimonio y Sucesiones. Y Extremadura ocupaba en Patrimonio e IRPF la última y penúltima posición del ránking, respectivamente, antes de la entrada del PP en el Ejecutivo regional.
La competencia fiscal entre autonomías no sólo es sana, al permitir cotejar diferentes políticas presupuestarias a lo largo del tiempo, sino que es positiva tanto para el conjunto de la economía como para los contribuyentes, puesto que las rebajas de impuestos terminan favoreciendo la creación de riqueza y empleo. La mal llamada «armonización fiscal», que no es otra cosa que tratar de imponer por la fuerza el socialismo a las comunidades que, libremente y en estricto cumplimiento de la ley, han optado por rebajar la carga tributaria, dañará de forma muy sustancial la competitividad nacional.
«El tipo marginal máximo del IRPF en Europa se sitúa en una media del 42,7%. Madrid es la única autonomía que se aproxima, con el 45%»
España ya es uno de los países con más impuestos de toda la OCDE. Si ahora Sánchez y sus socios se empeñan en pisotear las escasas competencias que mantienen las regiones en este ámbito, el infierno fiscal que sufren los españoles incrementará aún más su asfixiante temperatura. No en vano, el tipo marginal máximo del IRPF en Europa se sitúa en una media del 42,7%. Madrid es la única autonomía que se aproxima, con un tipo máximo del 45%. Sin embargo, 11 regiones lo mantienen muy por encima de Alemania (47,5%): Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja, Canarias, Asturias, Cantabria, Cataluña, Aragón, Baleares y Extremadura.
España también es, de lejos, el país que más grava el patrimonio, un impuesto injusto, confiscatorio y ya extinguido a nivel internacional. Y en cuanto al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, el tipo máximo, una vez aplicados los coeficientes multiplicadores por parentesco y patrimonio preexistente, alcanza el 87,6%, el más alto de Europa.
Así pues, no es de extrañar que cada vez sean más los empresarios y profesionales que decidan trasladar su residencia a lugares menos lesivos para el contribuyente, como es el caso de Portugal o Andorra. La «armonización» que pretende introducir Sánchez en la futura reforma de la financiación autonómica, en caso de que, finalmente, logre revalidar su mandato, será la puntilla final al bolsillo de los españoles. Entonces, ya no habrá competencia fiscal, pero tampoco respiro para trabajadores y autónomos.