THE OBJECTIVE
Carlos Mayoral

El 12 de octubre como genocidio

«Ese 12 de octubre el mundo se cierra, el globo deja de tener secretos, las civilizaciones se conocen, la universalidad se perfila»

Opinión
3 comentarios
El 12 de octubre como genocidio

Desfile militar con motivo de la celebración del 12 de Octubre. | Europa Press

Hay varias sandeces que se repiten cada 12 de octubre que harían vomitar al estómago más limpio. Puedo escuchar nítidamente, de tan brasas que pueden llegar a ser, las proclamas llenas de moral cartón piedra y de analfabetismo histórico que rodean a la fiesta nacional. De entre todas ellas, la más bulliciosa es esa que afirma que aquel octubre de 1492 se produjo un encuentro que no debe ser celebrado, porque acabó, según estos voceadores de corral, con un genocidio terrible. Honestamente, contestar a estas alturas de la película ya cansa. Pero, claro, uno ve cómo las referidas sandeces llegan por boca de ministras, diputados, alcaldes y otras mentes preclaras, y se ve necesariamente en la obligación de encender el portátil y teclear primero improperios de toda clase y después esta columna, que esperemos sea menos agresiva.

En primer lugar, lo que se celebra no es nada que tenga que ver con la raza, como también he leído por ahí, sino esa idea moderna llamada Hispanidad. Noventayochista como soy, no puedo remediarlo, permitan que ilustre este concepto acudiendo a las lecturas de don Ramiro de Maeztu -de cuyo cuerpo fusilado en las tapias de Aravaca estos mismos no se acuerdan cuando hay que honrar la memoria de los asesinados en la guerra, dicho sea de paso-. Decía Maeztu que la Hispanidad es la unión física y moral del mundo. Y yo estoy de acuerdo. Por tanto, ese 12 de octubre el mundo se cierra, el globo deja de tener secretos, las civilizaciones se conocen, la universalidad se perfila. Esta es una de las cosas, señores analfabetos, que se celebra este día.

«Tratar el 12 de octubre como genocidio es una falta de respeto a la historia. A la universalidad de la historia, para ser exactos»

Pero también se celebra lo que trajo consigo ese encuentro para muchos territorios de habla hispana. Aquella sociedad indígena que lo mismo ingería carne humana en las islas que sacrificaba cuerpos neonatos en el continente vio cómo llegaba, a bordo de aquellas carabelas, el Renacimiento. Llegaban ciudades, hospitales, metalurgia, universidades, técnicas de navegación, infraestructuras, calzadas, catedrales y así ad infinitum. Es decir, se celebra algo tan simple como la existencia de una cultura asociada a una lengua, esto siempre como base, y al desarrollo de unos cuantos pueblos en torno a matices tan complejos pero a la vez tan necesarios identitariamente como la religión, el derecho o la educación. En definitiva, un modelo de sociedad que supuso un avance sin parangón en la historia de la civilización moderna.

Tratar el 12 de octubre como genocidio es una falta de respeto a la historia. A la universalidad de la historia, para ser exactos. Así que déjense de razas, de nacionalismos, de conflictos identitarios. El Hispanismo ha de celebrarse porque se trata de un marco común para aquellos pueblos que todavía hoy, y quizás más nunca, han establecido puentes que favorecen un rico trasvase entre ciudadanos, y que ha permitido que un español en Buenos Aires o un colombiano en México DF se sientan, quizá al ver una señal de tráfico, el escaparate de una librería, una iglesia perdida del centro o un simple saludo entre vecinos, como en casa.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D