MyTO

¿Estamos ya en el abismo?

«Me pregunto si uno puede decirse socialista viendo a tu partido meterse en la cama con unos izquierdistas que apoyan más a Hamás que a los israelíes»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • Joaquín Leguina. Villanueva de Villaescusa (1941). Nací en el año del hambre, pero lo hice en la tahona de mi abuela Pilar. Estudié el bachillerato con los curas escolapios en Santander y la licenciatura en CC. Económicas en Bilbao. Después fui becado en la Sorbona, donde obtuve dos master y un doctorado. También me doctoré en la Complutense. Más tarde saqué la oposición a Estadístico Facultativo del INE (hoy Estadístico Superior) y como tal trabajé para la CEPAL en Chile, donde me pilló el golpe de Estado de Pinochet.
    He sido profesor en la Complutense y concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Y diputado nacional. Ah, se me olvidaba (hace ya tanto tiempo), también he sido presidente de la Comunidad de Madrid durante doce años. He escrito novelas, relatos, ensayos y cientos de artículos en variados periódicos y revistas.

El jueves de la pasada semana el analista Arcadi Espada escribió en su columna (El Mundo 19-X-2023) una historia personal referida a un amigo suyo que Espada llama Paco C. Según Espada el tal Paco arrastra unas molestias difusas pero intensas, producto de un estrés que Paco no puede entender pues está jubilado y vive sin problemas. Pero el médico de Paco le insistió: «Estrés, como lo oyes, y más precisamente estrés político, pero te consolará saber que no eres ni mucho menos el único».

Paco nunca se había dedicado a la política ni al periodismo, pero quizá leía periódicos con demasiada atención. Arcadi Espada le recomendó que leyera menos periódicos y se dedicará a Montaigne. Para Espada, «la patología de Paco -como la de otros muchos españoles- la provoca una lluvia fina, que es la falta de sentido. El caso de la amnistía a los delincuentes nacionalistas es modélico: la cuestión no es estar a favor o en contra, ojalá. Estar a favor o en contra supondría elegir entre dos argumentos elaborados».

Creo que a mí me pasa lo mismo que a Paco, con el agravante de que yo sí me he dedicado muchos años a la política. Quizá sea el miedo al abismo lo que le ocurre a Paco C., como lo sentimos otros muchos españoles.

Pues bien, el sábado 21 de octubre me encuentro en Abc con un artículo de Jon Juaristi (una de las personas más ilustradas que conozco) titulado Abismos. Según Juaristi, no estamos al borde del abismo, estamos ya en el abismo. He aquí sus argumentos:

«Las naciones libres estamos aquí, sitiadas por miles de millones de orcos y ha dado comienzo el asalto a la fortaleza. Empezó el pasado 7 de octubre con los asesinatos de 1.500 israelíes. O incluso antes, el 24 de febrero de 2022, con la invasión putinesca de Ucrania, aunque sospecho que la señal de ataque se dio antes, el 11 de septiembre de 2001. Cuando os deis cuenta de que esto no va de pelis y los orcos de verdad hayan llegado hasta vuestros últimos refugios antinucleares y empiecen a degollar a vuestras familias, como lo han hecho ya con las israelíes y las ucranianas, entonces soltaréis el moco y pediréis al cielo que os salve. Sois, en fin, un abismo sin fondo de cobardía. Siempre habéis sido así».

«Crecen las incertidumbres mientras se aumenta la inseguridad sobre el porvenir»

El mismo día y en el mismo periódico Pedro G. Cuartango iniciaba su artículo con estas palabras:

«A medida que vamos cumpliendo años, crecen las incertidumbres mientras se aumenta la inseguridad sobre el porvenir. […] He sufrido la pérdida de familiares y amigos en los dos últimos años y empiezo a tener la sensación de que todo se desmorona a mi alrededor, de que el mundo que he conocido ya no existe y que todas mis referencias están desapareciendo. Soy consciente de que es una consecuencia de mi edad, pero eso no deja de ser una vana racionalización».

También ese mismo sábado, comí en un restaurante gallego con mi familia, y mi hijo mayor, como es costumbre en él y en su mujer, se dedicó a censurar mis críticas al Gobierno de Sánchez y a sus impresentables aliados. Pero yo me sigo preguntando si uno puede decirse socialista, o simplemente demócrata, viendo a tu partido meterse en la cama con una cuadrilla de izquierdistas que apoyan más a Putin que a los ucranianos, más a Hamás que a los israelíes, cubiertos -eso sí- con las mantas con las cuales les arropan los enemigos de España y de su Constitución, empezando por el PNV y siguiendo con un asesino como Otegi y unos golpistas como los de ERC o Junts.

22 comentarios
  1. CiudadanoT

    Da gusto leer un artículo donde se llama a las cosas por su nombre!

  2. Alejado

    El abuelo rajando del hijo y de la nuera. Si es que para hacerse así tan de derechas hay que estar un poco gagá.

  3. Campeonisimo

    Sr. Leguina, «quien siembra vientos recoge tempestades».

    Yo también hijos con sus mujeres como Usted, y nunca, nunca, censurarían mis críticas al Granuja de Sánchez.

    ¿Sabe por qué?. Muy fácil, les dejé que fueran libres totalmente y votaran a quien les diera la gana, y como tienen el mismo sentido común de su padre, pues nunca votarían a la izquierda.

    Ustedes los de la vieja guardia del PSOE, son los que nos han traído este Granuja de Sánchez, solo hay que recordar la errática gestión económica y política del Granuja de GonzáleX-X-X con su mano derecha del otro Granuja Alfonso Guerra.

    ¿Se acuerda de aquellos flirteos con Rusia y lo de los países no alineados con Fidel Castro al frente del mismo?

    Ustedes los socialistas son el principal problema que ha tenido España en los últimos 200 años y desde su maldita creación allá por 1879 terminaron de arruinar España e incluso nos tuvieron que traer el Banco de Alimentos en 1987.

    Culpables incluso de la Contienda Civil y Usted que incluso le vendieron preferentes no estaba ni capacitado para Presidente de una comunidad de vecinos.

    PD. Mis hijos y sus nueras no tienen el común resentido_y_por_lo_tanto_no_votan_opciones_de izquierda (hambre)

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