Carta a los socialistas europeos: aún estáis a tiempo
«¿No os preocupaba tanto la salud del Estado de derecho en Europa cuando sufría amenazas desde Budapest o Varsovia? ¿Qué ha cambiado ahora?»
Es triste, como se vio en el pleno del Parlamento Europeo del pasado miércoles en Estrasburgo, que la decisión de Pedro Sánchez de sacrificar todo lo que decía de la amnistía para Puigdemont a cambio de sus siete votos haya arrastrado la imagen del Gobierno de España ante la Unión Europea. Es lamentable, y pagaremos un precio elevado por ello, que se quiera imponer la sed de poder con mentiras y concesiones que envenenarán durante mucho tiempo las instituciones democráticas y que están dinamitando la convivencia entre los españoles.
Pero ahora no voy a repetir lo que dicen y escriben todos los días prestigiosos juristas y expertos, ni lo que exponen los analistas de diversas sensibilidades, ni lo que se habla en las tertulias y en las familias. O se deja de hablar en estas últimas, que es casi peor, por miedo al enfrentamiento.
No. Ahora me dirijo a vosotros, socialistas europeos, eurodiputados como yo, compañeros de escaño desde hace años.
Con vosotros, socialistas europeos, hemos negociado, acordado y votado muchas cosas en esta legislatura. Hemos defendido juntos, también, los valores fundamentales de la Unión Europea, que son el cimiento que compartimos aquellas familias políticas que creemos que en este proyecto de unión y que nos enfrenta a quienes solo se dedican a demolerlo.
Juntos hemos exigido, por ejemplo, el respeto al Estado de derecho en Polonia y en Hungría. Hemos animado a la Comisión Europea a que tome medidas contra los gobiernos que no respetan la división de poderes, que quieren tomar al asalto el poder judicial porque no soportan su independencia, que adoptan –porque tienen mayorías parlamentarias para hacerlo— decisiones que atentan contra las libertades democráticas, contra los principios y normas de la Unión. Contra esos valores europeos.
«Hoy calláis, miráis para otro lado o, peor aún: celebráis el intercambio de poder por impunidad»
En cambio hoy calláis, miráis para otro lado o, peor aún: celebráis el intercambio de poder por impunidad o el ataque a la separación de poderes. Solo porque os permite mantener un Gobierno afín.
¿No os preocupaba tanto la salud del Estado de derecho en Europa cuando sufría amenazas desde Budapest o Varsovia? ¿Qué ha cambiado ahora?
Hace muy poco tiempo compartíais con nosotros que Puigdemont era un fugado de la justicia y que en Europa quienes se saltan la ley se enfrentan a una justicia independiente, seas quién seas. ¿Es que Puigdemont ha dejado de ser en unas semanas lo que decíais que era? Ni él ni los suyos han cambiado un milímetro: lo único que ha cambiado es que sus votos son ahora necesarios para que Pedro Sánchez pueda seguir gobernando.
¿Qué os pasa, socialistas europeos? ¿Estáis al tanto de lo que opinan los jueces y magistrados españoles de todas las asociaciones profesionales sobre esta amnistía? ¿Y los millones de personas en las calles españolas? ¿Habéis oído a los propios ministros socialistas decir que «si no necesitaran sus siete votos, la amnistía no se adoptaría»? ¿Sabéis que se ha anunciado ya la creación de comisiones parlamentarias para «supervisar» sentencias de los jueces? ¿Qué la nueva ley borra de un plumazo delitos de relevancia europea como la corrupción, la malversación y el terrorismo?
¿No os habéis tomado la molestia de comprobar que esta amnistía no tiene nada que ver con otras que ha habido, tanto en Europa como en España? ¿Que los delincuentes han negociado su propia amnistía a medida y a puerta cerrada?
«A lo mejor es que es a vosotros a quienes cuesta reconoceros»
Hoy me dirijo a vosotros para que volváis a alzar la voz sobre todo esto, como habéis hecho en el pasado otras veces ante la deriva de otros gobiernos. Porque siempre hemos compartido que los ataques a la independencia judicial y el Estado de derecho son un asunto europeo. De interés vital para los europeos. Como en Hungría. Como en Polonia. Como en España.
Si quien lo está haciendo esta vez dice que es de los vuestros, es que tal vez no es tan de los vuestros. O a lo mejor es que es a vosotros a quienes cuesta reconoceros. O que, en realidad, nunca os importó el qué y solo os importaba el quién.
No os escuché hablar el miércoles. Pero conozco las opiniones de muchos de vosotros. Lo hemos hablado. Aún estáis a tiempo. La historia se define a través de momentos como éste.
No os calléis ahora. No miréis para otro lado.
Sabéis que la Unión Europea se toma en serio estos asuntos; que vosotros os los tomáis en serio, y que podéis influir para poner freno a los atropellos. Y sabéis sobre todo que los valores de esta Europa que habéis contribuido decisivamente a forjar son demasiado importantes como para ponerlos en peligro de esta forma en cualquiera de los países de la Unión. No frivolicéis con las amenazas al Estado de derecho porque para cuando queramos parar esta deriva tal vez será tarde.
Compañeros socialistas del Parlamento Europeo, estáis a tiempo de seguir en el lado correcto de la historia.