THE OBJECTIVE
Joseba Louzao

Los líderes fuertes que no necesitamos 

«De las memorias de Sarkozy quedan dos claves para sus discípulos: sé rápido en la respuestas para conseguir marcar agendas y sé ardiente en las formas»

Opinión
1 comentario
Los líderes fuertes que no necesitamos 

Ilustración de Alejandra Svriz.

Los auténticos líderes políticos no agachan la cabeza. Al menos eso anunció Nicolas Sarkozy en la presentación de Los años de las luchas (Alianza), sus memorias gubernamentales del período de 2009 a 2011 –el corazón de su mandato presidencial-. Junto a él estaban, entre otros representantes del centro derecha español, su «gran» amigo José María Aznar, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. Dicen que miró con firmeza a la presidenta de la Comunidad de Madrid cuando señaló que le gustan las personas luchadoras, sobre todo, las que luchan en la vida. Sarkozy, que se encuentra en una situación penal extremadamente delicada en Francia, ha demostrado que no es precisamente de los que agacha la cabeza. Por ahora nada consigue tumbarle. Incluso con dos sentencias condenatorias (por corrupción y tráfico de influencias y por financiación ilegal) y alguna que otra investigación abierta, sigue defendiendo su inocencia y cree que se terminará limpiando su nombre.

Los viejos rockeros nunca mueren. O eso creen ellos. Sarkozy continúa recorriendo Europa opinando sobre cualquier tema candente que se le ponga por delante, como demostró en su reciente visita a nuestro país. Se niega a ser un político jubilado apartado como un incómodo jarrón chino. Incluso en esta obra se cuelan, de vez en cuando, valoraciones sobre el presente. Algunas de ellas bastante polémicas, como lo han sido sus declaraciones justificando a Putin o el rechazo a que Ucrania entre a formar parte de la Unión Europea. 

Sarkozy analiza en estas memorias el contexto que le tocó vivir, además de elogiar y denostar a compañeros de viaje. Particularmente es duro con François Bayrou. Como toda obra de un político que echa la vista atrás, Sarkozy nunca sale mal parado de los acontecimientos. No se arrepiente de nada, llega a decir. Sabiendo que ya son pocos los que le defienden en el panorama francés y continental, el expresidente busca armar su particular justificación. La fotografía que cierra el libro es un ejemplo de cómo se ve él mismo. Sonríe sentado, mientras a su alrededor se arremolinan de pie otros líderes europeos, entre ellos, Angela Merkel. 

Recuerdos, en fin, de un viejo rockero. La personalidad de Sarkozy es expansiva y su liderazgo carismático no ha estado nunca en duda. El libro es un regalo para aquellos lectores que quieren saber la experiencia de uno de los protagonistas de aquellos años peligrosos donde estalló una crisis que bien se pudo llevar a la Unión Europea, a alguna que otra moneda o instituciones de medio mundo. Solamente por ese motivo merece la pena. 

«Sarkozy es de esa clase de políticos inteligentes que se creen más astutos de lo que realmente son»

Sabemos que una parte considerable del electorado francés no comparte estas autoalabanzas. En Francia, escribe Sarkozy, todo termina siendo político. Y para él explicar la política interior es hacerlo de la exterior. La política nacional se convierte en geopolítica, y al revés. Como cualquier líder fuerte, ya sea de los autoritarios o demoliberales, piensa que estamos en un momento crítico. Sarkozy vislumbra graves peligros para la civilización occidental y sus logros. Desde ahí justifica sus actividades para, en lo que es su verdadera obsesión, conseguir el fortalecimiento de la influencia francesa en el mundo.

Entre líneas se pueden ver cuáles fueron algunos de los fallos de su gobierno, aunque los pretenda ocultar. Sarkozy es de esa clase de políticos inteligentes que se creen más astutos de lo que realmente son. Los años de las luchas es un perfecto manual para líderes fuertes. Y, por cierto, como indicó en la entrevista que Carlos Alsina le hizo, escrito por su autor de la primera a la última página. ¿Cuáles son sus consejos? Se los guarda como un último as en la manga. Con todo, de esta lectura quedan claras dos claves para posibles discípulos: sé siempre rápido en la respuesta para conseguir marcar agendas y sé ardiente en las formas, utilizando los mecanismos narrativos para atraer a los votantes. 

Eso sí, también nos muestra, sin pretenderlo, el talón de Aquiles de estos hombres fuertes: necesitan el cariño y el aprecio de la gente para subsistir. Quizá sólo por esta lección merezca la pena acercarse a estas páginas, ahora que tenemos tantos aprendices de líderes fuertes que no necesitamos.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D