¿Por qué el PSOE prefiere al BNG?

Entiendo el optimismo del BNG. Ha logrado arrebatarle al PP la bandera celeste del galleguismo sentimental y al PSOE la bandera del progresismo. Su candidata, Ana Pontón, se presenta ante los electores como la nueva voz del nacionalismo templado y la voz predilecta de la izquierda joven. Es lógico que el PP se revuelva para recuperar la vitola del galleguismo transversal, y sorprendente que el PSdeG se haya resignado al papel de paje del nacionalismo. El PSOE en Galicia no es más que el criado bien dispuesto que acompaña al señor cuando sale de paseo y le asiste de regreso en la antecámara.

Entendería que el PSdeG asumiera este rol subalterno si su patrón fuera un partido que defendiera sus principios y los intereses de su base social. Pero no es el caso. El Bloque es un partido menos amable de lo que simula la mirada serena de su candidata. Su programa, como cualquier dietario nacionalista, es pura confrontación. En su primer punto, el programa del BNG renuncia al modelo autonómico, es decir, al marco constitucional, declarándolo insuficiente para saciar «las aspiraciones políticas de una nación». A continuación exige un poder judicial propio (que sea la última instancia de todos los procesos) y desembarazarse de la jurisdicción del Tribunal Constitucional. Continúa con la eliminación las diputaciones y provincias (también como circunscripción electoral), y la reestructuración a partir de los concejos y comarcas. Después reclama el traspaso de autopistas, salvamento marítimo, comercio exterior y la presencia de Galicia en instituciones europeas e internacionales. 

«El BNG propone imponer una educación íntegramente en gallego y exigir la competencia en gallego a todo el profesorado»

En resumen, el objetivo prioritario del BNG es sacar a España de Galicia, y esperar a que se den las circunstancias para sacar a Galicia de España. Mientras tanto, arrancan el proyecto lingüístico. Aquí el BNG incurre en la misma extravagancia que todos nuestros nacionalismos: dicen pertenecer a un pueblo culturalmente homogéneo al tiempo que sienten la necesidad de homogeneizar a su población. Para lograrlo, el BNG propone derogar el Decreto 79/2010 para el multilingüismo e imponer una educación íntegramente en gallego y, por tanto, exigir la competencia en lengua gallega a todo el profesorado. Y todo esto sin entrar en que el BNG se presenta a las elecciones europeas en una coalición -que incluye a Bildu y ERC- cuya cabeza de lista es Pernando Barrena. Un hombre que debería provocar rechazo de cualquier demócrata, no sólo por llamarse Pernando, sino por estar condenado por pertenencia a ETA. 

El BNG tiene todo el derecho a defender su programa y quienes lo comparten el derecho a votarlo. ¿Pero en qué se parece el proyecto del BNG al del PSOE? ¿Por qué el PSOE se identifica con un partido cuyo objetivo primordial es que los gallegos dejen de ser españoles? Entiendo que estén de acuerdo en promover las zonas verdes y reducir la contaminación, pero hasta qué punto es relevante coincidir en el perímetro del carril bici cuando se discrepa sobre el perímetro de la jurisdicción constitucional. Cuando pongan la última vela a la victoria de Pontón, no estaría demás que el PSOE nos diera una explicación.