MyTO

Felipismo y sanchismo, tanto monta

«La mitificación de aquel PSOE es una engañifa intolerable aunque sea para criticar a Sánchez, que lo merece, y el sanchismo es hijo del felipismo»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

Lo siento, me parece muy tierno escuchar a quien añora al PSOE de Felipe González. Entiendo que aquel partido no hizo cosas que el sanchista perpetra con descaro, y que la crítica a este PSOE está más que justificada. No en vano pactan con los herederos de ETA y con los golpistas de ERC y Junts, y con la amnistía ponen la cabeza de la democracia en el hueco de la guillotina. Por supuesto, los actuales socialistas, uno a uno o en grupo son peores, con menos preparación y escrúpulos. No obstante, mitificar los años del PSOE de las mayorías absolutas es un error, una mentira o una maniobra de blanqueamiento

¿Recuerdan que a Sánchez le molesta que se hable de «sanchismo»? Ya ocurrió cuando González oyó hablar de «felipismo». El concepto comenzó a utilizarse de forma peyorativa, claro, para definir a la mentalidad de un régimen personal. Había quien decía que se había pasado del franquismo al felipismo, de un dictador a un autócrata. Txiqui Benegas llamaba «Dios» a González, y no precisamente por descansar al séptimo día. José Luis Gutiérrez, gran periodista de la época, y Amando de Miguel, sociólogo recientemente fallecido, publicaron en 1989 un libro titulado La ambición del César para describir esa tendencia autoritaria de González.  

Sánchez no ha inventado la vida desahogada de sus fieles. Los años del felipismo fueron los tiempos de la beautiful people, de la gente guapa, en la que el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, decía que España era el lugar de Europa en el que uno se podía enriquecer más en menos tiempo. Mientras soltaba esta gracia, el desempleo estaba desbocado, la reconversión industrial desarmaba el país, y los sindicatos tronaban tanto que hasta convocaron en 1988 la huelga general del 14-D. Muchos no se acuerdan, pero la moneda llegó a devaluarse hasta en dos ocasiones. 

El PSOE de González se ganó a pulso en aquellos años el título de partido más corrupto de Europa, por delante de italianos y griegos. Todo un logro. La cantidad de casos de corrupción ocuparían todo el artículo. Merece la pena señalar que abarcaron desde el hermano de Alfonso Guerra, a los fondos de la Guardia Civil, el BOE, la Cruz Roja, Renfe o tapaderas para la financiación del partido como Filesa y Time Export.

Javier Tusell, gran historiador del siglo XX, escribió en 1992, en su libro La década socialista lo siguiente: «En 1982, los candidatos socialistas eran los adalides de la moral pública. Iban a cambiar este país y los comportamientos públicos. (…). Pero el resultado ha sido un rotundo y desalentador fracaso». Y remataba: «Con el PSOE en el poder se han repetido los peores vicios» de la política. Es más; escribió Tusell: «Iban a cambiar este país y, en realidad, han cambiado ellos». Aquello empezó con una pequeñez, parecía un caso aislado como ahora el asunto de Ábalos y Koldo, y acabó en una enormidad indignante y extendida a casi todo el PSOE. 

«Fue Conde-Pumpido quien se opuso a la imputación de Felipe González por el caso GAL»

Aquel felipismo no solo era corrupción económica e inmoralidad, también autoritarismo. En 1985 aprobaron una ley para acabar con la independencia del poder judicial. El PP no la derogó pudiendo haberlo hecho, y en estos momentos nos la tragamos porque el sanchismo quiere continuar la brecha abierta por el felipismo. En aquellos años hubo periodistas muy señalados, como hoy, que hablaban del camino a la dictadura con el control de los tres poderes del Estado y la hegemonía cultural, educativa y mediática del PSOE. El parecido con la actualidad es significativo, si bien hoy Sánchez lo hace por un motivo tan espurio como personal. No obstante, la motivación es la misma: controlar el poder judicial para eliminar los obstáculos. Y si hay que manchar la toga con el polvo del camino, pues cándidamente se hace.

Es curioso, porque fue Conde-Pumpido quien se opuso a la imputación de Felipe González por el caso GAL, la famosa «X» que señaló Baltasar Garzón. Porque aquel PSOE que hoy algunos caen en la tentación de mitificar creó una banda parapolicial para combatir a ETA, los Grupos Antiterroristas de Liberación. Y recuerdo a muchos votantes socialistas, entonces muy cercanos a mí, que aplaudían los asesinatos de etarras. «¡Que tomen su propia medicina!», decían. Hoy, el sanchismo aplaude los homenajes a etarras y pacta con Bildu. Qué cosas.

También González «cambiaba de opinión», como Sánchez. Se pasó del «OTAN, de entrada no», que fue un catalizador del voto izquierdista contra la derecha usando el antiamericanismo ramplón, al «Vota sí en interés de España», con un atlantismo insospechado. Los ataques de socialistas y comunistas a González en la prensa y en el mundo de la cultura fueron constantes y cotidianos. Javier Krahe, cantautor de la época, comunista, publicó entonces una canción que decía: «Tú decir que si te votan, tú sacarnos de la OTAN (…) Hombre blanco hablar con lengua de serpiente». Aquella protesta de 1986 contra el PSOE «mentiroso» dio lugar a la creación de Izquierda Unida. 

Resumo: corrupción, negligencia, terrorismo de Estado, trolas, autoritarismo. Buena colección a la que hay que añadir algo que se arrastra hasta hoy: el antifranquismo sobrevenido para deslegitimar a la derecha. Cuando a comienzos de la década de 1990, el recién fundado PP, con Aznar al frente, se convirtió en una fuerza capaz de echar al PSOE de la Moncloa, los socialistas dieron por terminada la concordia y el olvido de la Guerra Civil. Todo era bueno para impedir el desalojo democrático.

«Los socialistas, sus medios y sus culturetas dijeron que Aznar era la vuelta del nacional-catolicismo»

El felipismo sacó a Franco a pasear. Los socialistas, sus medios y sus culturetas dijeron que Aznar era la vuelta del nacional-catolicismo, del gobierno de la oligarquía contra el pueblo trabajador, de los resabios del franquismo. Los felipistas creyeron que los populares iban a quitarles su democracia, por lo que la maquinaria propagandística se puso en funcionamiento. Quizá la Transición no se había hecho bien, dijeron, cuando los herederos del franquismo, en referencia al PP, podían llegar al Gobierno. 

Esto ocurrió entre 1995 hasta la salida de González, en 1997. En ese tiempo se pusieron las bases del memorialismo para las víctimas de la represión de la dictadura y el antifranquismo como señas de identidad de la izquierda y única legitimidad de la democracia. La derecha quedaba fuera. Tres años después llegó Zapatero, tomó ese discurso de la «memoria histórica», e instaló el guerracivilismo y la exclusión del PP de la vida política hasta el día de hoy. Ahora, Sánchez ha dado una vuelta de tuerca con su obsesión con Franco, ya saben, el francomodín que dicen.

Este artículo va para ensayo, así que concluyo con dos ideas. La mitificación de aquel PSOE es una engañifa intolerable aunque sea para criticar a Sánchez, que lo merece, y el sanchismo es hijo del felipismo. 

23 comentarios
  1. Boswell

    Acertada (oportuna) columna, Jorge, que parece ser preámbulo (anticipo) de un futuro ensayo en marcha.

    No estoy de acuerdo con el apreciado GROSMANN, tan lúcido siempre y que escribe muy bien, y a pesar de su odio a Trump, el hombre que va a salvar, si le deja el Deep State, Occidente.

    Felipismo y Sanchismo es el mismo perro pero con distinto collar.

    El fondo, autoritario, estalinista, es el mismo, pero cambia la forma.

    El Felipismo es supuesta Socialdemocracia a la sueca o a la alemana, y el Sanchismo es Estalinismo, Putinismo, sin tapujos.

    Considero más peligroso el Felipismo, porque es el lobo (comunista) que se traviste de amable Socialdemocracia. Al menos Sánchez no disimula en su atroz ambición y ejercicio de Poder.

    El GAL, y lo repito por centésima vez.

    Lo malo es que mataron poco y mal, de forma chapucera. Yo hubiere contratado a Don Michael Corleone, y ETA se hubiere acabado en un mes.

    Por culpa de Alfonso Guerra, se contrató a un polícía ludópata, putañero, alcohólico y manirroto (Amedo). Se quedó sin dinero y contrató a sicarios de cuarta clase, en lugar del infalible Michael Corleone, con Clemenza o sin él, ahora es lo de menos.

  2. Campeonisimo

    ¿NADIE VA A HACER NADA POR ACABAR CON ESTA PESADILLA?

    El diario más antiguo de Francia “Le Figaro” con fecha 11 de Agosto de 2022 deja totalmente claro que “La guerra en España fue iniciada por la izquierda española”.
    Si alguien tiene dudas puede escribir en su Internet la siguiente frase:

    “La guerre d’Espagne a-t-elle été déclenchée par la gauche espagnol”.

    “Le Figaro” Justifica el Alzamiento Nacional del 18 de Julio de 1936 por los crímenes del PSOE y del Frente Popular. Explican los argumentos de Stanley Payne o Pio Moa y otros que justifican la sublevación militar del Ejército Nacional de España.
    Se explica así a los españoles y a todo el mundo que Franco y sus soldados se hartaron de razones antes de derrocar un régimen criminal como el de la ii república.
    Siguiendo los postulados de «Thomas Jefferson» de «»Si una ley es injusta, un hombre no sólo tiene derecho a desobedecerla, sino que está obligado a hacerlo.» Por eso mismo Franco se alzó contra una república asesina que quería, ansiaba la guerra.

  3. Campeonisimo

    Cuando nos daremos cuenta de que esta ORGANIZACIÓN CRIMINAL DEL PSOE lo único que pretende es acabar con España. El PSOE Fundado en 1879 por un ANALFABETO FERROLANO como Pablo Iglesias Posse, que con otro ANALFABETO CRIMINAL como LARGO CABALLERO nos trajo toda una GUERRA CIVIL.

    Recordar que su lema favorito en la REPÚBLICA ERA: ¡¡¡MUERA ESPAÑA!!! y ¡¡¡VIVA LA URSS!!!

    1. Ahora SÁNCHEZSTEIN ORDENA VOTAR POR FRÁNCFORT para la oficina de Blanqueo de Capitales, donde Madrid era la que tenía todas las preferencias, y se carga un Organismo para Madrid con 500 empleados y todo a cambio de que el Banco Europeo hubiera contratado Nadia Calviño.

    2) El Gobierno de Zapatero donó 200 millones de euros a la ONU Mujeres para que ficharan Bibiana Aído, y hay muchísimos, muchísimas y muchísimes más. En España Guardia Civiles con botes de goma hinchables, o motoristas dejando extremidades s y vida en guardarraíles de las carreteras.

    3) Denunciar a España ante la UE por las subvenciones del lino y después los tribunales europeos dar la razón a España, se perdieron 4 000 millones de euros.

    (Sigue)

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