Gracias Manolo, gracias Pepe…
«Los que piensan en el postsanchismo han de saber que es falso que peligre el legado de Sánchez, visto el de Zapatero, el amigo de la tiranía de Venezuela»
Por mucho que se insinúen sobre los plafones las siluetas de los fantasmas shakesperianos de Ábalos y de Koldo (y hay quien haya visto a un Aldama demudado haciéndose un selfi en el espejo del ascensor), el 41º Congreso Federal del PSOE en Sevilla cumplió, pues estaba diseñado para cerrar prietas las filas en torno a Sánchez, ahora que todo a su alrededor parece tambalearse. Era de esperar. Saben los mil asistentes que, por muy perdido que parezca todo y por muchas imputaciones que arrecien, siempre puede venir el Tribunal Constitucional, como el Séptimo de Caballería, a salvar los muebles, si -quién sabe- fuesen sentenciados esposa, hermano, Fiscal General, dirigencia del núcleo duro o la mangancia estamental del partido.
Aun y así el miedo es libre: una empresaria sin antecedentes «de nada» jura y perjura en esta casa haber entregado 90 000 euros en Ferraz. Mañana o pasado lo hará ante el juez. La pregunta es ¿quién los recogió?
Mas no importa. La sentencia borradora del TC respecto de los condenados de los ERE es el faro que ilumina Ferraz desde la calle Doménico Scarlatti. Y hoy el resplandor llega hasta Sevilla. «Gracias Manolo, gracias Pepe». Y Magdalena… Ha faltado poco para que se premie a los borrados con cargos de relevancia en el Partido. Habría tenido su aquél de injusticia poética.
Cuando Feijóo acabó cediendo en la batalla judicial «de los cromos» no sabía lo que hacía. Es el problema de quien carece de instinto asesino: podrá ser un buen gestor, incluso un aceptable presidente, pero está demostrando ser mal candidato y un pésimo líder de la oposición. A Ayuso no se la cuelan de esta manera.
Lobato se ha inmolado, dicen. Lo ha preferido antes que ser destituido por haber ido al notario a cubrirse las espaldas frente a los suyos. Muchos consideran que es una jugada pensando en el postsanchismo, que tarde o temprano llegará, pues hasta Felipe tuvo que irse después de 14 años.
«Es falso que peligre siquiera el legado de Sánchez, visto el de Zapatero, el amigo de la tiranía de Venezuela»
Los que piensan ya en el postsanchismo han de saber que es falso que peligre siquiera el legado de Sánchez, visto el de Zapatero, el amigo de la tiranía de Venezuela.
Lobato se ha quedado a medias, si quería jugar su carta regeneradora en serio.
Hay sanchismo para rato.
Coda 1) Pujol póstumo. Como queriendo preparar sus exequias de faraón, están paseando al expresident en una última gira, donde reivindica el legado de Convergència (pero no de Unió) y rebaja las expectativas de la independencia a varios quinquenios vista, lo cual es totalmente congruente con lo primero: Convergència nunca fue realmente independentista, sino preindependentista o, a lo sumo, postindependentista. Extractiva siempre. Em cualquier caso. La historia colocará a cada cual en el lugar del monasterio de Montserrat que se merezca. Pero hoy son 8030 almas republicanas las que han elegido a Junqueras, y las que pueden tumbar el gobierno de Sánchez.
Coda 2) Usurpando Cercas. «La mitad de una novela la pone el autor, la otra mitad la pone el lector». (Minuto 27 con 12 segundos) En su discurso de ingreso en la RAE, Javier Cercas no pudo evitar soltar la frase, tan tópica e inexacta que casi parece un plagio, lo cual tiene sentido. Podría haber hablado de la película Marco, cuya mitad debió poner él. Aún resuenan en el estudio los aullidos de Enric Marco a la salida del libro de Cercas. «Me siento engañado por Cercas·. Si Javier Marías, cuyo sillón ocupa, iba a decir usurpa, hubiese asistido al acto le habría dado un ataque de alipori. De todos modos, la prensa, chocarrera, prefirió destacar otra majadería de su discurso: «La literatura es un placer como el sexo». Sólo le faltó añadir «o como la gastronomía».
Coda 3) Estado terrorista. Boualem Sansal, conocido escritor franco-argelino, fue detenido, nada más aterrizar en Argel el pasado 16 de noviembre, acusado de terrorismo, pena punible con la cadena perpetua, e incluso con la pena de muerte. La causa: publicó el 2 de octubre una entrevista en la que afirmaba que «cuando Francia colonizó Argelia, toda la parte occidental del país formaba parte de Marruecos«. Y seguía diciendo: «Francia no colonizó Marruecos porque es un Estado grande. Es fácil colonizar cosas pequeñas que no tienen historia. Como Alemania con Francia, se puede ocupar pero no colonizar un Estado grande». (…) Todo el problema proviene de una decisión tomada por el gobierno francés. Cuando Francia colonizó Argelia, toda la parte occidental del país formaba parte de Marruecos (Tlemcen, Orán, e incluso hasta Biskra); estas regiones formaban parte del reino. Francia se instaló y colonizó Argelia, y decidió arbitrariamente anexionar todo lo que estaba al este de Marruecos, mediante una línea fronteriza sin sentido.» Y por fin concluía: «Cuando los argelinos empezaron a hacer campaña por la independencia en 1954, los activistas argelinos se pusieron en contacto con el rey de Marruecos (Mohammed V), para que les ayudara diplomática y financieramente a fin de que pudieran establecer bases militares. Aceptó con una condición: en el momento de la independencia me devolverían los territorios tomados por Francia. Los argelinos aceptaron. Llegó la independencia y Argelia se convirtió en un país comunista con Moscú a sus espaldas. En 1963, el ejército marroquí volvió a Argelia para recuperar sus territorios, y entonces hubo una guerra, pero al final se impuso la razón, con mediación internacional, pero persistiendo la desconfianza y el odio argelinos».
Ante la cuasi indiferencia de la izquierda francesa, que reprocha a Sansal haber dado la entrevista a la revista Frontières, de «extrema derecha», muchos escritores franceses, y algunos premios Nobel, y el No-Nobel Salman Rushdie, se han unido a esta carta abierta de Kamel Daoud, el reciente premio Goncourt, también franco-argelino, y también duramente hostigado por las fuerzas afines al poder en Argelia.
A los defensores de la libertad
Les escribo hoy con profunda preocupación. Mi amigo, el escritor argelino Boualem Sansal, fue detenido el sábado 16 de noviembre. Esta trágica noticia refleja una realidad alarmante en Argelia, donde la libertad de expresión no es más que un recuerdo frente a la represión, el encarcelamiento y la vigilancia a toda la sociedad.
A partir de ahora, todo es posible: cadena perpetua por un mensaje de texto, prisión por un suspiro de fastidio. Sansal parece un viejo profeta bíblico sonriente. Despierta pasiones y amistades tanto como la detestación de los sumisos y los celosos. Es libre y le divierte la vida. Escribe libros sobre las tormentas y las luces abstractas de nuestro tiempo, y se regodea con el odio ajeno. Sansal escribe sin matar ni encarcelar a nadie. Su inocencia frente a la dictadura le hizo olvidar la realidad del terror en Argelia en los últimos años. Descuidó la jauría que le esperaba y volvió a visitar su país aquel sábado. Y lo pagó caro.
Boualem Sansal, conocido por su valentía y compromiso, siempre ha sido una voz crítica contra la opresión, la injusticia y el totalitarismo islamista. En Argelia, escritores e intelectuales, editores y libreros viven atemorizados por las represalias, las acusaciones de espionaje, las detenciones arbitrarias, los juicios, las difamaciones y los violentos ataques mediáticos contra sus colaboradores y amigos. Una verdadera forma de terrorismo editorial se ensaña con ellos. El último Salón del Libro de Argel se celebró bajo estricta vigilancia policial, con redadas para retirar determinados libros.
No podemos permanecer en silencio. Están en juego la libertad, el derecho a la cultura y la vida de nosotros, los escritores, víctimas de este terror.
Hago un llamamiento urgente a la solidaridad internacional:
Exijamos la liberación inmediata de Boualem Sansal y de todos los escritores encarcelados por sus ideas.
Comprometámonos a defenderlos y apoyarlos.
Primeros firmantes
Annie Ernaux (Premio Nobel de Literatura), Jean-Marie Gustave Le Clézio (Premio Nobel de Literatura), Orhan Pamuk (Premio Nobel de Literatura), Wole Soyinka (Premio Nobel de Literatura), Salman Rushdie, Peter Sloterdjik, Andreï Kourkov, Roberto Saviano, Alaa al-Aswany, Giuliano da Empoli, Sylvain Tesson, Leïla Slimani, Elisabeth Badinter, Erri de Luca, Bernard-Henri Levy, Caroline Fourest, Boris Cyrulnik, Philippe Claudel, Pierre Nora, Jean Hatzfeld, Jean-Baptiste Andrea, Jean-Christophe Rufin, Jean-Marie Rouart, Dominique Bona, Tahar Ben Jelloun, Abnousse Shalmani, Alain Finkielkraut, Catherine Cusset, Pascal Bruckner, Cynthia Fleury, Alain Mabanckou, Enki Bilal, Joann Sfar, Franz-Olivier Giesbert, Christophe Ono-dit-Biot, Peggy Sastre, François-Guillaume Lorrain, Emilie Frèche, Yascha Mounk, Jean-François Colosimo, Olivier Guez, Eva Illouz, Ayyam Sureau, Philippe Val, Sophia Aram, Michaël Prazan, Bérengère Viennot, Gilles Kepel, Paule Constant.
(De momento no se ven escritores en lengua española…).