El eterno retorno en Siria, no hay yihadismo moderado
«Nadie ha de llamarse a engaño: el yihadismo moderado no existe, ni los talibanes tolerantes»
Bashar el Asad es tan criminal y «químico» como lo era su señor padre, pero seguramente menos inteligente: ha jugado mal sus cartas geoestratégicas y acabará sus días en el gélido exilio ruso, comiendo de la mano de otro dictador abominable, execrado por su pueblo y probablemente requerido como él por el Tribunal Penal Internacional por su sangrienta ejecutoria. Cuando casi anteayer muchos países estaban dispuestos a rehabilitar el régimen.
Un dictador asesino que se va al paro siempre es una buena noticia, pero la prensa occidental, y la española en particular, se ha llenado la boca estos días con todo tipo de denominaciones (rebeldes, opositores, combatientes, insurgentes, luchadores, ¡liberadores…!) para designar a los que lo han hecho caer; todas menos las de terrorista, islamista y yihadista. Que es lo que son.
Lo primero que ha pedido Abu Mohammed Al Joulani, que es el líder de la ahora llamada Organización de Liberación del Levante (HTC por sus siglas a saber en qué lengua) que ha derribado la odiosa dictadura de Al Asad, es que se le llame por su nombre «civil»: Ahmed Al Chaara Joulani. Un vano intento por desdibujar su CV: con apenas veinte años se unió a Al Qaeda para combatir al ejército estadounidense en Irak, una época en la que allí se congregaban la flor y nata de la internacional yihadista, literalmente lo mejor de cada casa del terror religioso fanático. Encarcelado en la célebre prisión de Abu Ghraib, coincide y hace buenas migas con Al Baghdadi, el futuro jefe del Estado Islámico en Irak. Liberado por buena conducta en 2008 (¡qué será la mala conducta!), vuelve a la clandestinidad y acaba en Siria en 2011 para fundar nada menos que el Frente Al-Nusra, que entre otros logros masacró a miles de drusos, franquicia de Al Qaeda, de la que se va desvinculando, con el tiempo, para poder recibir dinero de los países del Golfo. Y gracias a la que formó una suerte de Califato en un tercio del país.
Todos estos cambios cosméticos se deben a razones tácticas, no ideológicas. Es cierto que ser una sucursal de Al Qaeda no ayudaba para recabar el apoyo de las cancillerías occidentales o de los países árabes opuestos al régimen de Damasco. Y parece que este travestismo conviene hoy asimismo a todas las partes, que hacen ver que no se enteran. Pero la doctrina de fondo de la gente en el poder hoy en Damasco no ha cambiado ni un ápice: estamos ante el mismo totalitarismo islamista que causa estragos en Alepo, pizcas pajas con el horror de Al Qaeda en Raqa, menos las decapitaciones en público. (Mejor hacerlas en privado, habrán pensado. Las operaciones kamikazes las subcontratan a los grupos más radicalizados de Al Qaeda, pero las técnicas de guerra son las mismas).
Sin duda los nuevos amos del país habrán aprendido de los errores de Daesh, que prohibía la música, las películas y el tabaco, lo cual creaba un mar de fondo contrario al Califato. De ahí el supuesto aperturismo, y los llamamientos a la tolerancia y la concordia. Todo esto los adecenta para convertirlos en interlocutores válidos, de acuerdo. Realpolitik. Habrá que retirar a la HTC de las listas internacionales de organizaciones terroristas. Y es la oportunidad pintiparada para expulsar/repatriar a cientos de miles de sirios en Alemania y Austria y Turquía, entre otros países. (¿Qué sirio en su cabales querría volver a un país desconocido?)
Lo que sin duda no harán los nuevos amos de Damasco es fomentar atentados en suelo europeo… mientras dure esta luna de miel. Pero nadie ha de llamarse a engaño: el yihadismo moderado no existe; ni los talibanes, tolerantes. Un infierno suelo tapar otro. Aunque sea soft. O wokista. Y multiculti.
Coda 1) El cuarto del año. Nuevo primer ministro en Francia, y ya van cuatro en un año. Autoimpuesto bajo chantaje. O era él o su partido abandonaba el “zócalo” presidencial. De centro derecha y con el apoyo tácito de la minoría presidencial, como el anterior. Es decir, al albur de que la pinza de la extrema izquierda y la extrema derecha se lo lleve por delante, como a su predecesor Barnier. La esperanza de vida del nuevo primer ministro se beneficia de la extrema brevedad del anterior (tres meses) y de las simpatías de Le Pen, pues en su día François Bayrou le prestó unos votos compromisarios para poder presentarse a las Presidenciales, y porque declaró que las acusaciones de la fiscalía a Le Pen, por el desvío del dinero de sus asistentes en el Parlamento Europeo, eran injustas: ¡él mismo estaba acusado del mismo delito!).
Muchos lo consideran el padre político y el hacedor de Macron. Pero no. Es lo contrario: rural, anti élites, anti tecnócratas, popular y algo populista. Bayrou es un viejo conocido de los franceses, tres veces candidato a las presidenciales, de origen modesto y campesino, profesor de latín y griego en instituto, alcalde de pueblo, alejado de París y de las élites tecnocráticas y de la finanza. Defensor de las lenguas regionales, catolicón, bon vivant. Su apuesta pasa por formar un gobierno con ministros de izquierda, de centro y de derecha. Si lo consigue, plasmará, irónicamente, el proyecto de Macron, e incluso, por qué no, podría presentarse por cuarta vez a las presidenciales, esta vez con un balance de gobierno. ¿El hijo de Macron será su padre?
Coda 2) Aguachirle para todos. Si el Gobierno tiene la intención de cumplir el acuerdo de financiación singular con ERC, la solidaridad interterritorial entre las Comunidades Autónomas será imposible. El poder que tiene el PP en la mayoría de las regiones debería permitirle oponerse a este nuevo “cupo vasco” con políticas de resistencia: pero para ello Ayuso ha de pensar en España y no sólo en Madrid. Porque además algún día su horizonte ha de ser España y no Madrid.
Coda 3) Entre faroleros. Puigdemont amenaza con dejar caer a Sánchez (que según él es un incumplidor y va de farol… ¡lo sabrá él, perito en lunas!), consciente de que tal vez pueda llegar a ser tan imprescindible para Sánchez hoy como lo pueda ser para Feijóo mañana, cuando éste gobierne con el apoyo de Vox, ¡pero en minoría!).
Coda 4) Batalla de las Ardenas. Con los últimos veteranos, ya centenarios, se ha celebrado el 80º aniversario de la decisiva Batalla de las Ardenas en sus escenarios, Luxemburgo y Bélgica. Biden (82 años) declinó asistir, y mandó a Nancy Pelosi (84 años), que se rompió la cadera al tropezar en las escaleras del Palacio de los grandes duques de Luxemburgo. No habrá veteranos, la próxima vez, que lo vivieron: sólo quedará su recuerdo. Y es importante no olvidarla porque fue la última guerra de verdad mundial.
Coda 5) Delito de ficción. Ya debe de trabajar Netflix o Prime o Disney en una serie sobre el asesino Luigi Mangione del CEO de UnitedHealthcare. Porque es joven, deportista, guapo y rico. Porque su víctima representa el capitalismo salvaje. Porque podrá ser la historia de un justiciero. A Mangione deberían acusarlo no de asesinato sino de ficción basada en hechos reales.
Lo que hay que leer: la segunda novela, trepidante, divertida e inteligente de la pareja del noir español de moda: Emilia Landaluce y Rosa Belmonte.