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Tadeu

Allons enfants de l’Europe unie… ! 

«No se trata de reforzar únicamente las fuerzas armadas nacionales, sino de integrarlas en un ejército europeo común a medio plazo»

Opinión
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Allons enfants de l’Europe unie… ! 

Ilustración de Alejandra Svriz.

Europa la hicieron un puñado de mentes visionarias, los Monnet, Schuman, De Gasperi, Adenauer… Hoy los hombres y mujeres singulares siguen siendo indispensables si ha de haber un futuro común para el continente.

Macron, que en lo doméstico acertó al nombrar al centrista Bayrou (capaz de navegar como nadie entre la izquierda y la derecha y que, a su vez, acertó al nombrar a Manuel Valls, quien está consagrándose como uno de los hombres fuertes del Gobierno desde su acción exterior) se está erigiendo, poco a poco, en comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas, con sus inagotables trabajos tendentes a la creación de una verdadera Europa de la Defensa. Esta deberá incluir, naturalmente, al Reino Unido, el único país europeo que Trump respeta (porque hablan inglés mejor que él) y que tiene el ejército más nutrido y eficaz, y con una force de frappe nuclear puesta al día (mejor que la de Francia). Es el aliado pivote atlántico y pieza indispensable también por razones históricas y de justicia: después de Estados Unidos, el tributo de vidas en defensa de Occidente desde la Segunda Guerra Mundial le corresponde a ellos.

Francia ha de llevar la iniciativa (los franceses avisados y avezados ya están invirtiendo en la industria nacional de armamento) junto con los alemanes (de vuelta a los mandos de Europa tras el paréntesis lamentable de un Scholz divagante y acomplejado) y abocados a ser una vez más la locomotora europea, ahora también en defensa, levantado ya el tabú histórico de impedir un ejército germano fuerte.

No se trata, por otro lado, de reforzar únicamente las fuerzas armadas nacionales, sino de integrarlas en un ejército europeo común a medio plazo. Con el eje franco-alemán liderando, como siempre que Europa ha resultado vigorosa, y las Bálticas junto con Polonia, Suecia y Finlandia en primera línea, y con armas nucleares europeas desplegadas en sus territorios. La única guerra que vale la pena es la fría, como nos ha demostrado la historia. En Ucrania deberá haber soldados europeos para garantizar la paz y preparar la defensa de la Unión Europea.

«La Italia meloniana se muestra renuente al proyecto de defensa europea por su enfoque renacionalizador de la UE y por unos socios de Gobierno que putinean»

Armamento de fabricación europea, coordinación de los sistemas nacionales, ejército paneuropeo convertido en principal pilar de una OTAN sin unos Estados Unidos fiables y operativos, esa es la hoja de ruta, en la que deben privilegiarse las relaciones con Canadá y con Turquía (esa dictadura infecta, compañera de cama indeseable, pero a la que es mejor tener dentro de la tienda de campaña, meando hacia fuera).

 Y además de todo esto, se requiere autonomía energética y tecnológica (esto último más complicado, pero no imposible a medio plazo ahora que Estados Unidos ahuyenta a sus investigadores…). Véase en definitiva el Plan de Enrico Letta para Europa.

Descontando al peso ligero de Hungría, cuya aspiración residual es poner palitos en las ruedas de los tanques europeos, el problema grave para que prospere el plan está en Italia y en España, las tercera y cuarta economías de la UE.

La Italia meloniana se muestra renuente al proyecto de defensa europea por su enfoque renacionalizador de la UE y por unos socios de Gobierno que putinean; y España por un pacifismo mal entendido de un Sánchez cuya supervivencia depende de una izquierda dogmática que siguen creyendo que Rusia es aún medio comunista y, por tanto, no puede ser tan mala, siendo Putin ex jefe del nuevo KGB.

Si España sigue arrastrando los pies en este rearme defensivo y moral, las consecuencias irán más allá de la legislatura de Sánchez, quien cree que cortejando a la dictadura China fortalecerá su posición (China, que es avalista de Rusia y consentidora de la invasión asesina, y cuyo abrazo del oso es lo que más ha de temer Europa); se equivoca: Sánchez no habla en nombre de Europa, es China la que lo utilizará para fragmentar a Europa. En Bruselas ya lo han calado. Y Rutte lo sabe y lo marcará de cerca. Aumentar el gasto militar sin disminuir un céntimo en gasto social, como pretende Sánchez, es un imposible; y tal vez sea éste el inesperado principio de su fin.

Coda 1) Not guilty. Alves no ha sido declarado inocente sino no culpable. El TSJC ha absuelto a Dani Alves, en realidad de chiripa, porque la supuesta y perturbada víctima declaraba cosas diametralmente distintas respecto a lo que mostraban las imágenes de las cámaras, antes y después de entrar ella en el baño donde la esperaba Alves; y, por tanto, pudo también no decir la verdad sobre lo que pasó dentro del baño. Estremece pensar qué habría sucedido con Alves si la mujer hubiera subtitulado correctamente las imágenes del antes y del después. O si no hubiera habido cámaras.

Nada ni nadie le devolverán al jugador su vida, su honra y su lucro cesante.

Naturalmente, la decisión será recurrida, porque nada ofende más que te llamen mentirosa y porque la sororidad ya ha dictado sentencia: este Tribunal de tres mujeres y un hombre es pura patriarcalidad (será por el solitario juez varón intoxicador y su maldito cromosoma Y). Le tocará pues al Supremo resolver, siempre con la sombra alargada y acechante del Constitucional, púmpida, embarrada, 7 a 4.

Coda 2) Cortocircuitar. La cacidada de Conde-Pumpido (un anti Cándido) de intentar cortocircuitar las cuestiones prejudiciales de los tribunales españoles (que toquen de cerca o de lejos resoluciones del TC) elevadas al Tribunal de Luxemburgo es de tal calibre que la mejor manera de poner pie en pared es que el más alto tribunal europeo se encargue de colocar en su sitio a quien actúa como comisario político (y no como presidente de un Tribunal de garantías de derechos fundamentales), cuando se pronuncie sobre lo que le plantea la Audiencia de Sevilla, a vueltas con el caso de los ERE. 

Coda 3) Moribundia. En su recta final y fuera de la política, el expresidente de Aragón Lambán se dedica a criticar abierta y acerbamente al sanchismo. Bien está. Pero gran lanzada de moro malherido. Si quería pasar a la historia con H lo tuvo en su mano; bueno, en los dedos de los diputados socialistas por Aragón, a la hora de pulsar el botón de las votaciones en el Congreso. Lo mismo que podría hacer este Page ladrador y poco mordedor con sus manchegos… 

Félix Ovejero conversa en este libro con Julio Valdeón, bajo el palio-prólogo de Andrés Trapiello y epilogando don Pablo de Lora, ¿quién da más? Ovejero es un intelectual de los de antes, a la francesa. Si hoy hubiera media docena (y ya es mucho decir) de intelectuales en España, él estaría entre lo más granado de la corta lista.

Cuestionario maldito a Félix Ovejero:

PREGUNTA.- ¿Qué le parecen las inminentes cesiones de Sánchez en materia de extranjería a Cataluña?

RESPUESTA.- Una confirmación más de que se consolida la separación de facto; que sea simbólica es lo de menos. Ya se encargarán los nacionalistas de convertir lo prometido en real. Y tendrán razón porque las promesas se han de cumplir.

P.- ¿Por qué cree que es precisamente Junts el que lo haya negociado?

R.- Como tienen menos que perder, con Puigdemont fuera, pueden negociar con más fuerza.

P.- ¿Cree que significará que quien entre en Cataluña podrá residir en el resto de España, ¿pero el que entre a España por cualquier punto de acceso (Castellón, por ejemplo) no podrá residir en Cataluña?

R.- No, aunque solo sea por el espacio Schengen, aunque, como sabemos, en las horas difíciles (Crisis migratoria 2005, Covid, atentados), que es cuando se pone a prueba la UE, nadie lo respeta. Es la UE que tenemos.

P.- ¿A quién odia más el nacional racismo catalán: ¿al musulmán, al latinoamericano, al madrileño? 

R.- A cualquiera que socave su pureza étnica.

P.- ¿Es más “peligroso” el Latinoamericano, al tener como lengua materna la de más de la mitad de los catalanes? 

R.- En la medida que, además, mantenga la cohesión de su grupo, y no se “disuelva”, sí. 

P.- ¿Heribert Barrera era más racista que Jordi Pujol?

R.- Barrera Lo podía decorar como más pseudociencia. En el racismo es lo habitual.

P.- ¿Por qué no se da (o no en la misma medida) en Cataluña el fenómeno francés del islamo-izquierdismo? 

R.- Desconfío de esas combinaciones palabreras (socialfascismo, neoliberalismo, ) gestadas por los rivales. Ignoran los matices, que es el lugar natural de la inteligencia. Suelen ser simplificaciones para empaquetar a los otros.

P.- ¿Hasta dónde pueden llegar las concesiones de Sánchez por los siete votos de Junts o los siete de Esquerra? 

R.- No sé, siempre se supera. De momento a vaciar la Constitución. 

P.- Por culpa del procés, ¿habrá descendido el flujo de inmigrantes españoles a Cataluña y aumentado el de emigrantes catalanes al resto de España? 

R.- Sí, va de suyo. Si se establecen barreras de acceso lingüístico. 

P.- ¿Por qué no hay datos al respeto? 

R.- Ignoro si los hay. No creo que sea difícil obtenerlos por vías indirectas. Otra cosa es encontrar economistas dispuestos. No son muy dados a discrepar del promedio

P.- ¿Volverá a haber mayorías parlamentarias independentistas? 

R.- No creo. Al menos mientras recuerden el (tibio) 155, que es lo que realmente ha bajado la tensión. Además, si por la vía de las concesiones consiguen sus objetivos, ¿para qué?

P.- Usted, como fundador de Ciudadanos, ¿cómo explica que gran parte del antiguo electorado de este partido haya decidido votar a PSC, un partido criptonacionalista? 

R.- Quizá la pregunta es por qué se pasó transitoriamente a Ciudadanos. Supongo que de haberse consolidado en España, los resultados serían diferentes. El PSC tiene mucho voto prestado de España. El gran error de Guerra: entregar el PSOE a los niños pijos del PSC.

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