
Sánchez dialoga en Cataluña
Todavía trona el ruido ensordecedor que ha provocado la reunión de Pedro Sánchez con Quim Torra. Unos hablan de acercamiento, otros de humillación; unos la ven vergonzosa, otros alentadora. Pero nadie ha dicho que se trate de una reunión para abordar un problema inexistente: no existe un conflicto entre España y Cataluña. Y por eso los rostros de Sánchez y Torra no pueden ser la imagen de la reconciliación. La verdadera imagen de la concordia y la buena voluntad, la imagen del diálogo, sería la de Torra recibiendo, por ejemplo, a Inés Arrimadas y a los presidentes de Sociedad Civil Catalana. Ese es el encuentro que contribuirían a suturar la brecha que surca Cataluña. Sin embargo, Quim Torra nunca les ha tendido la mano, y ya hemos visto que el tono con que se dirige a la oposición en el Parlament no es precisamente fraternal. Pero lo que más sorprende es que el presidente del Gobierno de España todavía no haya entendido que es más urgente proteger a la Cataluña leal que seducir a la subversiva.







