THE OBJECTIVE
Marta Parreño Gala

Piedras de plata

Esta estampa fría y cruel muestra una ínfima parte del gran drama que cada día rompe infancias, vidas y familias a mansalva. Es el síntoma visual de una de las enfermedades más graves de nuestra era: la incapacidad de gobernar de manera que la humanidad aparezca en la parte alta de las prioridades.

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Esta estampa fría y cruel muestra una ínfima parte del gran drama que cada día rompe infancias, vidas y familias a mansalva. Es el síntoma visual de una de las enfermedades más graves de nuestra era: la incapacidad de gobernar de manera que la humanidad aparezca en la parte alta de las prioridades.

Treinta rocas plateadas decoran la costa gris y nubosa de una localidad italiana. Están quietas, esperando que pase el vendaval, la niebla, el frío. Dado el contexto y el planeta en el que se ubica dicha imagen, uno adivina que la escena no es una instalación ni un exótico paisaje, sino que bajo esas telas brillantes con forma de piedra se esconden personas, concretamente seres sin libertad de movimiento. Inertes, aguardan a la intemperie a que les dejen pasar o simplemente estar.

Esta estampa fría y cruel, impropia de un día de primavera en un mar que empieza a estar más muerto que vivo, muestra una ínfima parte del gran drama que cada día rompe infancias, vidas y familias a mansalva. Es el síntoma visual de una de las enfermedades más graves de nuestra era: la incapacidad de gobernar de manera que la humanidad aparezca en la parte alta de las prioridades. Ni siquiera haría falta que estuviera en la más alta, solo con que estuviera presente en la parte superior nos habríamos ahorrado vergüenzas y culpas. Y ellos hubieran podido moverse y vivir con dignidad.

Anteayer más de 200 inmigrantes estaban bloqueados en Ventimiglia; otros 400 permanecían en la estación central de Milán; 150 más ocupaban una tienda de campaña en Roma. Todos esperaban que esas pérfidas manipuladoras llamadas fronteras se abrieran para dejarles paso, porque son ellas las que marcan las líneas que separan la legalidad de la decencia.

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