THE OBJECTIVE
Diana Carolina Ruiz

Triste cuenta

Vuelvo de nuevo en este mashup que me agobia, a asirme de las palabras de Leopoldo López, de su fe, de su esperanza, allí, en la cárcel militar de Ramo Verde, desde donde lucha por la libertad de Venezuela. Pero de pronto la fe que me infunde es horadada por el miedo.

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Triste cuenta

Vuelvo de nuevo en este mashup que me agobia, a asirme de las palabras de Leopoldo López, de su fe, de su esperanza, allí, en la cárcel militar de Ramo Verde, desde donde lucha por la libertad de Venezuela. Pero de pronto la fe que me infunde es horadada por el miedo.

Tengo en mi cabeza lo que llaman un “mashup” de tristes imágenes.

Se debe al conteo de días que el venezolano Leopoldo López lleva en huelga de hambre. Sumo esos días y me doy cuenta de que esta semana cumplirá un mes entero sin comer. Sigo sumando y debo recordarles que lleva más de un año preso, en un juicio a puerta cerrada, de audiencias diferidas, completamente apartado del debido proceso.

Y mientras yo cuento y sumo para encontrar que el resultado es una indignante resta de derechos humanos, en mi recuerdo resucita Franklin Brito.

Franklin Brito fue un productor agropecuario, a quien la revolución de Chavez lo despojó de sus tierras en el estado Bolívar. Brito, a quien entrevisté tantas veces en la calle, tirado en una colchoneta, bajo una carpa improvisada, murió a sus 49 años de edad en el Hospital Militar de Caracas. Ese fue el resultado de una larga huelga de hambre a la cual se sometió para procurar la devolución de unas tierras que nunca retornaron a la familia.

Recuerdo que Brito una vez me dijo que llegaría a las últimas consecuencias. Pero hoy pienso que quien llegó a las últimas, trascendiéndolas incluso, fue el poder. Para la revolución Brito fue un “disociado psicótico” que se suicidó.

Vuelvo de nuevo en este mashup que me agobia, a asirme de las palabras de Leopoldo López, de su fe, de su esperanza, allí, en la cárcel de Ramo Verde, desde donde lucha por la libertad de Venezuela. Pero de pronto la fe que me infunde es horadada por el miedo.

Suspende la huelga Leopoldo. Muchos contamos tus días preso, tus días sin comer, sin ver a tus hijos. Otros solo cuentan los días que faltan para que la Vinotinto se enfrente a Brasil en la Copa América.

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