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La escalada de Yolanda Díaz: se duplican los que la ven de presidenta y se afianza en el electorado del PSOE

Uno de cada cinco votantes socialistas prefiere a Yolanda Díaz que a Pedro Sánchez para la presidencia del Gobierno

La escalada de Yolanda Díaz: se duplican los que la ven de presidenta y se afianza en el electorado del PSOE

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. | Europa Press

Yolanda Díaz escala posiciones en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno se afianza como una de las favoritas para presidir el Ejecutivo, según los barómetros mensuales del organismo controlado por José Félix Tezanos. Si, por ejemplo, en el pasado mes de junio cosechaba un 10% de preferencias entre los líderes políticos como posible presidenta del Gobierno, en el estudio que se publicó el pasado miércoles ya alcanzaba el 15% (en septiembre era el 11%). Además, se afianza entre los votantes socialistas, con hasta un 18,6% de preferencias.

El hecho de que casi uno de cada cinco votantes del PSOE prefiera a la política gallega a Pedro Sánchez como presidenta del Gobierno representa un dato muy revelador del fenómeno Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo crece sin parar desde que en el pasado mes de mayo Iglesias la aupó como sucesora en el espacio de Unidas Podemos. Aunque Díaz todavía no ha aclarado si quiere ser la próxima candidata de Podemos -y todo apunta a que está elaborando una plataforma que supere al partido morado- los estudios demoscópicos insisten en ubicarla en ese segmento y revelan el incremento de su popularidad.

Una de las claves de estas cifras afecta a los votantes socialistas, donde Díaz ganó dos puntos con respecto a los últimos barómetros. No se trata de un dato baladí, puesto que la gallega se afianza como la preferida de los encuestados entre 25 y 44 años. Díaz, además, se consolida en casi todos los centros urbanos, aunque es muy fuerte en las ciudades con más de un millón de habitantes. Pedro Sánchez sigue liderando el ranking de los políticos preferidos para ser presidente del Ejecutivo (21,1% de votos), pero Díaz se acerca y esto puede preocupar a los socialistas. Pablo Casado solo obtiene un 10% de preferencias.

Ministra mejor valorada

El tirón de Yolanda Díaz favorece, por otro lado, el repunte de Podemos en la estimación de voto general. Según la última encuesta del CIS, los morados alcanzarían un 16% de votos si se celebraran ahora los comicios. Es la primera vez en meses que se invierte la tendencia de caída de Podemos después de la salida de Pablo Iglesias. Por otro lado, cabe destacar que Yolanda Díaz es la ministra mejor valorada, muy por encima de los delegados socialistas y también de sus compañeros de Unidas Podemos.

El pasado lunes, tanto el exasesor de cabecera de Sánchez, Iván Redondo, como Iglesias han afirmado que Díaz puede arañar muchos votos al PSOE y hasta convertirse en opción real para liderar el Gobierno. Aunque ninguna encuesta valida esta lectura, lo cierto es que la tendencia de la política gallega es muy buena, y el acto del pasado sábado en Valencia la ha reforzado incluso entre los suyos. La palabra «entusiasmo» se ha difundido en los chats internos de Unidas Podemos.

El protagonismo alcanzado por Díaz tiene, por otro lado, una doble lectura tanto entre los socialistas como en el partido morado. Si algunos comentan que el auge de la gallega empieza a preocupar en La Moncloa, otros aseguran que sectores relevantes del entorno de Sánchez están favoreciendo esta dinámica con el interés de que Díaz consolide el espacio a la izquierda del PSOE, y mantenga en vida a un bloque que necesita enfrentarse a la suma de PP y Vox.

En Podemos la situación no es muy diferente. El grupo parlamentario de Unidas Podemos se acerca a Díaz, a la vez que la cúpula morada de Irene Montero intenta de alguna manera encorsetar a la ministra. Si Díaz se decanta por prescindir de Podemos o rechaza una cuota de poder directo para los de Iglesias, se llegará con toda probabilidad a una feroz guerra interna. Los datos del CIS pueden por lo tanto representar una ventaja para Díaz, siempre y cuando la ministra no se pase de frenada en su apuesta política personal.

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