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Díaz se fija en la campaña de Macron e ignora el ejemplo Boric para lanzar su plataforma

Yolanda Díaz empezará en enero una gira en solitario y prepara una «operación Macron» que emule la campaña del líder francés

Díaz se fija en la campaña de Macron e ignora el ejemplo Boric para lanzar su plataforma

Máximo secreto sobre el proyecto de Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo y su equipo preparan el pistoletazo de salida de su gira, que arrancará en enero y sobre el que no quieren que haya filtraciones. Las fuentes consultadas por este diario, no obstante, aseguran que la ministra viajará en solitario. Es decir, que no estará acompañada por otras dirigentes como Ada Colau o Mónica Oltra, con la que ya compartió escenarios en un par de ocasiones. Y deslizan como nuevo referente de la ministra a Emmanuel Macron por encima del flamante presidente de izquierdas de Chile, Gabriel Boric.

La «operación Macron» es lo que está inspirando a los colaboradores de Díaz, explican a THE OBJECTIVE fuentes cercanas a la ministra, que hablan de gestión y moderación: «Esta es la intención, tirar con una plataforma en torno a su persona y luego que se sumen los demás».

Díaz quiere avanzar en su proyecto ya desde enero, después de resolver la negociación sobre la reforma laboral. Este pacto, que como ya adelantó este diario, se cerrará antes del 31 de diciembre con o sin el apoyo de la patronal, es la base sobre la que Díaz quiere edificar su reinado. Sus representantes están preparando el terreno a la ministra: Galicia, Asturias, Valencia y Cataluña son algunas de las regiones donde Díaz se siente más fuerte. Pero quedan por resolver otros territorios críticos. Entre ellos, Castilla y León y Andalucía, donde los adelantos electorales declarados o esperados puede convertirse en un terreno pantanosos para la dirigente gallega.  

La clave de la candidatura de Díaz se puede resumir en ofrecer al mismo tiempo regeneración de los partidos, nuevos ejes ideológicos inspirados en la transversalidad, el sindicalismo y un nuevo laborismo, y en un planteamiento integralmente nacional. Es por ello que, tal y como ha podido saber este diario, se menciona incluso el ejemplo de Emmanuel Macron en Francia, cuando ganó las elecciones presidenciales en 2017 rompiendo en un año todos los sondeos, como una inspiración de la ministra.

‘Outsider’ sin control de los partidos  

La comparativa con Macron no debe sorprender. La idea del modelo Macrón lleva moviéndose en los círculos de Podemos desde al menos el pasado septiembre, cuando Juan Carlos Monedero habló directamente de «listas Macron» para advertir a sus compañeros del peligro de un exceso de personalismo en el proyecto de Díaz. A partir de ahí, el término se ha ido moviendo, porque muchos ven algunas coincidencias de su proyecto con el de presidente francés. Entre otros, la vocación a prescindir de los partidos.

Macron acusa al primer ministro de Australia de mentirle sobre el acuerdo de venta de submarinos

Las fuentes consultadas sugieren que los colaboradores de Díaz están estudiando el éxito de la campaña de En Marche, el partido instrumental de Macron, por encima de lo ocurrido en Chile en las últimas semanas. Al igual que Macron, Díaz quiere penetrar en el electorado socialista evitando el radicalismo y centrándose en la gestión. Como el líder francés, Díaz presume de su trabajo de ministra (antes de fundar En Marche, Macron ejerció de ministro de Economía en el gobierno del socialista Manuel Valls)

Además, al igual el francés, la dirigente gallega no quiere estar sometida al control de otros partidos políticos. Se siente una outsider, o así quiere que el electorado la perciba, a pesar de haber militado durante años en Izquierda Unida y haber sido cargo público desde 2003. Y del francés aspira a recoger el cartel electoral exprés centrado en su figura y capaz de romper los equilibrios políticos franceses. 

Algunos entre los que conocen la estrategia de Díaz ya hablan abiertamente de «operación Macron», que desligan de la victoria de Boric en Chile. Aunque admiten que ambos políticos son parecidos por «oportunismo», recuerdan que Boric ha centrado su campaña en temas como la «diversidad» o los «pueblos originarios», además de políticas sociales como los derechos de los trans. Díaz, en cambio, no está entrando en esos ámbitos y mantiene una propuesta de regeneración enfocada en la crítica a los partidos tradicionales y centrada en la gestión. El perfil moderado de Díaz y hasta su cambio de imagen, en resumen, es porque la gallega mira más a Macron que a Boric.

Podemos rechaza la transversalidad

En definitiva, más Macron que Gabriel Boric, el flamante presidente de Chile que para muchos miembros de Unidas Podemos es ya un referente. Boric, al igual que Pablo Iglesias, provenía de los colectivos universitarios y no tenía el apoyo orgánico de las formaciones que crearon el Frente Amplio de Chile. Pero a diferencia de Díaz, sí asumió para su proyección que los partidos tradicionales, entre ellos el comunista, tuviera el control de las segundas líneas, es decir, los cargos orgánicos de su nuevo equipo. 

En Podemos, de hecho, rechazan el enfoque centrado en la transversalidad. Los morados se irritaron, tal y como adelantó este diario, después de que Díaz hablara del 8-M y señalara indirectamente las responsabilidades de Irene Montero. Pero tampoco están dispuestos a asumir discurso parecidos a los de Íñigo Errejón antes de 2017, cuando los eslóganes de «ni derechas ni izquierdas» marcaban la estrategia electoral de Podemos.  

Díaz no quiere tutelaje alguno. Ha creado un equipo muy reducido formado por personas de máxima confianza, y otros cuadros que provienen del partido de Ada Colau. Además, se apoya en profesores y técnicos de Comisiones Obreras. Pero no quiere que ni Izquierda Unida ni Podemos decidan cómo se configura su proyecto. De ahí su énfasis en la sociedad civil y en buscar perfiles independientes para su proyecto.

El equipo de Díaz mantiene el máximo secreto sobre posibles fichajes, aunque sin duda la ministra está recibiendo muchas peticiones más o menos directas. Y en algunos casos, como el de Manuela Carmena, se está incluso atreviendo a rechazarlas. Pero hasta enero nada debe trascender. Este es la orden de una ministra que mira cada vez más a Europa que a América Latina para su futuro

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