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Yolanda Díaz lanza un ultimátum a Garamendi: descuento en la temporalidad o decretazo el 31 de diciembre

Los portavoces de la ministra avisan a la patronal de que, si no ceden, se repetirá el esquema de pacto bilateral con CCOO y UGT

Yolanda Díaz lanza un ultimátum a Garamendi: descuento en la temporalidad o decretazo el 31 de diciembre

Europa Press

La ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, ha lanzado un ultimátum al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, para que la patronal se sume a la reforma del mercado laboral. Fuentes conocedoras de la negociación explican a THE OBJECTIVE que los portavoces de Díaz están en contacto con Garamendi, quien les ha manifestado la dificultad de apoyar al acuerdo por las reticencias del sector más duro de la CEOE, que ubican en Madrid. Los miembros del equipo de Díaz han ofrecido un descuento en la temporalidad permitida en las empresas, pero también han recordado que si la CEOE no se suma al plan, el Gobierno aprobará por decreto la maniobra antes del 31 de diciembre.

Joaquín Pérez Rey, secretario de Empleo del Gobierno, es quien se ha encargado de entregar el ultimátum a la CEOE, de acuerdo con la ministra. Así lo señalan fuentes conocedoras de las negociaciones, que explican que Garamendi está intentando buscar un acuerdo entre las secciones de la patronal para maximizar el respaldo europeo y evitar otro golpe como el de la subida de las cotizaciones desde 2023 para sostener la pensión de los baby boomers: en ese acuerdo los emisarios de Yolanda Díaz ofrecieron una reparto mejor a la patronal, que al salirse de la negociación acabó asumiendo el pago del 0,5% de las cotizaciones sociales (sobre un total de 0,6%).

‘Flexicurity’

Los emisarios de Díaz han avisado a Garamendi que con la reforma laboral puede ocurrir exactamente lo mismo. «Sobre la mesa se hallan de momento sobre todo la temporalidad y las cláusulas de descuelgue de los convenios«, afirman las fuentes consultadas. Las cláusulas sirven para garantizar a los empresarios mayor margen en caso de problemas económicos, crisis, falta de liquidez… Mientras que en el caso de la temporalidad, el Gobierno parece estar dispuesto a hablar del límite al 15% a la temporalidad de los contratos. Aparecen términos como el de flexicurity para abrir el límite en función de sectores.

En el mercado laboral español, la temporalidad -o flexibilidad- es esencial para la supervivencia de miles y miles de pequeñas y medianas empresas. El Ministerio de Economía de Nadia Calviño está encajando la recuperación del contrato sectorial sobre el de empresa (verdadera exigencia de los sindicatos) y quiere por lo menos salvar cuotas de flexibilidad que permitan a las empresas respirar con más tranquilidad. La propia Unión Europea quiere que España no ahogue a su sector productivo, aunque ha pedido racionalizar los contratos temporales.

En ese contexto, el Gobierno, y sobre todo Yolanda Díaz, quiere pisar el acelerador. La ministra está dispuesta a hacer un esfuerzo con la temporalidad para que la CEOE se sume al pacto. Pero en caso contrario ya ha avisado que el Ejecutivo procederá a aprobar la reforma vía decreto como muy tarde el 31 de diciembre de este año. En esa misma línea se encuentra Calviño, quien también sabe que el Gobierno debe cerrar el asunto cuanto antes para empezar el año con la reforma en vigor. Y que aspira a sacar pecho de márgenes de temporalidad mayor con respecto al anterior proyecto de la socialista Magdalena Valerio para afirmar que ha salvado los muebles.

«Sector duro» madrileño

Las fuentes consultadas sostienen que Garamendi está dispuesto a negociar sobre las bases de la oferta de Díaz. Pero se enfrenta a lo que algunos califican de «sector duro» de la patronal, que identifican en el segmento madrileño. Para estas fuentes, la sección madrileña se decanta por rechazar la oferta del Ejecutivo, entre otros motivos por la influencia que sobre ese segmento ejerce el Partido Popular.

«Pablo Casado tenía un plan, que era aprovechar la crisis económica, convencido de que el Gobierno no aguantaría», reflexionan también desde el frente sindical. Sin embargo, ahora tanto en el Ejecutivo como entre los representantes de los trabajadores concluyen que los 188 votos que Pedro Sánchez ha logrado para aprobar las cuentas le servirán para concluir la legislatura. Y que ese equilibrio político, por muy frágil que sea, impone a la patronal actuar con racionalidad. «No va a haber cambio de Gobierno en el corto plazo, por lo que a los empresarios les conviene aceptar la oferta y evitar que ocurra como las cotizaciones o el salario mínimo», asumen estas fuentes.

Con la última subida del salario mínimo interprofesional, en efecto, la CEOE decidió apartarse de la negociación. Y el Gobierno selló un pacto a solas con UGT y Comisiones Obreras. «Es una subida de 15 euros, una nimiedad», se quejaban desde el Gobierno poco antes de cerrar el primer pacto firmado por Yolanda Díaz sin la representación de la patronal. También en ese caso, el hombre fuerte de Díaz había entregado una oferta de última hora que Garamendi rechazó. Al igual que ocurrió con la subida de las cotizaciones. Y ahora puede repetirse con la reforma laboral, por mucho que la Unión Europea pida diálogo.

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