El PP estira su calendario de congresos por culpa del adelanto en Castilla y León
La formación de Casado no podrá cerrar en febrero los cónclaves pluriprovinciales ya que el de Extremadura caerá en marzo debido al 13-F
El Partido Popular incumplirá el calendario que se impuso de celebrar los congresos pluriprovinciales antes de marzo ya que el de Extremadura no se podrá convocar en febrero como estaba previsto por culpa de la convocatoria de elecciones anticipadas en Castilla y León, según admiten fuentes populares a THE OBJECTIVE.
Pablo Casado indicó a principios de diciembre que esperaba concluir «a mitad de febrero» los congresos regionales en aquellas comunidades autónomas de dos o más provincias, para luego meterse en faena hasta junio con los uniprovinciales, de los cuales el de Madrid atrae toda la atención por la guerra soterrada entre Isabel Díaz Ayuso y la dirección nacional.
Sin embargo, el adelanto de los comicios por parte de Alfonso Fernández Mañueco ha trastocado sus planes. Castilla y León tendrá el cónclave popular el 15 y el 16 de enero y Canarias, una semana después. En ambos casos, solo hay un candidato en liza -el citado Mañueco y Manuel Domínguez, respectivamente-, así que no se esperan sobresaltos. El problema es con Extremadura, donde la dirección nacional del PP tiene decidida la sustitución de su líder, José Antonio Monago, pero no encuentra un relevo de cara al próximo congreso regional, que ya arrastra un retraso de varios meses.
Génova justificó tras el verano que los últimos cónclaves pluriprovinciales cayesen fuera del plazo previsto por el retraso que hubo en algunos -llegaron hasta septiembre cuando tenían que haber terminado antes de verano- y por la organización de la convención política de Valencia a mediados de octubre. Ahora se vuelve a estirar el calendario para meter el cónclave extremeño en marzo ya que los comicios de Castilla y León están fijados para el 13-F y los carnavales caen en el último fin de semana de febrero.
El único candidato oficioso a liderar el PP extremeño es el actual alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, quien a principios de octubre se postuló en público para suceder a Monago si el único presidente que ha tenido el PP en Extremadura se descartaba para la reelección con el visto bueno de Génova. Es decir, mediante una transición pacífica, como ha sucedido en lugares como la Comunidad Valenciana -Isabel Bonig ‘claudicó’ en beneficio de Carlos Mazón- o Islas Baleares -Biel Company aceptó que se aupase a Marga Prohens-.
En noviembre se repitió el mismo patrón en Aragón, donde el hasta ahora presidente de los populares aragoneses, Luis María Beamonte, se echó a un lado para propiciar que fuera ungido el pasado domingo el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón. Los estatutos del PP establecen que haya 45 días entre la convocatoria de un congreso y la celebración del mismo para la presentación de candidaturas y la recolección de avales.
Para que el congreso de Extremadura cayese el 19 y el 20 de febrero, se tendría anunciar tras Nochevieja y Génova no está por la labor de convocar a la Junta Directiva regional en mitad de las vacaciones navideñas. Además, el proceso de presentación de candidaturas y un eventual proceso de primarias -que no hay que descartar- se entremezclarían con la campaña electoral de Castilla y León, por lo que las citadas fuentes descartan ese escenario.
Fuera de la terna de alcaldes
En plena guerra interna en el PP de Madrid entre los partidarios de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, desde Génova se deslizó en noviembre que habrá alcaldes que lideren el partido en varias comunidades autónomas, dando así validez a la opción del regidor madrileño. Se mencionaron expresamente los casos de Azcón en Aragón y de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, para sustituir a María José Sáenz de Buruaga en Cantabria.
El hecho de que el alcalde de Plasencia no fuese incluido junto a Azcón e Igual en esa terna de futuros líderes regionales del PP llevó al equipo de Monago a sospechar que Génova no ve con buenos ojos a Pizarro. Las fuentes de la dirección nacional consultadas por este periódico coinciden en que el liderazgo del PP extremeño está «abierto» a día de hoy, si bien descartan de plano que Monago vaya a repetir mandato.
Esa ecuación abre la puerta a que Génova promueva un tapado, como pasó con Ayuso en la Comunidad de Madrid, aunque los partidarios de Monago descartan esa opción. «No hay ninguno», insisten antes de recordar que el expresidente fue el que «pacificó» el PP extremeño cuando llegó a la presidencia de un partido «carcomido» por los recelos y rivalidades que había entre el PP de Badajoz y el de Cáceres.