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El Gobierno intenta que la CEOE presione al PP para que se abstenga en la reforma laboral

Fuentes gubernamentales explican a THE OBJECTIVE que trabajarán «a varias bandas» para sacar adelante el texto a finales del mes de enero

El Gobierno intenta que la CEOE presione al PP para que se abstenga en la reforma laboral

Pedro Sánchez vuelve a la geometría variable que había desterrado desde que hace tres años echó a andar su rentable alianza Frankenstein. Sus socios más fieles, PNV y ERC -también Bildu-, admiten que están «muy lejos» de apoyar una reforma laboral que califican de «humo» porque «no se deroga, siquiera de forma parcial» el marco normativo aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Y, por ello, el Gobierno admite a THE OBJECTIVE que trabajarán «a varias bandas».

Y esa es precisamente «la garantía de que saldrá adelante», según estas fuentes de Moncloa; «cuando hay tantas variables, se aprueba». Pero el salto cualitativo es que el Gobierno abra el foco y considere a algunas formaciones políticas con las que prácticamente no ha establecido contacto alguno en toda la legislatura. Con Ciudadanos, desde hace nueve meses con la moción de censura de Murcia; y con el PP, aparte de la renovación de los órganos constitucionales, no ha existido negociación alguna en el ámbito parlamentario para buscar su apoyo a un texto legislativo del Gobierno.

He aquí la novedad. De momento, el Gobierno no ha descolgado el teléfono, pero no descarta hacerlo cuando llegue el momento. El primer paso de su estrategia es hacerse fuerte con el apoyo de la patronal CEOE a un «acuerdo histórico» de la reforma laboral. «Quiero hacer extensible el agradecimiento a los agentes sociales, a los empresarios y a los sindicatos. Con ellos hemos logrado más de 12 acuerdos en esta legislatura», solemnizó este martes el presidente, Pedro Sánchez, en una improvisada intervención en el Congreso.

Estrategia de presión con la CEOE

Y el siguiente paso es utilizar la fuerza del apoyo de los empresarios para presionar al PP de cara a una eventual abstención al decreto de la reforma laboral, cuando este llegue al Congreso a finales de enero, transcurrido el mes legal desde su publicación en el BOE este miércoles, 29 de diciembre. De la misma manera en que los sindicatos han hecho publico un comunicado para conminar a las fuerzas políticas a ratificar el pacto, los empresarios -confían en Moncloa-, servirán de acicate para «que el PP pueda virar. No sería la primera vez que tiene que dar marcha atrás».

Las fuentes consultadas por este periódico se preguntan: «¿Le va a decir Casado a los empresarios que por su culpa tenemos que recoger la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales como pide el PNV? Los empresarios le van a exigir que se comporte como un partido serio, un partido de Gobierno. Y si no lo hace, los empresarios van a empezar a ver que el PP no les sirve».

Feijoo y Mañueco como aliados

Así se explican las constantes apelaciones de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a las «discrepancias internas que tuvo la CEOE, con mucha tensión» para aprobar un acuerdo, con el objetivo de poner en valor el acuerdo, el rechazo inicial de los empresarios y la necesidad de hacer cesiones en aras de cerrar un pacto. El mensaje de Díaz no quedo, de hecho, implícito este martes en Moncloa, sino que concretó en forma de petición su apelación al PP: «Lo único que le pido singularmente a la principal fuerza de la oposición es que en política la construcción de muros, la destrucción, el no por el no hace daño a nuestro país».

La vicepresidenta prometió «cariño» a sus socios pero dejando claro que «la vocación del Gobierno es mantener la norma que hemos acordado y nos ha costado mucho». Una voluntad adelantada por fuentes gubernamentales el pasado lunes que se traduciría en la negativa a tramitar el real decreto como proyecto de ley, abierto a modificaciones vía enmiendas.

Un punto de partida que aboca la negociación hacia las formaciones del arco parlamentario de la derecha, Ciudadanos y el PP. Y de ahí que en el mensaje de cierre del curso parlamentario de Pedro Sánchez fuera para «desear más acuerdos en 2022 y cuanto más grandes mejor». Un cambio de paradigma por necesidades de guion para el que el Gobierno cree contar con algunos barones del PP como aliados: «Feijoo ha sido duro. Y está presionando desde el lado de la lógica». Algo que podría hacer este miércoles el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y que el Gobierno confía en que vaya cociendo a fuego lento una posible abstención de aquí a un mes mientras trabaja en otros escenarios posibles.

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