El Gobierno descarta la abstención del PP y confía en Cs para aprobar la reforma laboral
Fuentes de Moncloa auguran que «Casado se enrocará en su rechazo» porque «empieza a tener problemas internos»
El Gobierno pierde la esperanza de que el PP se preste a una abstención para sacar adelante la reforma laboral. Fuentes del gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE auguran que la presión interna, las objeciones de la Fundación FAES y el «llamativo silencio de Isabel Díaz Ayuso» son las causas evidentes de que el líder del PP, Pablo Casado, «se va a enrocar en su posición» en contra del decreto de la reforma laboral que se debatirá en febrero en el Congreso de los Diputados.
«Se va a equivocar», auguran estas fuentes a tenor de la presión interna que Casado interpreta como «un cuestionamiento de su liderazgo y reacciona a la contra». Un error para el Ejecutivo porque esto le aleja de la moderación que se le presume a «un partido de estado y de Gobierno como el PP» y podría tener efectos en el electorado en Castilla y León y Andalucía.
En el Palacio de la Moncloa explican además «la incomprensión de los empresarios» al respecto porque «no entienden nada, no puede ser a todo que no», señalan en referencia a que la reforma laboral queda muy lejos de la prometida derogación total, ni parcial, y ni siquiera modifica los aspectos más sustanciales del marco normativo que estableció el PP. Por eso añaden: «Tenían la oportunidad de sacar partido y han convertido una victoria en derrota» por no sacar provecho de que se mantengan el 80% de la reforma laboral de Mariano Rajoy.
A por Ciudadanos
Con la vía del PP cegada, el Gobierno socialista explorará la vía de Ciudadanos aunque «la negociación no comenzará hasta la vuelta de las Navidades» tras el Comité Federal del 7 de enero con el que Sánchez iniciará el curso político tras regresar de sus vacaciones familiares en Doñana. Los socialistas retomarán entonces los contactos con sus socios con más optimismo del que se atisba de las declaraciones publicas. «Evolucionarán», auguran en Moncloa respecto al «no muy claro» en el que han dicho situarse PNV, ERC y Bildu.
Sin embargo, los estrategas gubernamentales centran su esperanza en las abstenciones de sus socios, que les permitirían sacar adelante el decreto que sólo requiere de mayoría simple, más síes que noes, siempre y cuando sus socios no decanten la balanza hacia el bloque del no sumando sus apoyos a los del PP.
De esta forma, los 120 diputados del PSOE se sumarían a los 35 de Unidas Podemos y los 9 de Ciudadanos, que aspira el Gobierno a sumar. Los estrategas gubernamentales ven con recelos sin embargo la actitud de la formación liderada por Inés Arrimadas que «están empezando a poner condiciones, lo cual supone que se quieren saltar el acuerdo con los empresarios» y que tendrán que rebajar sus posiciones maximalistas.