Sánchez recupera después de varios meses las ruedas de prensa con líderes extranjeros
El presidente acabó con la práctica histórica de las ruedas de prensa con mandatarios internacionales en Moncloa y lo liquidaba con notas de prensa
Tras varios meses de blindaje, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volverá a comparecer junto a un mandatario internacional tras una reunión bilateral en el palacio de la Moncloa. Será hoy lunes 17 de enero ante la visita oficial del canciller alemán, Olaf Scholz, prevista para las 14:00 horas. Es la primera vez desde hace meses, casi desde el principio de la legislatura, que Sánchez vuelve a ofrecer las tradicionales ruedas de prensa con líderes extranjeros, comparecencias de reducido tamaño y con la posibilidad de formular cuatro preguntas: dos para medios extranjeros y otras dos para medios nacionales.
El cambio de la política de comunicación se gestó en esta legislatura, cuando la Secretaria de Estado de Comunicación que inició su ofensiva contra los medios de comunicación y la censura de sus preguntas en plena pandemia comenzó a suprimir las ruedas de prensa posteriores a las visitas oficiales de jefes de Estado y demás encuentros bilaterales. Para muestra un botón: las ultimas convocatorias se saldaron todas con una breve nota de prensa desde el palacio de la Moncloa, fotografía incluida, alertando previamente de que la convocatoria solo permitía la «cobertura gráfica».
Sin preguntas, sí hay cobertura
Así ocurrió el pasado 10 de diciembre, con la visita del primer ministro francés, Jean Castex; el 9 de diciembre, con la visita del presidente de la República de Chipre, Nicos Anastasiades; el 19 de noviembre con el ex presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva; el 16 de noviembre con el presidente de la República Italiana, Sergio Matarella; el 4 de noviembre con el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso… Y así sucesivamente.
Sólo ha habido dos excepciones, la vista del presidente del primer ministro belga, Alexander De Croo, el pasado 18 de octubre de 2021, cuando ambos comparecieron en las escalinatas de Moncloa en una declaración sin preguntas de la prensa; y la segunda, el 11 de mayo con la visita del presidente de la República argentina, Alberto Fernández, cuando el entonces secretario de estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, concedió sólo dos turnos de preguntas, uno para la delegación de los periodistas argentinos que viajaron con el presidente, y otro para la prensa española. Apenas unos minutos con carácter improvisado desde las escalinatas del palacio de la Moncloa, no desde la sala de prensa.
¿Por qué con Scholz?
La explicación a este cambio de política informativa no radican solo en el cambio en la secretaría de estado de Comunicación, ahora dirigida por Francés Vallés, en sustitución de Miguel Ángel Oliver, sino en la especial relevancia para el Gobierno de Sánchez tiene la alianza estratégica con Olaf Scholz para el momento presente europeo. Sánchez tiene puestas sus esperanzas en el líder socialdemócrata a quien le concede la máxima distinción de cara a la conformación de un eje socialdemócrata que permita a España salir airosa del reparto de los fondos europeos.
En Moncloa esperaban ansiosos el éxito de las conversaciones diplomáticas que permitieran cerrar un encuentro bilateral en España, después de que el canciller Scholz priorizara en sus primeros viajes a París -como es tradición en los primeros viajes de los cancilleres alemanes-, Roma, Bruselas y Varsovia. La intención de Sánchez es visualizar la fuerza de la socialdemocracia europea en dos de las cuatro grandes potencias: España y Alemania frente a los gobiernos liberales y conservadores de Francia e Italia.
El gran tema en el que confía Sánchez es que la entrada de los liberales junto a socialdemócratas y verdes en el Gobierno alemán no suponga un endurecimiento de las reglas fiscales europeas suspendidas por la pandemia y que han permitido un esfuerzo «histórico» de inyección de fondos sobre el que Sánchez ha construido su Plan de Recuperación y Resiliencia. En Moncloa confían en que la presencia liberal no condicione al Gobierno germano socialdemócrata y se alinee con el otro único presidente europeo de su familia política.