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Castilla y León

Mañueco esquiva los ataques de Igea con un Tudanca desdibujado en el primer debate

El candidato del PP sale airoso de los reproches que le lanzaron sus rivales del PSOE y Cs. El adelanto electoral y la corrupción, los momentos más tensos

Mañueco esquiva los ataques de Igea con un Tudanca desdibujado en el primer debate

Luis Tudanca y Alfonso Fernández Mañueco | Javier Lizón (EFE)

El presidente de Castilla y León y candidato del Partido Popular al 13-F, Alfonso Fernández Mañueco, resistió este lunes a los ataques de sus contrincantes en el primer debate organizado por TVE, que duró casi dos horas. Sobre todo, del cabeza de cartel de Ciudadanos, Francisco Igea, quien lanzó los golpes más incisivos con el que hasta ahora era su socio de gobierno, mientras que el socialista Luis Tudanca se fue desdibujando a medida que iban pasando los minutos.

El primer debate electoral se dividió en cinco bloques. El primero versó sobre la pandemia, seguido de educación, regeneración democrática, mundo rural y fiscalidad. Y tuvo como novedad -e inconveniente para el afectado- el hecho de que Igea tuviese que intervenir desde el domicilio de sus padres debido a su reciente contagio por coronavirus.

Mañueco empezó titubeante la intervención inicial. Rápidamente, se deslizó a los reproches contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por sus políticas y sus «ataques» contra sectores «clave» de la región. Igea constató que al Gobierno de coalición le ha tocado lidiar con «la crisis más dura» por la que ha pasado la comunidad autónoma y el país.

Fue el primero en acordarse de las más de 12.000 personas que han perdido su vida en Castilla y León por el coronavirus. Tras ello, afeó a Tudanca su moción de censura y lanzó su primer dardo a Mañueco. «Lo que nadie pensaba es que el tránsfuga fuera el presidente» con la convocatoria electoral, le lanzó a bocajarro.

Mañueco replicó que los servicios públicos han funcionado «con eficacia y como un reloj» en la lucha contra la pandemia, pero no quiso entrar a discutir la acusación del candidato del PSOE sobre el destino de los 1.600 millones de euros transferidos desde el Gobierno central o los 647 millones que se inyectaron directamente a la economía regional. Igea defendió la labor de su consejera de Sanidad, Verónica Casado, al haberse conseguido unos datos inferiores a los de España o la Comunidad de Madrid en exceso de mortalidad o el paro registrado durante la crisis.

Cuando Tudanca le reprochó al presidente autonómico la inconsistencia de convocar unos comicios «en mitad de la sexta ola», Mañueco respondió que eran las quintas elecciones con coronavirus y a las catalanas del año pasado fue de candidato el ministro de Sanidad de entonces, Salvador Illa, al tiempo que acusó a Igea de tener «memoria corta» con sus críticas de que «iba a los sitios a hacerse fotos». Los candidatos del PP y Cs se enzarzaron en su primera diatriba sobre quién estuvo detrás de la primera compra de material sanitario contra la covid-19.

El candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, tuvo que intervenir desde su domicilio / EFE

Con los ánimos encendidos se entró en el segundo bloque, el de Educación. Igea garantizó una educación igualitaria, Mañueco habló de la «excelencia» de este sector «frente al modelo de Sánchez de quitar exámenes y la libertad de elección de los centros» y Tudanca acorraló al candidato del PP al lamentar que hubiese un millar menos de docentes.

Mañueco replicó con el anuncio de que en septiembre ya habrá gratuidad a los niños de 2-3 años, «no al estilo Sánchez, que promete y promete y nunca cumple nada», pero guardó silencio cuando Igea le preguntó si hará consejero de Educación al candidato de Vox, Juan García-Gallardo.

El siguiente rifirrafe se produjo en torno a si la Formación Profesional dependía de Educación o de Empleo. Mañueco quiso zanjar el asunto con la afirmación con su antiguo socio de que «el Gobierno es del presidente», al tiempo que lamentó que fuese «complicado» hablar con quien «está en una pantalla». Igea se revolvió desde el domicilio de sus progenitores: «Ja ja ja, pensé que era el presidente de Castilla y León. Se está equivocando cuando dice que es de su propiedad. Y estoy en plasma porque usted lo ha querido», le espetó en el momento más tenso del debate.

La corrupción centró buena parte del bloque de regeneración democrática. El candidato del PP lanzó como novedad una reforma de la ley electoral para que en el futuro puedan debatir en este tipo de debates de televisión cualquier partido con representación en las Cortes, y no solamente los que tienen grupo parlamentario como sucede ahora.

Igea reprochó a Mañueco que su consejero de Sanidad haya podido incumplir el código ético al no informar en su agenda pública de una reunión el pasado 23 de diciembre -tres días después de la disolución de las Cortes- en la que se jugaba «el concurso más grande» de la pandemia con 800 millones de euros en juego.

Tudanca: «El PP ha manchado las instituciones»

Sin apenas respiro, Tudanca enumeró los casos de corrupción de afectan al PP y acusó al presidente regional de adelantar los comicios «para escapar de un calendario judicial» adverso para este último. «El PP ha manchado nuestras instituciones, es insoportable lo que está pasando», aseveró el candidato del PSOE.

Mañueco no se amilanó ante los ataques -«los autos de fe son de otra época», les dijo- y replicó a Tudanca con un contraataque al afearle que lanzase hace un año una moción de censura «en el peor momento» de la pandemia. Un movimiento que calificó como «el mayor ataque a la democracia» y que terminó con «lágrimas de cocodrilo» por parte del aspirante socialista, quien pareció quedar noqueado por el golpe.

Igea terció en la pelea lamentando que «si hay algo corrupto es la mentira», pero no tuvo éxito. Mañueco sintió débil a su contrincante del PSOE y le reprochó los indultos a los condenados del procés que aprobó Sánchez. «Está empeñado en no hablar de Castilla y León», le replicó Tudanca antes de prometer que limitará a ocho años el mandato del presidente y de los consejeros, al tiempo que le acusaba de no haber acabado con «la Administración paralela» en los 35 años que el PP lleva en el poder. El candidato del PP no se puso nervioso y con el dedo índice levantado se mostró categórico: «Los indultos a los golpistas sí que interesan en Castilla y León».

«El carrito de vendedor de crecepelo»

El debate fue subiendo enteros en los dos bloques finales: fiscalidad y despoblación. En el primero de ellos, Mañueco defendió el cumplimiento de sus promesas electorales al eliminar el impuesto de Sucesiones y Donaciones «y he cumplido» . También avanzó en su voluntad de proceder a una rebaja del IRPF para todos los ciudadanos de Castilla y León, con especial énfasis en el mundo rural. El choque con Tudanca se produjo al defender un «blindaje fiscal para defender una autonomía fiscal». 

«Esto no es Madrid», reprochó el candidato socialista. «Lo que esta haciendo es competir deslealmente.  Mañueco quiere convertir esto en un paraíso fiscal para los ricos. Quieren votar en contra de rebajas fiscales en el medio rural como ya hicieron dos veces en el parlamento». Un reproche al que el presidente en funciones contraatacó con otro: «La política fiscal del señor Tudanca es la de Pedro Sánchez, el hachazo fiscal. Somos la comunidad que mejor y más gestiona los servicios públicos bajando los impuestos. Esto no lo entiende el señor Tudanca, que prefiere arrasar esta tierra», aseveró. 

Igea se sumó a las críticas del socialista incidiendo en el reproche por la, a su juicio, injustificada convocatoria electoral: «En estos presupuestos se bajaban los impuestos para las zonas rurales. Pero el señor Mañueco prefirió convocar elecciones porque prefiere prometer presupuestos que darlos. Además, nos copia lo del IRPF esta bien…», constató el candidato de Ciudadanos antes de acusar a Mañueco de ir con «el carrito de vendedor de crecepelo por los pueblos» en esta campaña electoral.

«Casado va a acabar con garrapatas»

El ultimo bloque fue el de mayor actualidad, a cuenta del debate de la carne y la polémica de las macrogranjas, entre otras cuestiones. Y el único que quiso afrontar directamente la cuestión fue Francisco Igea denunciando, en primer lugar, la «falta de respeto por todos, primero por un ministro del Gobierno de España que va a hablar mal de los productos de la nación fuera de la nación». Y, en segundo lugar, contra el PP que «ha reaccionado como una chirigota con unos señores que se pasean por prados verdes cogiendo ternerillos castellanos disfrazados de monteros…. El señor Casado va a acabar con garrapatas».

El candidato del PP centró el problema en una cuestión «global y lo que se necesita es un problema global» que requiere de la actuación del Gobierno de Sánchez, aunque también aprovechó para sacar pecho porque en Castilla y León «ya llegan mas personas que las que se van. Nuestro problema es que hay más personas que fallecen respecto a las que nacen».  Para ello, esbozó un plan para favorecer la natalidad en el medio rural con cheques bebe y ayudas a la conciliación y las guarderías, que elevará sus ayudas al 40% en el caso de los habitantes de la España vacía.

Su rival socialista negó la mayor: «Castilla y León ya ha perdido 200.000 habitantes y según el INE perderemos otros 240.000 habitantes más», advirtió Tudanca. «Claro que hay dos maneras de afrontar la despoblación: o no hacer nada o el plan para el reto demográfico y la despoblación que ha aprobado un gobierno socialista como el de Castilla La Mancha con un presupuesto de 3.300 millones de euros. Tenemos que dar respuestas ya y la única manera es un cambio de gobierno ya» para evitar que se sigan perdiendo explotaciones agrarias que, según los cálculos del socialista, ascienden a 10.000 en los últimos años.

En este sentido, se mofó del cheque bebe de hasta 2.000 euros que propone ahora el PP: «Hombre, que ahora me hable del cheque bebe con las cosas que hemos tenido que escuchar del cheque bebe cuando lo propuso el PSOE», le dijo a Mañueco. Sin embargo, el momento de mayor confrontación dialéctica vino a continuación, cuando Mañueco pidió «que Sánchez haga algo porque esto es un problema de Estado», a lo cual interrumpió con sorna el candidato por Ciudadanos: «A ver, que no me acabo de enterar, ¿usted quiere a Sánchez o no?». 

Los minutos de oro

El cierre del debate devolvió a los candidatos a la rigidez habitual al dirigirse directamente a la ciudadanía en los llamados ‘minutos de oro’. En primer lugar, el candidato del PP hizo una apelación a la estabilidad de «un Gobierno serio» para los próximos cuatro años. «Estoy con ganas. Me atrevo a pedirle su voto y confianza. Lo mejor está por llegar», dijo Mañueco con optimismo.

El segundo fue Francisco Igea, el candidato de Ciudadanos, quien se aferró a la idea de la convocatoria de «las primeras veces». «Es la primera vez que se hace una convocatoria electoral desde la mentira y desde el bochorno. Este Gobierno lidera los rankings de transparencia, es la primera vez que se afrontan los problemas con profesionales, no con gente dedicada en exclusiva a la política», constató antes de pedir a los telespectadores «que se levanten el 13-F, que no sea la última vez que tengan que elegir entre la honestidad y la mentira».

El último en tomar la palabra fue el socialista Luis Tudanca con un llamamiento «a los que están cansados y a los que quieren un cambio» tras los comicios. «Quienes no soportan la corrupción, quienes quieren salarios dignos y pensiones dignas, igualdad entre mujeres y hombres, e igualdad entre provincias. Ha llegado la hora del cambio, no lo dudéis. Les pido el voto que provoque el cambio».

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