Guardias civiles estallan contra Marlaska por su «dejadez» tras el asalto migratorio en Melilla
Los agentes denuncian que Interior les deja «desprotegidos y abandonados» en la frontera, y reclaman medios humanos y materiales «ante la creciente violencia»
Melilla vivió en la mañana del pasado miércoles el mayor asalto migratorio conocido hasta la fecha. Sobre las 09:30 horas, alrededor de 2.500 inmigrantes intentaron sobrepasar la valla fronteriza, aprovechando una zona de la misma de menor altura, sin concertinas ni tubos metálicos, en las inmediaciones del arroyo de Villa Pilar, cuando las patrullas cambiaban de turno. No obstante, estas personas, la mayoría de origen subsahariano, ya lo habían intentado en varias ocasiones durante la madrugada, indican fuentes policiales a THE OBJECTIVE.
La avalancha humana pudo ser en cierta medida contenida por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en colaboración con los agentes marroquíes, puesto que finalmente solo entraron a la ciudad autónoma 491 inmigrantes, según datos del Gobierno, quienes se dirigieron a la carrera al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Una cifra algo superior a la de 2014, cuando el Ministerio del Interior contabilizó la entrada de 470 personas en Melilla, después de que más de 2.000 intentasen sobrepasar la frontera.
Pese a todo, el dispositivo de la Guardia Civil se saldó con 23 agentes heridos y dos en el caso de la Policía Nacional, todos ellos leves, después de la violencia empleada por los inmigrantes, quienes iban provistos con garfios, palos y tornillería en los zapatos, en este último caso para alcanzar la valla. Según relatan fuentes policiales, varios guardias han terminado con los cascos de protección rotos, tras recibir el impacto de garfios y piedras. Respecto a los subsaharianos, veinte fueron atendidos en el Hospital Comarcal también con pronóstico leve.
«Nos dejan desprotegidos»
Así las cosas, asociaciones profesionales mayoritarias de la Guardia Civil han estallado contra el Ministerio del Interior, en declaraciones a este periódico, por «la dejadez» de este departamento con la frontera sur española. «El Gobierno nos deja totalmente desprotegidos y abandonados. Hacen falta tanto medios materiales como humanos para hacer frente a las violentas avalanchas de inmigrantes ilegales. Venimos denunciando esta situación desde hace meses y solo se hará algo cuando ocurra una tragedia», sostienen desde Jucil.
Fuentes sindicales advierten de que el margen de la valla, de unos 300 metros, por el que han logrado saltar cientos de inmigrantes, está inacabada. «No está terminada, no tiene concertinas, por lo que las personas pueden sobrepasarla en cuestión de dos minutos. Arreglarla supone una inversión mínima, pero sigue igual, desde el Ministerio no han hecho nada por arreglarla», prosiguen.
Por el momento, desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, según las fuentes consultadas, descartan reforzar la seguridad del paso fronterizo de Melilla, frente a lo que sí hicieron en la anterior crisis de 2014 cuando enviaron con carácter urgente a un total de 120 agentes, entre guardias civiles y policías nacionales. En cualquier caso, dice Jucil, «un refuerzo temporal no es suficiente, se necesitan cientos de agentes más para vigilar la zona y evitar que se sucedan capítulos como los de este miércoles».
Mayor agresividad
En la misma línea, desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), su portavoz, Pedro Carmona, ha denunciado la «agresividad» con la que vienen actuando los inmigrantes al intentar cruzar el perímetro fronterizo en Melilla y cómo los agentes continuan enfrentándose a esta situación «sin personal suficiente ni medios adecuados para contener los asaltos».
Por ello, desde la AUGC insisten en la necesidad de seguir incrementando el número de efectivos en la zona así como la instalación de cámaras detectoras de movimiento para detectar intrusiones. Además, es necesario, insiste Carmona, que en todo el perímetro fronterizo se disponga de vallado con peine invertido. «Se trata de medios de contención más eficaces y menos lesivos ya que en la actualidad no todo el perímetro está cubierto por vallado de este tipo para evitar los saltos», concluye.