Yolanda Díaz acude 'in extremis' a Chile para contraprogramar a Irene Montero
La delegación española será una de las más numerosas de la historia en la toma de posesión de un presidente del país americano
La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, viajará este fin de semana a Chile para acudir a la toma de posesión del nuevo presidente, Gabriel Boric. Su presencia en la misión diplomática no estaba prevista hasta hace pocas semanas, cuando Díaz presionó para acompañar a la delegación, mientras que la ministra de Igualdad y lideresa de Podemos, Irene Montero, llevaba meses (concretamente desde enero) presionando a la Moncloa para poder viajar hasta Santiago de Chile. Díaz aprovechará el viaje para hablar de la reforma laboral, y de momento ya ha cerrado en encuentro con Boric que puede dinamitar el plan de Montero de mostrarse como la sustituta de Pablo Iglesias y referente del Gobierno de España ante los aliados de la izquierda latinoamericana. La cuestión no es baladí, porque en Podemos saben que va de influencia política internacional y negocios.
A Díaz se la conoce públicamente como una política afable y negociadora de guante blanco. En Podemos, sin embargo, creen que esto no es cierto. La cúpula morada sufre porque detecta que a nivel de «relato» la política gallega aparece como la víctima del fuego lanzado por Podemos. La verdad, no obstante, es más compleja. En el conflicto interno los dardos llegan de ambos frentes y prueba de ello es que Yolanda Díaz presionara para subirse al avión gubernamental que llevará al Rey Felipe VI y a la ministra Irene Montero a Santiago de Chile. Las dos acudirán el viernes a la toma de posesión del presidente Gabriel Boric, y llevarán fuera de España el conflicto por la visibilidad.
La delegación española será una de las más numerosas de la historia, puesto que contará con dos ministras y sus equipos, además del Rey, representantes de la Casa Real y del ministerio de Exterior (José Manuel Albares ha anulado su viaje para seguir la crisis de Ucrania). El avión llegará a Santiago de Chile el jueves. Podemos lleva desde enero presionando para acudir a la toma de posesión del nuevo presidente chileno, Gabriel Boric, en el medio de un tira y afloja con la Moncloa, que no quiere que Montero tenga una agenda paralela secreta, tal y como hizo Pablo Iglesias durante la misión en Bolivia de hace un año.
Se llegó a un acuerdo sobre este punto (presumiblemente una agenda conocida por la jefatura del Estado), aunque la gran novedad atañe a que se ha sumado a la delegación Yolanda Díaz. Fuentes gubernamentales revelan a THE OBJECTIVE que Montero intervino primera para sumarse al Rey en el viaje. Su presencia se dio casi por descontada desde el principio, aunque a partir de finales de enero y febrero, Díaz maniobró para también formar parte de la delegación.
El equipo de Díaz mantuvo la «discreción» en este ámbito hasta hace pocos días, cuando se supo que la dirigente gallega también logró un asiento en el avión del Estado y que, además, tiene cerrada una reunión bilateral con el presidente de Chile, y otra con la ministra de Trabajo de ese país. Ambos encuentros se deben enfocar en la batalla interna en Unidas Podemos para ganar visibilidad, y como respuesta a los recientes choques entre los dos sectores de la coalición. Pero también en la voluntad de Díaz de sustraer a Podemos el papel de puente con el continente.
Boric, un líder cercano al errejonismo
Fuentes de Podemos explican que el nuevo presidente de Chile mantiene buenas relaciones con las dos corrientes que en su día lideraron al partido morado: la pablista y la errejonista. En el entorno de Iglesias aseguran que para Boric es como un «referente». Los dos se conocen desde hace años. Los pablistas hablan de «amistad personal». Y tanto Irene Montero como el resto de Podemos respaldó directamente a Boric en las elecciones presidenciales. Iglesias, ya al mando de su podcast, entrevistó a Boric en uno de sus primeros programas.
Sin embargo, otros segmentos del partido matizan dicha lectura. Sostienen que Boric es políticamente «más cercano al errejonismo», a pesar de que en lo personal pueda «admirar» a Iglesias. Revelan, por ejemplo, que sigue en contacto con referentes de este espacio, como Clara Serra. Y subrayan que apuesta por la misma receta política de Yolanda Díaz: transversalidad y superación de los partidos tradicionales. Esta sería en su opinión la explicación de las presiones de Díaz para acudir a la toma de posesión.
En las redes sociales, por ejemplo, sorprendió que Boric subiera la foto de una página del libro de Errejón Con todo, muy crítico con Iglesias. «Se pegan a Pablo, le acompañan, asienten. Comienzan a decir que no está cuidado y que ellos le cuidan. No hay sistema caudillista sin corte», escribió Errejón en dicho volumen. También ha compartido columnas de líderes regionales afectados por la purga de la dirección madrileña, como la valenciana Naiara Davó.
Hacer sombra a Irene Montero
Por eso el viaje de Díaz a Chile se interpreta como una misión para hacer sombra a la ministra morada, quien por otro lado querrá reivindicar los vínculos de Podemos con un país clave de América Latina. Montero vivió y estudió en Chile durante años, donde conoció personalmente a Boric en su etapa universitaria. Buscará en esta misión diplomática reivindicar esa procedencia común para influir en la definición del nuevo proyecto político que aspira a liderar Díaz.
El hecho de que Podemos hable de Frente Amplio (el mismo nombre de la plataforma de Boric), ofrece más de una pista al respecto. El Frente Amplio de Chile aglutinó a los partidos de izquierdas bajo el liderazgo de Boric. Pero se creó a raíz de una división de poderes y cuotas que Podemos quiere importar a España. Los comunistas chilenos, de hecho, perdieron las primarias contra Boric (que para muchos concurrió como outsider), pero mantienen un peso específico en la definición de las listas electorales.
Yolanda Díaz, en cambio, aspira a mostrarse como la referente en el Gobierno de España ante los mandatarios de América Latina. Quiere así ofrecerse como la persona capaz de abrir puertas y canales de contactos con España, jugando el papel que en su día interpretó Pablo Iglesias durante su viaje a Bolivia en la ceremonia de investidura de Luis Arce. En dicha misión, Iglesias llegó a citarse a solas con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Díaz hará de la reforma laboral la llave para llegar a otras cancillerías del subcontinente americano.
Puente con América Latina
En la geopolítica de Unidas Podemos, la coincidencia de Díaz y Montero en Chile es un dato importante. Desvela que los dos sectores del partido siguen pugnado entre ellos. Y también que el conflicto se va elevando hasta el terreno exterior y de las alianzas internacionales. En enero, Díaz se citó en Madrid con el economista Thomas Piketty. Pocas semanas después, Irene Montero respondió con un acto con Jeremy Corbyn. Antes, la ministra gallega había se encontrado el Papa y en el asunto de Ucrania se alineó con la socialdemocracia europea, mientras que Montero y Podemos prefirieron a Jean-Luc Melenchón y el pacifismo radical que condena la invasión de Rusia, pero no quiere enviar armas a los resistentes.
Como desveló este diario, la posición de Podemos sobre Ucrania fue una mezcla de intereses mediáticos (de visibilidad y protagonismo) y electorales. Los morados confían en que existe un porcentaje notable de votantes escépticos con el envío de armas y que teme una escalada con el envío de tropas españolas. A la vez, la cúpula morada estudia los efectos del aumento de la luz y de la inflación, para desmarcarse cada vez más de Pedro Sánchez.
El hecho de que Podemos haya reculado el pasado lunes tras hablar de «partidos de la guerra» no fue un acto de rendición, avisan los más expertos del partido en conversación con THE OBJECTIVE. Se trata más bien de algo parecido a la idea de «niebla de la guerra», por decirlo con Carl von Clausewitz. Es decir, confundir al adversario jugando al despiste en una situación de escasa claridad.
Irritación de Sánchez
El conflicto en Unidas Podemos, en definitiva, va in crescendo. El domingo, Díaz habló con Ione Belarra para intentar rebajar la tensión. La ministra gallega responde en este sentido a Sánchez, quien le pide mantener bajo control a los dirigentes morados. El propio Sánchez se irritó profundamente por la actuación de Podemos en los últimos días. No quiere verse debilitado de cara a sus homólogos extranjeros en un momento muy delicado para Europa, con varias reuniones internacionales en la agenda y la cumbre de la OTAN en España de junio. También tuvo que intervenir el ministro de presidencia, Félix Bolaños.
Pero Podemos ya ha decidido que tensará la cuerda. Se trata de una estrategia dirigida a debilitar a Yolanda Díaz, tal y como ha explicado este diario en numerosas exclusivas, y que a la vez plantea algo parecido a una desconexión controlada del PSOE. La desavenencia entre Díaz y Montero desembarcará este fin de semana en Chile. Las ministras compartirán avión y actos públicos, pero lo más probables es que aprovechen para cerrar encuentros y reuniones (a veces informales) en solitario. De estas agendas se desprenderá si el choque interno trasciende las fronteras nacionales y llega hasta el subcontinente americano, históricamente la zona de mayor influencia de Podemos.
Los más probable es que Irene Montero luche para defender su influencia y ofrecer a los aliados la idea de que la puerta de entrada para el Gobierno de España sigue siendo Podemos. Yolanda Díaz hará lo mismo, pero al revés. Ambas dirigentes van en misión diplomática, pero difícilmente irán en son de paz. «Yolanda tiene más proyección y rango institucional y político que Irene. Ella opaca a Irene», reflexionan desde el frente cercano a la vicepresidenta gallega.