¿Qué está pasando con el aceite de girasol?
El conflicto de la guerra en Ucrania ha provocado una falta de abastecimiento de aceite de girasol y cereales
Girasol. | Arrush Chopra
Hasta el inicio de la guerra en Ucrania, los barcos procedentes del país descargaban una media diaria de dos mil toneladas de aceite de girasol que llegaban a las costas de Málaga y servían de abastecimiento para gran cantidad de servicios, tanto cotidianos como comerciales. En los últimos días, la falta de abastecimiento del aceite de girasol ha sido notable en los supermercados, los restaurantes o las casas de los consumidores. El precio de este producto se ha disparado en un 60%, superando en el día de ayer los 2´5 euros, una cifra que se acerca rápidamente al precio del aceite de oliva.
Se trata, por tanto, de uno de los efectos colaterales del conflicto ruso-ucraniano, al haber pasado a formar parte, tanto el cereal como el girasol, de un estado de economía de guerra. Las últimas embarcaciones portadoras de este producto llegaron a nuestro país hace varios días y se calcula que hasta el 80% del futuro de la producción que vaya a hacerse de esta variedad de aceite se perderá hasta que no se declare un alto al fuego.
Sin embargo, no se trata de un problema directamente desencadenado de la invasión rusa. En menos de un año, el precio por tonelada del aceite de girasol se ha triplicado debido a que, de un tiempo a esta parte, habría tenido lugar un incremento de la demanda de este producto, a pesar de que su cultivo haya retrocedido considerablemente.
Producción de aceite en España
Hasta los años 80 del siglo pasado el girasol llegó a abarcar más de un millón de hectáreas en territorio español debido, principalmente, al bajo coste de implantación y mantenimiento. Sin embargo, en los últimos años, la producción nacional se ha visto muy limitada a pesar de que muchos españoles opten ya por el consumo de aceite de girasol antes que el aceite de oliva, tanto en sus hogares como en el terreno de la restauración, al suponer este una alternativa mucho más económica. Es por ello que la producción interna no sería suficiente para cubrir la falta de abastecimiento que pueda llegar a generar el bloqueo internacional del comercio y la escasez de la importación del producto.
En los últimos días, algunos supermercados nacionales, como Eroski o Mercadona, han optado por limitar el consumo de aceite de girasol por persona, una solución ante la cual se ha pronunciado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) haciendo un llamamiento a la calma. De esta manera la OCU ha destacado que limitar la venta de aceite puede tener un efecto contraproducente puesto que el almacenar grandes cantidades del producto hace que este pierda su calidad y propiedades.
En España, el aceite de girasol supone un 33% del consumo directo nacional – en total, 281 mil toneladas –, mientras que el aceite de oliva constituye el 60% de dicho consumo, tanto como para uso personal como para labores de restauración y hostelería, tal y como revelan los datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC).
Alternativas al aceite de girasol
En THE OBJECTIVE te hemos contado cuáles son las mejores cinco alternativas para sustituir en la cocina el aceite de girasol. destacan el aceite de oliva, el aceite de soja –muy útil en las frituras – el aceite de sésamo, de propiedades más aromáticas; el aceite de lino o el aceite de colza, siendo este último una alternativa barata y eficaz, además de todoterreno.
Escasez de cereales
En conflicto entre Rusia y Ucrania ha afectado también al mercado de cereales, siendo estos dos países los grandes abastecedores de Europa. En las últimas semanas, el Gobierno ucraniano ha prohibido la exportación de centeno, cebada o trigo, entre otros. España necesita importar casi un tercio del cereal que utiliza, un producto que va destinado en un 80% a la producción de pienso para animales en el campo de la ganadería.
La cosecha de este curso 2021-2022 ha dejado 24 millones de toneladas cereal producido. Sin embargo, la demanda en nuestro país cuenta con unos niveles de consumo de entre 35 y 38 millones, que hacen que España dependa directamente de la importación de entre 10 y 14 millones de toneladas, principalmente de maíz.
