La embajada de España en Reino Unido, en pie de guerra tras 13 años con el sueldo congelado
Este lunes comienza una huelga indefinida debido a las diferencias salariales, la primera de estas características de la historia del servicio español en este país
El personal laboral –no funcionarios– que trabaja en los consulados y en la embajada en Reino Unido ha dicho basta. Estos empleados –unas 110 personas– están convocados a una huelga indefinida este lunes 14 de marzo en defensa de un salario digno. En concreto, reclaman una actualización salarial que subsane la gran pérdida de poder adquisitivo resultante de 13 años de congelación, equivalente al 27,5% inflación de acumulada en el período 2008 a 2021.
Se trata de la primera huelga de estas características de la historia del servicio español en Reino Unido con la que pretenden paliar «los grandes desequilibrios» económicos y así plantar cara al «desprecio» y «desinterés» de la Administración ante la compleja situación que padece este colectivo. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, será secundada por el 90% de los empleados afectados.
Aumento salarial
Los trabajadores de la embajada y diferentes consulados consultados por este medio y que prefieren mantenerse en el anonimato aseguran sentirse «abandonados» y «humillados» por el Ministerio, que no responde ante una situación para muchos ya insostenible tras 13 años de sueldo congelado, que ha llevado irremediablemente a una pérdida de poder adquisitivo ante el encarecimiento del coste de vida incrementado tras el Brexit, la covid y la crisis energética.
Tras la salida del país de la Unión Europea, la inflación se ha disparado alcanzando su punto más alto en los últimos 30 años. Solo en los primeros meses de 2022 se ha registrado una subida del 5,4% con respecto a 2021 y, de acuerdo con la previsión del Banco de Inglaterra, superará el 7% a finales del año fiscal (primavera de 2022). Según los datos publicados por el Banco de Inglaterra, la inflación en Reino Unido ha aumentado a una media anual de 2,6%, lo cual equivale a una inflación acumulada que ronda el 30% desde el año 2008, momento en el que se produjo la última actualización anual salarial de este colectivo.
Ante este contexto, la situación se vuelve insostenible para muchos de ellos cuyos sueldos, según las fuentes consultadas, distan mucho del salario medio de los trabajadores en el Reino Unido, en torno a las 31.4000 libras.
De esta forma, la «asfixia» inducida por los sueldos «hace casi imposible que los trabajadores de esta misión tengan acceso a una hipoteca», relata a este periódico un empleado de la Embajada en Londres, donde el precio de una vivienda se sitúa en las 672.710 libras esterlinas, según hemos podido comprobar.
Por otro lado, el acceso a una guardería para sus hijos o viajar en metro también se han convertido en bienes de lujo, aseguran. El coste de la guardería al mes está entre las 1700 y 1997 libras en el centro de Londres; mientras que un bono transporte en zona 3, en unas 173 libras mensuales. «Muchos compañeros se bajan varias paradas antes para que no le cobren la tarifa de centro», relatan.
Equiparación de sueldos
Sin embargo, no solo piden un aumento salarial congelado desde 2008, sino también una equiparación de sueldos de todos los trabajadores con la misma categoría. Y es que el salario de un oficial en el consulado de Londres estaría en unas 29.200 libras, en el de Mánchester en 25.200, y en el de Edimburgo en torno a casi las 23.000. En la categoría de auxiliar, ronda las 24.000 libras en Londres, 21.400 en Mánchester y 20. 700 en Edimburgo.
Los más afectados por este incremento del coste de vida, según datos facilitados a este periódico, serían los trabajadores con categoría ordenanda-chófer, cuyo salario actual supera únicamente en 0,12 libras por hora el salario mínimo interprofesional del Reino Unido, estipulado en 8,91 libras.
«Las condiciones laborales actuales no permiten el desarrollo personal y familiar de los trabajadores», cuenta un empleado del consulado de Edimburgo, quien asegura haberse tenido que ir a más de 20 kilómetros de la ciudad para poder acceder a una vivienda «digna» y se encuentra buscando otro trabajo complementario para poder subsistir. «Hay mucho drama detrás de todo esto», relata, asegurando que, salvo una persona, todo el personal de su consulado, 11 trabajadores, secundarán la huelga. Una semana de huelga, de momento, que les costará unos 400 euros, ya que día no trabajado, día que no será retribuido: «Esto no es de gusto, es de necesidad», asevera.
Desigualdad internacional
A esta precariedad salarial debe añadirse, además, la «sangrante» diferencia de las retribuciones de los empleados en los consulados y en la embajada en Reino Unido con respecto a plazas de idéntica categoría en otros destinos. Así, aseguran que trabajadores en ciudades con costes de vida menores «superan con creces» sus sueldos.
De esta forma, según la tabla inferior, se puede ver como el salario medio de otras delegaciones se sitúa, en el mejor de los casos, un 17% por encima de empleados de las misiones en Londres, Edimburgo o Mánchester.
Seguridad Social española
Otras de las demandas de este colectivo y por las que este lunes se embarcan en una huelga indefinida, es por una elección voluntaria de optar al Régimen General de la Seguridad Social española.
Con una seguridad social de mínimos como es la británica, el miedo a enfermar y no poder acudir al puesto de trabajo es latente. Por cada semana de baja laboral, los trabajadores perciben a partir del cuarto día 96,35 libras. Esto quiere decir que, si estás de baja durante un mes, tus ingresos serán de 385.40 libras. «Esto no te da ni para comer», denuncian los afectados.
A pesar de que estos corresponden con el mínimo obligatorio exigido por la legislación local, en el Reino Unido, aseguran las fuentes consultadas, lo normal es que la empresa incluya en el seguro laboral un seguro sanitario. Desafortunadamente, este no es el caso para el personal laboral de la Misión Diplomática de España en el Reino Unido, cuyos trabajadores, en alguna ocasión, han tenido que ir a trabajar enfermos «o con pies y brazos escayolados», por ejemplo, por no poder permitirse una baja.
Cuentan el caso de un chófer de la embajada que tras sufrir un infarto al corazón decidió no darse de baja y acudir a su puesto de trabajo. El embajador por entonces le dijo que no se diera de baja y que, igualmente, se quedase en su casa cobrando su salario normal. «Esto es caridad», relata a THE OBJECTIVE un compañero del enfermo, «y nosotros no queremos caridad, queremos condiciones de trabajo dignas».
Silencio institucional
Tras remitidas comunicaciones a través de cartas a las que ha tenido acceso este periódico, por un lado, al ministro de Exteriores, José Manuel Álbares, así como a la nueva Directora General del Servicio Exterior, María Hilda Jiménez, sindicatos y empleados denuncian el silencio de las instituciones. «Ninguna de las demandas de este colectivo han sido respondido», aseguran.
«La solidaridad con la que los trabajadores han desarrollado su labor en estos años difíciles, en los que tanto el Brexit como la pandemia han añadido una presión extra, merece una respuesta con medidas más efectivas para poder seguir ejerciendo una profesión que nos apasiona», concluyen.