Irene Montero también usaba a su escolta como chófer de sus padres
La exencargada de seguridad reveló ante el juez instructor del ‘caso niñera’ que también tenía que hacer trabajos para la familia de la ministra
La ministra de Igualdad, Irene Montero, no solo utilizó en el pasado a distintos cargos de Podemos, entre ellos Teresa Arévalo y Gara Santana, para cuidar de sus hijos. También abusó de su exescolta, Elena González, para que hiciese gestiones a sus padres y fuese su chófer en determinadas ocasiones. Fue lo que reveló este martes la encargada de seguridad en su declaración como testigo ante el juez que instruye el ‘caso niñera’.
González aseguró que la dirigente de Podemos se extralimitaba pidiéndole tareas propias de un asistente personal cuando esto no figuraba en su contrato, según aseguran fuentes jurídicas presentes en la comparecencia. No obstante, no era la primera vez que esta trabajadora apuntaba a estas actividades por parte de Montero.
En junio de 2019, según la demanda por despido improcedente que presentó posteriormente la escolta, la formación morada la despidió por «causas organizativas (sobredimensión del equipo de logística y no necesidad de mantener esos recursos)». Podemos consideraba que la «amortización de su puesto de trabajo, insertado en un marco de reducción de costes y de reorganización de los puestos de trabajo» resultaba «necesaria para un mejor aprovechamiento de los escasos recursos» con los que contaba la organización.
Las «compras» de Montero
La posición de Elena González era totalmente contraria. En el documento, cuyo contenido publicó El Confidencial, la exescolta señalaba que había sido despedida por negarse a acatar los cometidos, al margen de la relación laboral, que le pedía Irene Montero. Entre las tareas de esta trabajadora, según enumeró, estaba «hacer compras personales, como productos de parafarmacia y droguería para bebés; de alimentación en supermercados; comprar y llevar la cena después del horario establecido de trabajo; hacer de chófer a la empleada doméstica y de la niñera, y hacer de chófer de familiares invitados a su domicilio o de transporte de envíos de familiares», entre otras.
La demanda, en este sentido, reclamaba que el despido fuera considerado improcedente e incluyera una indemnización por despido. Un objetivo que la extrabajadora consiguió in extremis tras llegar a un acuerdo con Podemos a una semana de la vista del juicio, que nunca llegó a celebrarse. El pacto se cerró el 14 de enero de 2020, un día después de la toma de posesión de Pablo Iglesias como vicepresidente del Gobierno y de Irene Montero como ministra de Igualdad. Elena Gonzalez trabajó entre 2016 y 2019 para el partido morado, primero como escolta de Iglesias, después para Irene Montero y por último, para Gloria Elizo, vicepresidenta del Congreso de los Diputados.
La segunda niñera
En su declaración como testigo en el caso niñera, pieza separada del caso Neurona que investiga el Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid, González reveló que además de Teresa Arévalo otro cargo de Podemos, en concreto la que fuera responsable de prensa del partido, Gara Santana, también se encargaba de cuidar a los hijos del exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y la ahora ministra de Igualdad en su casa de Galapagar (Madrid), cuando estos últimos eran candidatos a las elecciones generales de 2019.
Su citación se enmarcaba en el procedimiento que surgió de la denuncia de la ex responsable de Cumplimiento Normativo de Podemos Mónica Carmona, en la que se sostenía que Montero usaba a «una persona a sueldo del partido», en referencia a Teresa Arévalo —entonces jefa de gabinete de Montero y actual asesora ministerial—, «como cuidadora de sus hijos». No obstante, la exescolta fue un paso más allá y apuntó en sede judicial que había otra «trabajadora del partido» que seguía funciones personales además de laborales por parte de los dirigentes de Podemos.
«Ha quedado claro que la persona que cuidaba a los niños en casa era otra persona de la sala de prensa del partido, Gara Santana», explicaba Marta Castro, vicesecretaria nacional jurídica de Vox —quien ejerce como acusación particular en la causa judicial—, a la salida de la vista. La encarga de seguridad, según fuentes jurídicas, incluso hizo referencia a una conversación con la responsable de prensa, en la que esta última le decía «estar cansada de hacer el trabajo de cuidadora» y le confesaba que sus compañeras habían empezado a quejarse porque no hacía su trabajo.