Feijóo apuesta por una ‘nueva Ayuso’ para liderar el PP en Extremadura
El líder de los ‘populares’ se decanta por una desconocida concejal de Cáceres para luchar contra el socialista Guillermo Fernández Vara
Alberto Núñez Feijóo apuesta por María Guardiola para intentar desbancar al socialista Guillermo Fernández Vara del trono de Extremadura. La concejal en el Ayuntamiento de Cáceres era una completa desconocida dentro del PP extremeño hasta hace unos meses, cuando Pablo Casado se fijó en ella. La misma táctica que en su día utilizó con Isabel Díaz Ayuso, cuando la puso al frente de la candidatura para la Comunidad de Madrid.
El PSOE ha convertido Extremadura en uno de sus feudos autonómicos y en Génova son conscientes de que Guardiola tiene una misión hercúlea de cara a las elecciones de mayo de 2023. Pero tampoco nadie daba un duro por Ayuso a principios de 2019 cuando se conoció su candidatura, alegan desde la dirección nacional del PP.
En democracia solo hubo un mandato del PP al frente de Extremadura. Fue entre 2011 y 2015 con José Antonio Monago, quien este viernes anunció que no se presentará a la reelección para dirigir a los populares extremeños. Un paso que ya se intuía desde que Feijóo le colocó al frente del Comité de Derechos y Garantías en el último congreso de los populares en Sevilla.
Guardiola es economista de profesión y fue secretaria general de Economía en el Gobierno autonómico de Monago y esa misma área es la que ha tenido en sus manos en Cáceres, tanto cuando el PP gobernó -de 2015 a 2019- como ahora en la oposición. Fuentes del PP extremeño destacan de ella su capacidad de gestión, los «aires de renovación» que traería al partido tras una larga etapa de Monago y «el factor sorpresa» ante el PSOE de Fernández Vara, «que no tiene un historial para atacarla».
La primera mujer con opciones para dirigir Extremadura
Sería la primera mujer en tener serias opciones de alcanzar la Presidencia de la Junta de Extremadura, una región que solo ha tenido tres presidentes en toda su historia democrática –Juan Carlos Rodríguez Ibarra y los citados Fernández Vara y Monago-. Por contra, la concejal de Cáceres no es conocida más allá de la capital de provincia, no se prodiga en redes –en enero tenía 21 seguidores en Twitter– ni ha destacado en mítines o discursos públicos, algo en lo que sí brillaba Ayuso cuando fue colocada al frente de la candidatura del PP para la Comunidad de Madrid.
La apuesta de Casado por Guardiola en su día, que ahora asume Feijóo como propia, no ha estado exenta de zancadillas y golpes bajos. Desde que en enero se supo que Génova apostaba por ella, se produjo una campaña en las redes de afiliados del PP de Extremadura apoyando la opción del alcalde del Plasencia, Fernando Pizarro, quien ha gobernado con mayoría absoluta desde hace tres legislaturas la cuarta ciudad más importante de la región en número de habitantes.
Este regidor era -hasta que saltó el nombre de Guardiola- el único candidato oficioso a liderar el PP extremeño, ya que a principios de octubre del año pasado se postuló en público para suceder a Monago si el único presidente que ha tenido el PP en Extremadura se descartaba para la reelección con el visto bueno de Génova. Es decir, mediante una transición pacífica como sucedió en lugares como la Comunidad Valenciana -Isabel Bonig ‘claudicó’ en beneficio de Carlos Mazón- o Islas Baleares -Biel Company aceptó que se aupase a Marga Prohens-.
Sin embargo, ese movimiento no fue bien visto en Génova como se pudo comprobar en noviembre, cuando en plena guerra interna en el PP de Madrid entre los partidarios de Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, desde el PP nacional se deslizó que habría alcaldes que liderarían el partido en varias comunidades autónomas, dando así alas a la opción del alcalde de Madrid. Se mencionaron expresamente los casos del regidor zaragozano, Jorge Azcón, en Aragón y de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, para sustituir a María José Sáenz de Buruaga en Cantabria, algo que finalmente no se llevó a cabo por la dimisión de Casado.
El hecho de que el alcalde de Plasencia no fuese incluido junto a Azcón e Igual en esa terna de futuros líderes regionales del PP llevó al equipo de Monago a sospechar que Génova no veía con buenos ojos a Pizarro, si bien desde la sede del PP se descartaba de plano que el expresidente regional fuese a repetir mandato, como así ha sido con Feijóo ya a los mandos del partido.
Esa ecuación abría la puerta, como desveló entonces THE OBJECTIVE, a que Génova promoviese a un tapado en Extremadura, como pasó con Ayuso en Madrid, al ser una región que históricamente ha sufrido luchas internas por los recelos y rivalidades que había entre el PP de Badajoz y el PP de Cáceres.
Pizarro reaccionó con rapidez a la aparición del nombre de Guardiola convocando en enero a los medios, para reafirmar su interés en presentar su candidatura a presidir el PP de Extremadura y dejar claro que daría un paso al frente cuando se convocase el congreso regional. La determinación del regidor de Plasencia abría la puerta a que hubiera más de una lista. Es decir, que se celebrasen primarias y con un rival de peso contra la candidatura oficialista promovida por Génova, pero al final la sangre no llegó al río.
El alcalde tiró la toalla esta semana al anunciar que volvería a buscar la reelección en Plasencia en las municipales de 2023, por lo que dejó el camino libre para la concejal de Cáceres. Con ello se evitó una guerra que preocupaba a las principales figuras del PP extremeño, quienes alertaron en su día a Casado que Guardiola podría ver peligrar su victoria en las urnas si Pizarro llegaba hasta el final en su órdago.
La formación de Feijóo tiene en la actualidad unos 33.000 afiliados en la región, de los cuales 18.000 están en la provincia de Badajoz y algo más de 14.000 en la de Cáceres. Así que, en una lucha cuerpo a cuerpo entre dos candidatos del PP cacereño, serían los militantes pacenses los que tendrían en su mano desnivelar la balanza. Pero finalmente no habrá dos candidaturas en el cónclave regional del 16 de julio pues el congreso será pacífico.