Los ocho errores de Vox en la campaña andaluza de Macarena Olona
Los expertos sostienen que se crearon unas expectativas demasiado altas, se ha concurrido a las elecciones sin programa y con una imagen demasiado folclórica
Una victoria pírrica. Así denominan algunos dirigentes de Vox los resultados de este domingo en Andalucía. Los expertos sostienen que se crearon unas expectativas demasiado altas que no se han visto cumplidas por diferentes errores de campaña. La formación verde abordó las elecciones en clave nacional y con ciertos «errores de bulto». Se habían depositado muchas esperanzas, de ahí la designación como candidata de Macarena Olona, una de sus dirigentes más mediáticas.
Los sondeos internos señalaban que Vox conseguiría doblar los 12 escaños obtenidos en 2018. Santiago Abascal llegó a hablar de 26 diputados a finales de mayo. No ha sucedido. Apenas ha crecido dos escaños y la mayoría absoluta del PP le deja fuera del gobierno regional, por lo que muchos dirigentes se han quedado con una sensación agridulce. Todas las miradas están puestas ahora en quienes han dirigido la estrategia política, especialmente en el periodista Álvaro Zancajo, a quien fichó la propia Olona.
Los expertos sostienen que la formación verde ha afrontado la campaña de una manera inusual, que no ha seguido una lógica tradicional. Le imputan errores que obligaron a dar un giro de timón en el ecuador de la campaña, especialmente tras el primer debate televisivo. Incluso hubo varios días sin agenda electoral. «Algo no iba bien y hubo que recoger cuerda, replantear la figura de su candidata», plantea Ana Salazar, directora de Idus3 y experta en Comunicación Política.
Imagen folclórica
Las redes sociales, un campo que domina Vox, mostraron desde el principio una imagen muy folclórica de su candidata. Olona vestida de flamenca, en los patios de Córdoba o en la feria. Zancajo llegó a compararla en Twitter con los retratos del pintor cordobés Julio Romero de Torres. Para Manuel Rodríguez, consultor político en Cámara Cívica, Vox ha abusado de este prototipo. Lo explica porque su candidatura coincide con «un despertar regionalista».
Empadronamiento en Salobreña
La abogada alicantina se empadronó en noviembre en la vivienda del presidente provincial de Vox en Granada. Sus palabras levantaron las sospechas, ya que afirmó que no podía decir que Olona estuviese viviendo en su casa porque «estaría mintiendo». Andaluces Levantaos recurrió ante la Junta Electoral, que acabó validando la candidatura el 23 de mayo. La coalición ha llevado el asunto a la vía penal y el Ayuntamiento de Salobreña mantiene abierto un expediente.
Los aspirantes de los demás partidos han pasado por el tema de puntillas, aunque sí han usado la inscripción con cierta sorna, como la candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, que pidió en el primer debate que dejasen hablar a Olona para que explicara «qué es Andalucía». Otro de los más batalladores ha sido Juan Marín, de Ciudadanos, que le retó a cocinar torrijas.
Sin programa electoral
Vox ha concurrido a las elecciones autonómicas sin una propuesta específica para Andalucía. Con la excusa de que su proyecto nacional, no ha contado con un programa electoral concreto. En su lugar se ha apoyado en un documento de 10 medidas en las que apenas se pueden rescatar un par de ellas como propias para esta tierra.
Desaparece tras el primer debate
La dirección nacional designó a Olona para los comicios regionales con la intención de seguir ganando terreno político entre sus potenciales votantes. Una apuesta arriesgada que demostraba que estas no eran unas elecciones más y que tenían un fuerte componente nacional. Andalucía como termómetro de España. Sin embargo la campaña no comenzó como se esperaba y, según los expertos, la aspirante de Vox estuvo demasiado sobreactuada e ideologizada en el primer debate. A raíz de aquello, minimizó su agenda.
Cierre de Canal Sur
Olona acaba dando un paso atrás en el cierre de Canal Sur, a pesar de que así lo recoge la primera de sus 10 medidas. «Acabar de forma real y efectiva con la red de organismos prescindibles, personal enchufado a dedo y subvenciones millonarias a sindicatos heredada de 40 años de gobierno socialista y que el gobierno del PP ha mantenido». El ente público cuenta con 1.500 trabajadores y un presupuesto de 163 millones de euros. La mayoría lo sufraga el Gobierno andaluz, que aporta 147 millones.
Sus profesionales fueron el viernes a la huelga. Días antes habían protestado a las puertas de los estudios de la Isla de La Cartuja, donde se celebró el segundo de los debates entre los aspirantes. Especialmente duros fueron con el presidente regional y con Olona. La candidata de Vox aseguró durante su intervención que iba a cerrar «los chiringuitos ideológicos», pero matizó que «aquellos trabajadores honestos», como los periodistas y técnicos de Canal Sur, «no tienen nada que temer».
Protagonismo de Abascal
El líder nacional, Santiago Abascal, se ha involucrado personalmente en todas las campañas autonómicas: Cataluña, Madrid, Castilla y León y ahora en Andalucía. Vox sostiene que es una des sus señas de identidad porque su proyecto es nacional. Sin embargo, algunos admiten en privado que sin su presencia, los actos públicos de Olona «no tiraban». La figura de presidente del partido ha ensombrecido la puesta de escena de la candidata en unos comicios con un fuerte componente regionalista, según los expertos.
La invitación a Meloni
En el ecuador de la campaña, Vox invitó a participar en un mitin en Marbella a Georgia Meloni, líder de Fratelli d’Italia. El objetivo era demostrar la relevancia internacional de la formación verde. Sin embargo, la jugada no salió como se esperaba. Redes sociales y medios de comunicación pusieron el grito en el cielo con el discurso incendiario de Meloni, que reivindicó «la familia natural» y alzó la voz contra los inmigrantes, los homosexuales y las políticas de género.
Libros de texto y masturbación
La candidata de Vox mostró durante el segundo debate de las elecciones un libro sobre educación sexual. Se dirigió al presidente de la Junta y candidato del PP, Juanma Moreno, asegurando que ese era su programa educativo. «En primaria, niños de 11 años. ¿Quiere usted leerlo? ¿Qué es lo que está enseñando la Junta a los niños en este momento? Que es la masturbación». El ejemplar que utilizó Olona, dirigido a menores de entre 10 y 12 años, no está dentro del currículo de la Junta. Está editado por el Ayuntamiento de Sevilla, gobernado por el PSOE, y forma parte de un programa afectivo-sexual que lleva dos décadas en vigor.