Aguado se da de baja de Ciudadanos con un ataque a Arrimadas: «No ilusiona a los votantes»
El que fuera vicepresidente de la Comunidad de Madrid ha reprochado a la dirección de Inés Arrimadas el no haber dimitido tras la derrota en Andalucía
El que fuera vicepresidente de la Comunidad de Madrid con Ciudadanos, Ignacio Aguado, ha anunciado este lunes su decisión de darse de baja como afiliado del partido tras la continuidad de la Ejecutiva nacional -que preside Inés Arrimadas– a pesar de los últimos resultados electorales en Andalucía, Castilla y León, Madrid y Cataluña.
Aguado -que había abandonado todos sus cargos orgánicos tras la derrota electoral en Madrid- ha comunicado su marcha a través de una carta en las redes sociales, en la que reprocha la «huida hacia adelante» de la dirección naranja con su proceso de refundación.
«Han pasado dos meses desde que solicitara públicamente la dimisión de toda la Ejecutiva nacional de Ciudadanos y la convocatoria de un congreso extraordinario. El motivo de mi decisión no fue otro que los nefastos resultados cosechados en Andalucía, donde Cs pasó de 21 a 0 escaños, unidos a los pésimos resultados ya obtenidos meses atrás en Cataluña, Madrid y Castilla y León».
El exvicepresidente madrileño considera que las sucesivas debacles electorales eran motivo «más que suficiente» para que se produjera la dimisión «inmediata» de toda la Ejecutiva y se diera voz a los afiliados en un congreso extraordinario «donde se acordara un nuevo rumbo y un nuevo liderazgo». Sin embargo, ninguna de las dos cosas se ha producido.
«Más al contrario, la dirección del partido ha decidido emprender una huida hacia adelante, que no comparto, disfrazada de una refundación en lo que no creo», critica Aguado en su carta de despedida con la que pone fin a nueve años de militancia naranja «con enorme pena».
«El problema no son ni las ideas ni los principios fundacionales de Ciudadanos», hace hincapié Aguado, «sino la ausencia total de estrategia, el desgaste de la marca y la falta de un liderazgo» capaz de volver a ilusionar a los votantes. «Y para poner remedio a eso, o al menos intentarlo, no hace falta una refundación sino un congreso», incide.
Asimismo, aún suponiendo que fuera necesaria dicha refundación, Aguado precisa que ésta tendría que ser impulsada por una nueva Ejecutiva y «no por la misma que lleva tres años encadenando un fracaso electoral tras otro». «Lamentablemente, no parece que mi petición o mis argumentos hayan tenido algún tipo de efecto sobre quienes deben tomar estas decisiones. Y lo siento de veras», concluye en su carta.
Aquella petición de dimisión colectiva de la Ejecutiva exteriorizada tras el 19-J sorprendió negativamente al equipo de Arrimadas. Una petición que de ser aceptada, implicaría la convocatoria inmediata de un congreso extraordinario, la formación de una gestora y la búsqueda de un nuevo líder mediante primarias para lo que queda de la legislatura de Pedro Sánchez y ante el decisivo domingo de mayo del próximo año, con elecciones municipales y autonómicas donde la formación se juega su supervivencia.
Las citadas fuentes reconocieron a THE OBJECTIVE que la petición de Aguado «molestó» en la Permanente después de un año de silencio sobre cuestiones internas del partido y cuando hacía dos meses se repartieron abrazos con él al coincidir de forma fortuita en el restaurante madrileño ‘El Jardín de la Máquina’, donde Arrimadas había convocado al Comité Ejecutivo o Ejecutiva ampliada para cerrar filas en un momento complicado para el partido ante los malos sondeos a nivel nacional.
Al final, Arrimadas logró salvar su cabeza al mantener a su lado a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, en la reunión del Comité Ejecutivo de finales de junio. Por primera vez hubo un buen número de dirigentes de este órgano que la criticaron abiertamente. Unos por no dimitir tras el fracaso electoral del 19-J y otros, porque pusieron pegas a su estrategia de aquí al ciclo electoral de 2023.
Precisamente, el más duro con la dirección fue el exsecretario de Organización madrileño, César Zafra. El que fuera mano derecha de Aguado advirtió a Arrimadas de que este plan de refundación no servía de nada si no se asumían las consecuencias de la debacle del 19-J y se daba paso a un congreso extraordinario. Queda ahora por ver si Zafra seguirá los pasos del exvicepresidente madrileño.
El paso de Villacís tras el ultimátum de Aguado
Villacís había sido la única dirigente del Comité Permanente o núcleo duro de Arrimadas que lanzó al aire la pregunta de si era conveniente una dimisión colectiva de la Ejecutiva ante el batacazo del 19-J. Además, había reclamado «una catarsis total» en el partido. Así que buena parte de los miembros de la cúpula naranja sabían que Arrimadas estaba sentenciada si Villacís se unía a los rebeldes que pedían la convocatoria de un congreso extraordinario.
Aquel movimiento de Villacís incomodó a los más fieles a Arrimadas porque sabían que la dirigente madrileña sería la más beneficiada por una dimisión en bloque de la Ejecutiva naranja, al ser el último cargo público relevante que le queda a Ciudadanos. Por ello, no dudaron de que la número dos en el Ayuntamiento de Madrid armaría una candidatura de fieles para intentar ocupar el trono de Arrimadas si este quedase vacante.
Pero Villacís nunca quiso destronar a Arrimadas con un golpe de mano y que la sucesora de Albert Rivera apareciese como la responsable del batacazo en Andalucía. De ahí que un día antes de la decisiva reunión de la Ejecutiva, se avino a mantener una reunión con el equipo de la presidenta en la que conoció al detalle el plan que ha trazado la dirección para los próximos meses.