Argelia refuerza sus vuelos con Francia pero evita las conexiones con España
El país magrebí firma una alianza con Macron mientras mantiene el bloqueo comercial y diplomático contra Sánchez por su giro histórico en el Sáhara
Argelia refuerza su conexión aérea con Francia, pero evita hacerlo con España. El Ministerio de Transportes ha autorizado 82 nuevos vuelos al país galo cada semana. La mayoría de ellos, 79, serán operados por la aerolínea Air Algérie. Las otras tres concesiones se han realizado a Tassili Airlines. El anuncio se produce tras la visita a Argel del presidente galo, Emmanuel Macron, para estrechar lazos en plena crisis energética. En cambio, las autoridades argelinas mantienen el bloqueo comercial y diplomático a nuestro país tras el giro histórico de Pedro Sánchez en el conflicto del Sáhara Occidental.
La aerolínea nacional de Argelia ya anunció en marzo una ampliación de 64 vuelos semanales para cubrir 15 trayectos europeos, pero ninguno de ellos a España. El plan inicial incluía 16 nuevos pasajes a nuestro país desde los aeródromos de Argel y Orán. Sin embargo, no fueron incluidos en la primera fase de un programa de vuelos internacionales notificado a principios de mes por el ministro de Transportes, Nissa Bekkai, cesado días más tarde por «faltas graves».
Conexiones con Argelia
Las fuentes consultadas advirtieron a THE OBJECTIVE de que se trataba de una estrategia del Gobierno argelino para mostrar su desacuerdo con la decisión de Sánchez, que había apoyado la solución de Marruecos para integrar el Sáhara Occidental bajo su autonomía. Unos días antes, Argelia había retirado a su embajador en Madrid. En junio fue más lejos al suspender el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación que unía a ambos países desde 2002.
Con la implantación de estos 82 nuevos vuelos, el número de conexiones semanales entre Argelia y Francia ascenderá a 524, una media de 75 cada día. Solo desde suelo magrebí saldrán 262 aviones cada semana, informa el Ministerio de Transporte de Argelia en un comunicado fechado este domingo. Según el principio de reciprocidad, el país galo podrá autorizar el mismo número de vuelos para las compañías que operen en su territorio (Air France, Transavia, ASL Airlines, Vueling y Volotea).
La actualización afecta a nueve aeropuertos franceses (París, Lyon, Marsella, Burdeos, Metz, Mulhouse, Lille, Niza y Toulouse) y a ocho norteafricanos: Argel, Orán, Sétif, Bejaia, Tlemcen, Constantine, El Oued, Biskra y Batna. Los tres últimos permanecían cerrados al tráfico aéreo por la pandemia desde marzo de 2020. La ciudad más beneficiada es París, que disfrutará de casi un tercio de los vuelos implementados, 27 más a la semana, la mitad desde Argel. Marsella, donde reside una importante comunidad argelina, ocupa el segundo lugar con 15 nuevos vuelos.
La decisión de incrementar las conexiones llega al final del verano, después de que las autoridades argelinas hayan observado un aumento en la demanda de los viajes a Francia. Una situación que contrasta con el escenario en España, donde solo existen tres vuelos semanales desde Argel a Barcelona.
El peso de la comunidad argelina es otro factor a tener en cuenta. En Francia, antigua metrópoli, viven más de dos millones de personas de origen argelino, mientras que en España apenas lo hacen 60.000. «Muchos llegan aquí a través de algún aeropuerto francés», explica Houria Sehili, representante de la Casa Argelia.
Acuerdos con Francia e Italia
Las conexiones aéreas que existían antes de la pandemia con Madrid, Valencia y Alicante siguen sin restablecerse. En mayo, el Gobierno argelino decidió suspender todos los vuelos con nuestro país, dejando como única conexión una ruta marítima con Alicante. Argelia abrió la mano semanas más tarde, permitiendo algunos vuelos con la Ciudad Condal.
Las fuentes consultadas sostienen que la decisión forma parte de una estrategia de bloqueo comercial y diplomático desarrollada por el presidente Abdelmadjid Tebboune. No obstante, las autoridades locales afirman que la exclusión de España no tiene nada que ver con la cuestión saharaui, sino que es puramente económica.
Las tensiones entre ambos países comenzaron cuando Sánchez se posicionó a favor de Marruecos en el conflicto saharaui. Argelia, socio histórico del Frente Polisario, decidió llamar a consultas a su embajador en Madrid. Fue solo la primera reacción por el viraje. Los obstáculos continuaron con la subida del precio del gas a España, el fin de las repatriaciones de inmigrantes irregulares por barco, el bloqueo a las operaciones financieras y la interrupción de las licencias de importación de animales vivos a los empresarios españoles.
Durante este tiempo, otros países europeos han estrechado su colaboración con Argelia. Tebboune y Macron pactaron este sábado una «renovada asociación» con la firma de la llamada Declaración de Argel. La ceremonia sirvió para poner fin a la visita oficial de tres días del mandatario galo. El viaje ha permitido un acercamiento entre ambos gobiernos en el año en el que Argelia celebra el 60 aniversario de su independencia de Francia. Los dos países suscribieron otros cuatro acuerdos en materia deportiva, académica y científica.
Macron ya explicó en la víspera de su viaje que no acudía a Argel para comprar más gas porque «no vamos a competir con Italia». En julio, el entonces primer ministro transalpino, Mario Draghi, viajó hasta la capital argelina y arrancó a Tebboune un contrato extra de compra de gas y petróleo para solventar la crisis energética que padece Europa tras la invasión a Ucrania. En contraste, el gobierno argelino mantiene un bloqueo comercial a España tras el giro de Sánchez sobre el Sáhara.
Crisis energética
La importación de gas procedente de Argelia ha caído un 42% en nuestro país. Con el principal gasoducto cerrado, el que atraviesa Marruecos, el Gobierno ha tenido que recurrir a la vía marítima. La llegada de buques se ha intensificado, especialmente desde Estados Unidos, que en enero desbancó al país magrebí como principal proveedor. Tebboune ha asegurado que seguirá cumpliendo los contratos de suministro, salvo que descubra que está revendiendo su gas a Marruecos, algo que la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, descarta.
«Están arreglando la situación. Es lo mejor para los dos países», señala Houria Sehili, representante de la Casa Argelia. Confía en que las relaciones se reconduzcan antes de que finalice el año. No obstante, Sánchez no es el único dirigente que ha sufrido las represalias de Tebboune. El presidente francés ya las padeció el año pasado tras realizar unas declaraciones críticas con «el sistema político-militar en el poder». Macron ha estado meses limando unas asperezas que han culminado con su visita.