La 'Ley Celaá' provoca la vuelta al cole más cara: los libros costarán 200 euros por niño
El cambio de material obligado por la Lomloe en cursos impares, junto a la inflación, provoca un gasto medio por estudiante de 800 euros en este curso
La cuesta de septiembre puede hacerse este año especialmente empinada para las familias españolas. La vuelta al cole será la más cara de los últimos años como consecuencia de la entrada en vigor de los nuevos currículos educativos derivados de la LOMLOE -más conocida como Ley Celaá-. Los nuevos libros costarán una media de 200 euros por niño, según datos de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA).
Su presidente, Pedro José Caballero, explica a THE OBJECTIVE que esta ponderación es una media nacional, pero que el precio varía en las distintas autonomías. Este incremento sustancial en el desembolso familiar se debe a que la nueva normativa obliga a los centros escolares a cambiar los libros de texto, y esto provoca que los niños no puedan heredar su material curricular ni recurrir a la venta de segunda mano o bancos de préstamo. Tan solo los becados podrán respirar tranquilos.
La nueva norma educativa, conocida como Ley Celaá por referencia a su impulsora (la exministra de Educación, Isabel Celaá), encarecerá una cuesta de septiembre ya pronunciada por la incertidumbre e inestabilidad de la economía española, con una tasa de inflación que en agosto ha alcanzado el 10,4% -en datos provisionales del INE- y un euribor que se dispara, con tasas diarias por encima del 1,6%, que supondrá una subida de la cuota para miles de hipotecados. En total, según un informe de Privalia, las familias podrían afrontar un gasto de hasta 800 euros por estudiante.
«La ley no podía haber llegado en peor momento», lamenta el presidenta de CONCAPA, que recuerda que este año sólo se modifican los cursos impares de Primaria, Secundaria y Bachillerato. «Esto supone que el año que viene volverá a suceder lo mismo porque tocará cambiar el currículo de los cursos pares, así que tendremos dos años más de gastos… porque también hay que tener en cuenta que en año y medio hay elecciones generales y si hay nuevo Gobierno volverá a cambiar la ley», reflexiona Caballero.
Alberto Núñez Feijóo ya ha expresado públicamente su compromiso de derogar la ley educativa del Gobierno de Pedro Sánchez. Y este mismo jueves, de cara a ayudar a las familias a afrontar la vuelta al cole, ha planteado la posibilidad de dar un cheque de 200 euros a cada estudiante -desde Primaria a Bachiller- para hacer frente a los gastos del inicio del curso 2022-23 en la adquisición de libros, material o transporte. Esta ayuda, según ha explicado el presidente del PP, se sufragaría con parte de los 16.500 millones de euros más que ha recaudado el Ejecutivo Central en el primer semestre por el aumento de la inflación.
«Estos anuncios quedan muy bonitos a nivel nacional, pero hay que ver cómo se materializan a nivel autonómico», analiza Pedro José Caballero, por cuanto «las Comunidades Autónomas tienen transferidas las competencias y no todas van a aplicar las medidas de manera uniforme». En este sentido, cabe recordar que, a pesar de que el inicio de curso está a la vuelta de la esquina, Andalucía, Cataluña, Castilla y León, Galicia, País Vasco, Canarias y Murcia siguen sin aprobar el nuevo currículo educativo. Todos los ingredientes, en definitiva, para un inicio de curso que desde padres y educadores anticipan como «caótico».
Inicio de curso caótico
Pero no sólo las familias pagarán la entrada en vigor de la nueva ley educativa del Gobierno de España. Tampoco los profesores se muestran especialmente satisfechos. La Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE) considera que el Ejecutivo de Pedro Sánchez, «en su empeño de aplicar a toda costa» la LOMLOE, obliga al profesorado y alumnado a un inicio de curso «muy difícil».
«Los profesores no han podido preparar de manera adecuada los contenidos. Numerosas Comunidades Autónomas han publicado los currículos solo este verano y algunas, incluso, todavía no han publicado todos los niveles. Esta tardanza implica un esfuerzo extraordinario para los profesionales de la enseñanza, que tienen que conocer, organizar y programar el nuevo currículo en escasos días lo que incidirá negativamente en la correcta aplicación de la nueva ley», lamentan desde FSIE en un comunicado.
Jesús Pueyo, secretario general de FSIE, ha expresado también su desacuerdo con anteponer intereses partidistas a la calidad de la enseñanza: «El profesorado no ha recibido ninguna formación para introducir en las aulas lo que se presenta como un gran cambio en la educación basado en un enfoque competencial de la enseñanza. Tampoco ha tenido el tiempo necesario para poder analizar y elegir detenidamente los libros de texto y materiales para cada materia, ni realizar las programaciones, ni las necesarias reuniones de coordinación».
El currículum de la Ley Celaá
El retraso en la publicación de los nuevos currículos educativos también contribuye a que la cuesta de septiembre sea más dura que nunca. Otros años, los españoles repartían el gasto y muchos dejaban ya comprados en junio todos o parte de los libros que iban a necesitar el curso siguiente. En esta ocasión, sin embargo, hay centros educativos que siguen sin dar a conocer los manuales que utilizarán el curso que está a punto de comenzar, por lo que todos los gastos se concentrarán en un único mes.
«Ya ha cambiado la manera en que las familias afrontan el inicio del curso», explica Pedro José Caballero, que abunda: «Normalmente en julio o agosto ya sabían los libros que tenían que comprar, de modo que descontaban eso del presupuesto de sus vacaciones. Este año las vacaciones se han atrasado, se han ido porque tenían ganas después de dos años de pandemia, pero se han ido menos días. Ese dinero lo han ahorrado para comprar los libros en septiembre, a cinco días del inicio escolar».
Los nuevos libros educativos pasarán a adoptar la perspectiva de género, insistirán en la memoria democrática, se referirán a los animales como «seres sintientes» y censurarán el «machismo» de filósofos como Platón, Aristóteles, Maquiavelo, Nietzsche u Ortega y Gasset. También incluirán conceptos como «diversidad identitaria», «emergencia climática», «relaciones de género» (en historia de España), «validez matemática de diferentes perspectivas» (Matemáticas) o «sociedad igualitaria» (Química).
Esto ha sido criticado por algunos educadores, que consideran que se está tratando de «ideologizar» la enseñanza. Políticamente la más beligerante contra esta norma ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ya anunció en junio que su Gobierno no adoptará los nuevos libros del curso 2022-23 para evitar el «adoctrinamiento» de sus alumnos. Y es que los nuevos, en palabras de la dirigente madrileña, pretenden «cambiar los mundos de Sofía (sic) por los mundos de Sánchez».