Un sector del Gobierno ridiculiza a Feijóo: «No tiene hambre, es un bluf como Yolanda Díaz»
Pedro Sánchez transmite a sus ministros la intención de pelear hasta el final y reivindica la solidez de la economía española a pesar de la «incertidumbre»
Un sector del Gobierno de Pedro Sánchez cree que el «efecto luna de miel» del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se va acabando. Realidad o ensoñación, este sector no manifiesta excesiva preocupación por los sondeos, a pesar de que las encuestas más recientes apuntan a un diferencial de hasta 40 escaños a favor del presidente del PP. La clave para este sector es y sigue siendo la resistencia de la economía española. Manifiesta su frustración por el clima de «excesiva preocupación» que alimenta el PP. Pero se hace fuerte en la voluntad de Sánchez de dar la batalla y en la opinión de que Feijóo es un líder más débil de lo que aparenta.
«Feijóo no tiene hambre y no va a ganar, es un bluf como Yolanda Díaz«, afirman desde este sector socialista del Ejecutivo, muy conocedor de la evolución de la economía española y clave en el organigrama del presidente. Aún admitiendo ciertos errores en el ámbito de la comunicación gubernamental, este segmento sostiene que «Feijóo se está haciendo el muerto, como Rajoy, pero esta táctica no puede durar mucho tiempo».
El presidente del Gobierno organizó el pasado lunes un encuentro con los ciudadanos (bien escogidos por sus colaboradores) en La Moncloa. En ese lugar aprovechó para lanzar su último anuncio, el del subsidio a las trabajadores del hogar, pero también para avisar de que no oigan el canto de las sirenas del «catastrofismo». «Ni euforia ni catastrofismo» es el mensaje que el líder del Ejecutivo trasmite a sus colaboradores, quienes por otro lado confían en él y creen que la popularidad del presidente del PP es desmedida.
«La clave es el empleo»
La evolución económica impone cautela. Nadie lo niega. Esa idea se resume en la palabra «incertidumbre». Pero los socialistas quieren reivindicar que en la situación compleja hay también datos positivos que, sostienen, pueden mover al electorado de aquí a un año. Las fuentes consultadas recuerdan que los datos de empleo siguen muy por encima de los últimos años; que «las empresas están invirtiendo más que nunca» y que el impacto de los fondos europeas se «verá» a partir del año que viene. «España es el país europeo que va primero en captación de esos fondos, a pesar de que en la ejecución todo es mejorable. Pero es que siempre es así en estos tipos de políticas», sostienen las fuentes consultadas.
«La economía no va mal, tal y como se dice. Tenemos las reservas de gas llenas y podemos convertirnos en el gran distribuidor de gas a Europa. Alemania nos necesita y esta es una gran novedad», rematan estas fuentes que, de momento, reducen el impacto de la inflación, que alcanza máximos históricos desde los años setenta: «La clave es el empleo, los electores decidirán sobre todo en función de eso, y comparando con los países de nuestro entorno».
Es cierto que el estallido de la guerra en Ucrania destrozó de un plumazo el planteamiento político centrado en la «recuperación» en la etapa poscovid. Esa posibilidad no había sido del todo contemplada por La Moncloa, a pesar de las alertas internacionales. Fue un error. «Sánchez quería demostrar que la economía puede ir bien aunque gobierne el PSOE, y hacer olvidar lo que ocurrió con Zapatero, que es su verdadera obsesión«, comentan las fuentes consultadas. Con la invasión de Rusia, sin embargo, esa previsión se esfumó. Sánchez tropezó, pero ahora quiere levantarse.
Una «luna de miel» que se acaba
El Partido Popular, mientras tanto, con una cúpula ya renovada, ha aprovechado la coyuntura para relanzar la figura de Feijóo, sostienen en el PSOE. Pero ahora hace falta que se consolide. «Están viviendo una luna de miel», repiten en el PSOE. Pero advierten de que no puede durar para siempre. Y que las previsiones manejadas en la cúpula de los popular de un colapso de la economía nacional «no responden a la realidad». Una vez más, el triunfo o la derrota en la política vinculado a la cartera de los ciudadanos.
En definitiva, Sánchez y su entorno rechazan mirar al futuro con pesimismo. Y sobro todo quieren dar batalla. Prueba de ello es que el presidente elegirá personalmente los candidatos socialistas de las próximas elecciones municipales y autonómicas. Ese afán «presidencialista» sigue siendo una marca de fábrica de Sánchez, pero también una demostración de su fortaleza, según sus valedores. Todo lo contrario, dicen, del perfil bajo que dice querer mantener Feijóo. Max Weber otorgaba al carisma la esencia del éxito de un liderazgo político. Y a ese aspecto se remiten los socialistas para denigrar a Feijóo: «No tiene hambre».