Podemos reivindica su papel en las 'medidas estrella' aprobadas por el Gobierno
Los morados señalan que primero se critican sus medidas y se tachan de imposibles pero finalmente se adoptan
El ala socialista del Gobierno ha confirmado este jueves su disposición a aprobar un impuesto a las grandes fortunas a pesar de que hace pocos meses se opuso a una iniciativa similar de su socio de coalición Unidas Podemos. A lo largo de la legislatura esta situación se ha repetido con varias propuestas de los morados que los socialistas rechazaron en primera instancia pero terminaron llevando a cabo.
Medidas como la creación de un impuesto a eléctricas y entidades financieras, el Ingreso Mínimo Vital y el límite al precio de los alquileres, por las que los líderes de Unidas Podemos advierten de que primero sus medidas son criticadas y tachadas de imposibles pero terminan siendo adoptadas.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció el gravamen a las grandes fortunas, precisó que será temporal y con vistas a aplicarla el próximo 1 de enero y también deslizó que afectará a una población que no va a superar «el 1% de la ciudadanía».
De este modo, el PSOE ha dado un giro en su posición sobre este asunto, ya que el pasado mes de junio votó en contra de una proposición de ley de Unidas Podemos para impulsar un nuevo impuesto a las grandes fortunas por encima de diez millones de euros.
Recargo a energéticas y bancos
Desde Podemos han venido insistiendo en aplicar un recargo temporal a las grandes eléctricas y un impuesto a las entidades financieras, medidas incluidas a su programa fiscal y que incluso llevaron al Congreso.
De hecho, en febrero defendieron una iniciativa en esta materia que fue rechazada por el PSOE, aunque después ambas formaciones acordaron una proposición de ley para desplegar un gravamen extraordinario a los beneficios de ambos sectores.
Este gravamen a energéticas y bancos fue la medida estrella que anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en el Debate sobre el estado de la Nación del pasado mes de julio y marcó el inicio de un cambio de discurso en el PSOE para presentarse como los defensores de los intereses de las clases medias y trabajadoras frente a los poderes económicos y mediáticos que, según sostienen, están vinculados al PP.
Ingreso Mínimo Vital
Otro pulso que mantuvieron los socialistas y los morados se circunscribió al Ingreso Mínimo Vital (IMV). Durante su etapa como vicepresidente segundo y con motivo de la pandemia Pablo Iglesias pidió y logró acelerar la puesta en marcha de esta prestación a pesar de que varios ministros del PSOE entendían que era una medida de calado que requería meses de preparación.
La cuestión del IMV volvió a aflorar en los Presupuestos Generales del Estado del año 2021, cuando Unidas Podemos exigió mejoras para dotar de más rapidez a la concesión de esta ayuda ante los problemas burocráticos que presentaba, una medida a la que los socialistas accedieron finalmente.
Límite al precio del alquiler
Los socios del Gobierno de coalición también discreparon por la fijación de un límite legal al precio de los alquileres. Desde el principio de la negociación de la Ley de Vivienda, Unidas Podemos abogó por establecer un control de precios mientras que el PSOE prefería la fórmula de los incentivos fiscales.
A este respecto el entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, afirmaba en febrero de 2021 que era partidario de incentivar con estímulos fiscales la salida al mercado de más viviendas para alquilar y no penalizar a los arrendadores.
Unidas Podemos por el contrario siempre fue partidario de controlar por ley el precio de los alquileres y en última instancia, aunque rebajó sus exigencias por el camino, logró que el texto aprobado en el Consejo de Ministros permitiese limitar el precio en zonas tensionadas y a empresas e instituciones propietaria de más de diez viviendas.
Impuesto de Sociedades
La materia fiscal ha sido uno de los principales puntos de fricción entre los socios y ante la insistencia de los morados de desplegar en esta legislatura una reforma fiscal ambiciosa, que en su versión completa han rechazado los socialistas en el Congreso, aunque finalmente han logrado acuerdos en varias figuras tributarias.
Ocurrió con la subida del 15% en el impuesto de Sociedades, que los morados venía reclamando con insistencia desde comienzos del año pasado, aunque el PSOE y la titular de Hacienda enfriaba las prisas de Podemos aludiendo al informe del comité de expertos sobre el modelo tributario y su posterior estudio.
La cuestión llegó a los Presupuestos Generales del Estado y fue una de las exigencias de Unidas Podemos que finalmente se incluyeron en las cuentas públicas, pero circunscrito a la base imponible y no a los resultados contables, como demandaba el espacio confederal.
Primero las critican y luego las asumen
Los morados llevan meses reivindicando que son el motor de las principales medidas del Ejecutivo y que durante la legislatura se repite la dinámica de que, primero, sus propuestas con criticadas o se tildan de imposibles, pero con el paso del tiempo son finalmente asumidas por su socio.