Un vídeo desmiente la versión de Marlaska sobre la tragedia de Melilla: sucedió en suelo español
Las imágenes muestran decenas de personas amontonadas, algunas de ellas inertes, mientras las autoridades marroquíes actúan en territorio nacional
Un nuevo vídeo de la tragedia en la valla de Melilla el pasado 24 de junio, cuando miles de inmigrantes trataron de cruzar al territorio español -cientos lo lograron- y varias decenas de ellos fallecieron durante el intento, ha desmontando la versión que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha mantenido sobre el suceso. En las imágenes pueden verse a un centenar de personas, algunas de ellas muertas, en una zona perteneciente a España.
Las imágenes, publicadas por la agencia Colpisa, muestran a varios agentes de la Gendarmería de Marruecos actuando en territorio español –algo negado originalmente por el ministro– que graban sus acciones. Los agentes empujan a un centenar de inmigrantes hacia un montón del que varios tratan de zafarse al estar aplastados unos contra otros, algunos de ellos sin poder moverse al estar aprisionados unos encima de otros, aunque en algunos casos todo parece apuntar a que o bien se encuentran inconscientes o bien han perdido la vida.
Ese no era -ni es- un territorio perteneciente a Marruecos, cuya bandera ondea al otro lado de la verja: se encontraban en España, recogiendo a estas personas para trasladarlas de vuelta y en caliente las zonas dependientes de Rabat. En un punto del video pueden verse a tres personas apartadas del resto -una de ellas a la que tiene los pantalones bajados- inertes, en una posición antinatural, con los ojos cerrados y sin que se pueda observar en ellos cualquier signo de conciencia.
El Gobierno ha pasado de negar los hechos a lamentarlos. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, al ser cuestionada acerca de esta masacre durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros de este miércoles ha querido mostrar la confianza del Ejecutivo en que los agentes actuaron de forma proporcional y con criterios acordes a la ley, aunque sin entrar en detalles sobre las imágenes publicadas.
Aunque ha sido cuestionada en varias ocasiones, Rodríguez ha señalado que estas explicaciones ya fueron dadas por Grande-Marlaska y que se está desarrollando una investigación en la Fiscalía, con lo que ha evitado ahondar en el tema.
Marlaska, en el punto de mira
El papel del ministro del Interior ha sido muy criticado en los últimos meses a causa de la tragedia de Melilla, donde oficialmente 24 personas perdieron la vida, aunque las últimas informaciones elevan esta cifra por encima de las 70, en especial si se tiene en cuenta que casi un centenar de personas siguen en paradero desconocido casi cuatro meses después.
Las versiones del miembro del Ejecutivo –que comenzó negando que se produjeran muertes violentas y minimizando los hechos y que ahora se ha visto obligado a admitir ciertos detalles, aunque sin confirmar que estas se produjeran en suelo español-, le han puesto en el punto de mira del Congreso de los Diputados, que hoy escuchará sus explicaciones en una comisión que se celebrará a puerta cerrada.
Algunas de las declaraciones más duras han llegado de la mano de sus socios de Gobierno, de Unidas Podemos, cuyo portavoz en el Congreso, Enrique Santiago, ha afirmado que muchas de las muertes se produjeron en suelo español: «No hay duda que la avalancha que produjo las muertes y los heridos más graves se produjo en instalaciones de la frontera española, en el edificio de la Aduana española, en un espacio bajo clarísimo control de la autoridad española y bajo competencia española».
Santiago es uno de los diputados que viajaron en la mañana del lunes a Melilla para investigar lo sucedido en el mes de junio, donde afirma que tras observar los videos y conversar con los agentes de la Guardia Civil, ha quedado «bastante claro cómo fueron los sucesos».
A esta expedición se sumó el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, que acusó al ministro de negar la realidad y reiteró que muchos de los muertos fueron arrastrados desde la zona española hasta la marroquí: «Hemos salido de la infraestructura de Barrio Chino, aquí en Melilla, y hemos podido estar en los lugares donde en diferentes vídeos se ve claramente que ocurrió la avalancha y donde aparecían varios de los cuerpos inertes, o sea, hemos heridos o muertos, eso sí, bajo control español, zona operativa española».
Ana Vázquez (PP) confirma las imágenes que muestran a decenas de personas amontonadas una encima de otras, «personas inertes. No sabemos si muertos o no». Desde su partido, Javier Maroto ha acusado a Grande-Marlaska de haber mentido en repetidas ocasiones sobre los hechos, llegando incluso a haberse convertido «en un problema» para el Gobierno.
El Partido Popular y Vox ya han reclamado la dimisión del ministro, ambos acusándole de haber tratado de engañar al parlamento y de no haber rendido cuentas ante las órdenes que se emitieron desde su departamento.
La ‘BBC’ pone en duda al Gobierno
Las primeras imágenes sobre la tragedia de Melilla llegaron de la mano de la cadena británica de la BBC, que en un documental mostraba varios videos y testimonios que mostraban cómo los gendarmes marroquíes cruzaban a suelo español para arrastrar los cuerpos de varios inmigrantes que habían escalado al otro lado de la valla. Según relatan los autores de la pieza, los agentes españoles -tras disparar pelotas de goma contra los asaltantes- observaban la actuación de sus colegas en su zona territorial.
El reportaje, que cuenta con un documental, muestra imágenes nunca antes vistas sobre la actuación de la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad de Marruecos y demuestran la falta de previsión de las autoridades, quienes conocían y estaban alertadas del peligro que se avecinaba y que contaban con el equipo necesario para prever el asalto a la valla (como un sistema de alertas de aproximación que permite conocer a través de los sistemas de videovigilancia qué se ha posado sobre la verja), lo que debería haber dado lugar a una respuesta organizada y menos mortal que la que se dio finalmente, según los datos observados por la BBC tras sus conversaciones con los agentes fronterizos y tras observar el sistema de cámaras.
Los relatos de los afectados muestran una buena radiografía de la situación y de la violencia ejercida. «Nos golpearon. Necesitábamos entrar [al lado español], pero no querían que lo hiciéramos: querían que muriéramos», relata un inmigrante anónimo. A renglón seguido, Stephen, otro de los afectados, narra cómo muchos de ellos que no fueron alcanzados por los golpes o las pelotas de goma se quedaron atrapados y sin oxígeno a causa del gas lacrimógeno. Otros relatan que fueron tratados «como animales». «No les importaba si la sangre estaba en tu cabeza o en tu boca o en cualquier parte de tu cuerpo», recuerdan.
La historia de Melilla es también las muchas historias en las que el Gobierno buscó justificar lo sucedido. El presidente, Pedro Sánchez, llegó a defender la actuación policial y cargó la responsabilidad a las mafias, a quienes culpó de los hechos. El líder socialista tuvo una oportunidad para explicar lo sucedido ante los diputados, aunque finalmente diluyó las responsabilidades en una ponencia sobre varios temas que rozó la tragedia para resolverla con un nuevo achaque de responsabilidades a quienes aprovechan la inmigración y sin señalar a las fuerzas de seguridad ni a Marruecos, por entonces nuevo aliado de España tras haberse retomado las relaciones.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, principal señalado, justificó la actuación de las fuerzas policiales ante los «violentos» que trataron de cruzar al otro lado e incluso llegó a desmentir que se hubiera producido una tragedia en Nador y en Melilla. Una vez conocidos los vídeos e imágenes –que muestran pilas de cadáveres ensangrentados– el titular de Interior defendió que la respuesta dada había sido «firme, serena y proporcionada».