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La Guardia Civil estalla: «El Gobierno pacta con terroristas en Navarra, pero con nosotros no»

Los guardias civiles piden la comparencia del ministro del Interior para que dé explicaciones a los agentes sobre su futuro laboral en la comunidad autónoma

La Guardia Civil estalla: «El Gobierno pacta con terroristas en Navarra, pero con nosotros no»

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. | EP

EH Bildu ha pactado con el Gobierno la fecha en la que deberá transferir de forma efectiva la competencia de Tráfico y Seguridad Vial en Navarra a la Policía Foral: el 31 de marzo de 2023. Un acuerdo que significará el fin definitivo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en esta comunidad autónoma, después de tres años en los que la negociación sobre esta transferencia entre los ejecutivos navarro y central no terminaba de fraguarse; y la incertidumbre de los agentes crecía ante un futuro que, todavía hoy, se antoja borroso. 

El plazo de expulsión de los guardias civiles de esta unidad aparece reflejado en el pacto político que han alcanzado en las últimas horas los partidos que conforman el Gobierno y EH Bildu a cambio de que este último apoye los presupuestos del Ejecutivo para 2023. En el mismo, ambos actores se comprometen «a celebrar la Junta de Transferencias antes del 31 de diciembre» y a celebrar previamente «cuantas reuniones sean necesarias para solucionar los problemas técnicos» para que el traspaso se haga el próximo mes de marzo. 

Esta decisión ha caído como un jarro de agua fría en la Guardia Civil, que, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, critica al Gobierno por «pactar con terroristas» y «no haberse sentado a dialogar con los guardias civiles en ningún momento» tras años de rumores y pactos políticos sobre lo que iba a ocurrir con los agentes de tráfico en Navarra. La realidad es que, pese a que las bases de este pacto se sentaron en 2019, los guardias civiles siguen sin saber cuál será su futuro laboral. 

Comparecencia del ministro

Desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) exigen la comparecencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que dé explicaciones sobre «este chantaje» a los agentes de la Benemérita que se verán afectados por la transferencia. «Los guardias civiles no pueden seguir siendo moneda de cambio. Están hartos de que el ministro desprecie sus reivindicaciones y no atienda personalmente como reclaman sus demandas profesionales», denuncian. 

Fuentes del Instituto Armado, entre tanto, critican que, a día de hoy, Interior no ha informado formalmente a los guardias civiles de si van a tener opciones «a la pasajera» para ingresar a la Policía Foral, o sin van a asignar preferentes para ocupar nuevos destinos por el perjuicio ocasionado una vez los agentes de la Policía Foral asuman las competencias en Navarra. 

1.623 agentes

Una vez cristalice el acuerdo entre Navarra y el Gobierno de Pedro Sánchez, los agentes tendrán cuatro opciones, según el Ministerio del Interior. Por un lado, el gobierno autonómico trabaja en una pasarela mediante la cual los guardias civiles puedan integrarse en la Policía Foral. Por otro, los que decidan no sumarse al cuerpo autonómico podrán ocupar puestos de trabajo en la misma especialidad o en otras comandancias, es decir, un traslado de región; o bien seguir trabajando en otra unidad de la Guardia Civil en Navarra, de la que forman parte 1.623 agentes.

En la Administración navarra trabajan sobre todo con esos dos últimos escenarios escenarios: aquellos en los que los guardias civiles se niegan a formar parte de la Policía Foral. Lo que irremediablemente les llevaría a convocar una Oferta de Empleo Público (OPE), ya que el cuerpo autonómico no cuenta con suficientes efectivos para suplir las vacantes de Tráfico, que no solo se encargará de la vigilancia en carreteras, sino también del régimen sancionador, la seguridad vial o el capítulo relativo a las autoescuelas.

De nuevo, incertidumbre

Esta es, al menos, la teoría de lo que deberá significar la transferencia. En la práctica, sin embargo, los problemas se han multiplicado entre los dos Ejecutivos en los últimos meses por «cuestiones técnicas», según revelaban fuentes regionales a este periódico. Estas fuentes aseguraban incluso que las conversaciones estaban «atascadas» y que todo apuntaba a que se dejaría agotar la legislatura. «Creían que era algo sencillo, pero un acuerdo económico nunca lo es», insistían. 

Este retraso en las negociaciones había supuesto cierto alivio entre los guardias civiles en Navarra, que veían como se diluía el asunto con el paso de los meses. «Ese tema ha pasado prácticamente a la historia», llegaban a admitir agentes, en conversación con este periódico hace unos meses. Ahora, claro está, las sensaciones son las mismas que al principio. «La incertidumbre ha vuelto», admiten. 

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