Vox retrasa el cierre de sus listas por la falta de candidatos en regiones clave
La formación que preside Santiago Abascal no tendrá listos a todos sus cabezas de lista hasta mediados de enero o principios de febrero
Vox prometió cerrar sus listas para las elecciones municipales y autonómicas de 2023 antes de Navidades, tal y como adelantó THE OBJECTIVE el pasado mes de julio. El objetivo era que sus candidatos tuvieran tiempo de rodaje antes de unos comicios claves para la formación que preside Santiago Abascal, ya que marcarán sus expectativas nacionales. Sin embargo, se han encontrado con más dificultades de las previstas. Fuentes cercanas al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) aseguran que el plazo es ahora «mediados de enero» o, incluso, «febrero». Antes, en todo caso, de presentar al líder de su moción de censura contra Pedro Sánchez.
Para que no cunda el nerviosismo y esquivar las críticas, no obstante, el partido ya ha comenzado a presentar a algunos de sus cabezas de lista, a cuentagotas. Ya se conocen los nombres de seis candidatos a la presidencia de sus respectivas regiones, perfiles poco mediáticos, profesionalizados y procedentes de la sociedad civil -aunque vinculados a la política- para concurrir a las urnas que den, en definitiva, un protagonismo total a la marca. Se trata de una apuesta que resultó ganadora en Castilla y León con el entonces desconocido Juan García-Gallardo, hoy vicepresidente de la Junta.
Los nombres facilitados hasta el momento son los de Ángel Alda Pérez (abogado logroñés de 31 años que competirá por presidir La Rioja), Alejandro Nolasco Asensio (candidato a la Presidencia de Aragón), David Moreno Ramos (Castilla-La Mancha), Carlos Flores Juberías (Comunidad Valenciana), Juan Sergio Redondo Pacheco (Ceuta) y José Miguel Tasende (Melilla). Quedan por conocer los candidatos a Canarias, Cantabria, Baleares, Navarra, Extremadura y Murcia. Los prebostes de la madrileña calle de Bambú (sede nacional de Vox) han de rellenar aún la mitad de la quiniela.
Esto, dando por hecho -como todo apunta- a que Rocío Monasterio repetirá como candidata a la Comunidad de Madrid, cosa que aún no ha sido confirmada oficialmente. Quedan así por despejar incógnitas importantes, como las extremeñas y murcianas, para los que se siguen tanteando perfiles similares a los antes enumerados. Será más difícil despejar la incógnita navarra, donde ningún sondeo prevé la entrada de Vox en el Parlamento regional. Sí lo haría en Cantabria, con 3-5 escaños, según el CIS. Un número de representantes similar al que le otorgan los sondeos con intención de voto para las Islas Canarias y Baleares.
La formación conservadora se encuentra en una situación similar con respecto a los cabezas de lista para las principales capitales de España. Ya se sabe que la diputada nacional Inés Cañizares será candidata a la alcaldía de Toledo, que la juez Irene Carvajal encabezará la lista al Ayuntamiento de Valladolid, y que el experimentado coordinador de la formación en Barcelona, Gonzalo de Oro-Pulido, será el candidato a la alcaldía de la Ciudad Condal. Pero también quedan nombres por dar.
Apuesta por la marca
Lo que queda claro, por lo expuesto, es que Vox ha aprendido del error cometido en las pasadas elecciones andaluzas, con una candidata paracaidista, Macarena Olona, que obligó al partido a emprender una campaña a la defensiva (por el polémico empadronamiento en Salobreña). Apostarán por la marca, por un mensaje unívoco y, sobre todo, por una candidatura alejada de personalismos.
Otro de los errores de la campaña andaluza, según fuentes internas, fue el haber sido percibido como «una muleta del Partido Popular». De ahí al empeño reciente de Vox por diferenciarse de su principal competidor, con un mayor contenido propositivo. Un contenido, además, que evidencia que el ala social (o patriota) del partido se ha impuesto a la liberal: consultas populares a los españoles (referendos), subida del SMI, combatir a los okupas creando un registro con este tipo de delincuentes, etc.
Ahí estará, pues, el doble juego del partido verde de cara a los próximos comicios: atacar a su competidor en la derecha para terminar pactando con él. Y es que el objetivo máximo al que aspiran los de Abascal es ser determinantes y condicionar los gobiernos del PP de Alberto Núñez Feijóo, rompiendo el cordón sanitario que el dirigente gallego les ha impuesto hasta el momento antes de que los españoles sean llamados a las urnas para elegir al próximo presidente del Gobierno. En este empeño, la Comunidad Valenciana y Murcia pueden ser clave: ahí estuvieron sus principales caladeros de voto el 10 de noviembre de 2019.
En la región murciana, Vox incluso superó a PP y PSOE. Para intentar trasladar ese resultado al ámbito autonómico, aunque son los populares quienes rozan la mayoría, recurrirán probablemente a José Ángel Antelo, actual presidente del aparato regional.
Aunque las elecciones de mayo son fundamentales para calcular las expectativas de cara a las generales -hasta Olona esperará a los resultados para decidir si da el salto a la política nacional-, desde la formación reiteran que sus objetivos se limitan a mejorar los resultados cosechados en 2019, cuando Vox no se había asentado como tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados y no gozaba de tanta implantación municipal.
A este respecto, fuentes de la formación repiten que su intención es concurrir a «la mayor cantidad de municipios posibles», aunque admiten que no lo lograrán en los más de 8.000 municipios españoles. Esperan, eso sí, llegar a un porcentaje cercano al 90%. Y siempre con presencia en los municipios de más de 1.000 habitantes, aunque por debajo de esta población hay casi 5.000 localidades en todo el país. Otro problema que explica el retraso en el cierre de las listas.