La ruptura con Argelia dispara la inmigración en Baleares: 2022, el peor año de la historia
Los flujos migratorios en el archipiélago balear han crecido un 10% respecto a 2021 y se han quintuplicado respecto a 2019, antes de la pandemia
Un barco con decenas de inmigrantes a bordo. | EP
La inmigración en Baleares no frena. La ruptura de las relaciones diplomáticas entre Argelia y España a raíz del cambio de postura del Gobierno de Pedro Sánchez con el Sáhara Occidental ha tenido impacto en el archipiélago balear. Esta comunidad autónoma cerró 2022 con el peor dato en inmigración irregular de la serie histórica: 2,637 personas llegaron a bordo de 176 embarcaciones a las costas de Mallorca, Ibiza y Formentera. Lo que supone un incremento de casi el 10% respecto a 2021, y un 420%, si se compara con cifras anteriores a la pandemia, según fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE.
El apoyo español al plan de Marruecos con el Sáhara ha cambiado en los últimos nueve meses el escenario migratorio en España. Los datos muestran, por un lado, el descenso del 29,7% en las llegadas a Canarias, que hasta hace unos meses era el principal foco migratorio del país. Un ‘título’ que ahora ha ‘heredado’ el sur de la península y, principalmente, la comunidad autónoma balear, según corroboran las estadísticas del Ministerio del Interior. Desde abril a diciembre del año pasado, 11.311 inmigrantes arribaron a la península y a Baleares, frente a los 9.811 procedentes de las costas marroquíes que llegaron a las islas canarias: un 15,2% más.
Una de las primeras consecuencias de Argelia en este conflicto diplomático, además de llamar a consultas a su embajador en Madrid, fue el rechazo en frontera de un gran número de inmigrantes que eran devueltos a su país de origen en barcos y vuelos del Ministerio del Interior tras haber alcanzando las costas españolas. Actualmente, la potencia del norte de África sigue poniendo importantes obstáculos en esta cuestión y mira para otro lado ante el control de la inmigración que sale hacia España, admiten a este periódico fuentes policiales dedicadas a la supervisión de las fronteras exteriores de la UE.
Nueva vía de entrada a la UE
Los últimos datos confirman a Baleares como nueva vía de entrada de la inmigración irregular en Europa. Frente a la tendencia a la baja en Canarias, los flujos migratorio en el archipiélago mediterráneo han ido creciendo año a año. En 2022, llegaron a sus costas 2.637 inmigrantes. El ritmo migratorio ha aumentado sobre todo durante el verano, marcando cifras récord pese a que 2021 dejó también números jamás vistos en esta comunidad autónoma. Ese año llegaron 163 embarcaciones que transportaron a 2.402 personas hasta Baleares. Un dato que creció un 62% respecto a 2020 (1.464) y que suponía multiplicar por más de cuatro los datos de 2019 (507).
El temor a un repunte migratorio en esta región se instaló a principios de la época estival. El 10 de junio, día en el que Argelia hizo pública la ruptura de relaciones con el Gobierno español, 113 inmigrantes de origen argelino llegaron a las islas en cuestión de 15 horas, la mayor cifra que se había registrado en todo el año, según confirmaron entonces fuentes del Ejecutivo. Desde entonces, la recepción de pateras ha sido constante. Por ejemplo, el 2 de agosto, en menos de un día, llegaron seis embarcaciones con 98 personas; y el pasado 11 de octubre la Guardia Civil y Salvamento Marítimo rescataron a 82 inmigrantes en Mallorca e Ibiza a bordo de seis cayucos.
Además del archipiélago balear, otras costas como Almería y Murcia también han advertido un incremento en los flujos migratorios durante las últimos meses. A finales de julio, en menos de 48 horas, un total de 326 inmigrantes arribaron a distintos puntos de estas tres comunidades autónomas, dejando completamente desbordadas a las patrullas de la Guardia Civil. La llegada de ciudadanos magrebíes —sobre todo, argelinos— a las costas almerienses ha sido una constante. Un aumento de los flujos migratorios que, según fuentes policiales, se advirtió desde que el Gobierno anunció su cambio de posición respecto al Sáhara.
Ceuta y Melilla
A principios de mayo, según informó este periódico, el país argelino estaba permitiendo la llegada y posterior salida de su territorio a cientos de inmigrantes sirios, afganos y bangladesíes que, desde hacía al menos un mes, estaban arribando en pateras a las costas almerienses y murcianas. Entonces, las fuentes consultadas calculaban que habían llegado en torno a 1.000 personas a bordo de embarcaciones a estas costas.
Frente al frenazo en el archipiélago canario, el cambio de postura con Marruecos no ha contenido los flujos migratorios en Ceuta y Melilla, donde, cerrado el balance de 2022, han aumentado un 24,1% respecto al año pasado, según datos del departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska. Si los datos se desgranan por ciudades autónomas, en Ceuta la inmigración crece un 47,9%, y en Melilla, un 7,6%, donde este año han llegado más de 2.000 inmigrantes tras cruzar los pasos fronterizos.
La presión migratoria en la frontera melillense, no obstante, ha registrado récords a lo largo de 2022. Frente a los datos del departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, que muestran a aquellos ciudadanos que logran entrar a España, la Delegación del Gobierno de Melilla cifra en 8.000 inmigrantes los que intentaron saltar la valla en marzo y junio.
Archivo de la Fiscalía
El último, el más masivo, se registró en el paso fronterizo del Barrio Chino, entre Nador y Melilla. Un intento de salto de miles de inmigrantes en el que murieron al menos 23 personas y otras 77 permanecen en paradero desconocido. Una de las mayores tragedias conocidas hasta la fecha. Hechos que pusieron en el punto de mira al ministro del Interior, que evitó hasta el último momento asumir algún tipo de responsabilidad por las muertes. Acorralado por toda la oposición, incluidos sus propios socios, el Gobierno insistió en que las muertes no ocurrieron en territorio español y la actuación policial fue ejemplar.
La Fiscalía, que abrió diligencias ese mismo mes, para investigar los hechos, archivó el caso a finales de diciembre tras no advertir indicios de delito en la intervención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, acogiendo la tesis que siempre defendió Interior. Desde Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, sin embargo, critican el archivo del Ministerio Público alegando contradicciones entre el informe oficial de los hechos y las imágenes en las cámaras de la valla, así como de drones de la Guardia Civil, que pudieron ver los diputados en la Comisión de Interior.
